Un reciente informe revela cómo la industria de los combustibles fósiles ha intensificado una campaña sistemática de desinformación en el marco de la preparación para la COP30, que se celebrará en Brasil.
Más de 5.350 lobistas del sector fósil asistieron a las negociaciones climáticas COP26 a COP29, representando 859 organizaciones, de las cuales 90 compañías controlaban alrededor del 60 % de la producción mundial de petróleo y gas en 2024.
El documento advierte que esta presencia masiva acompaña una estrategia de manipulación de la narrativa pública: desde negar la ciencia climática, minimizar los riesgos, hasta promover falsos dilemas sobre la transición energética.
Un año clave: la desinformación fósil se dispara antes de la COP30
La industria de petróleo y gas a nivel mundial aumentó al menos un tercio la información engañosa sobre la transición energética el último año antes de la COP30 para argumentar, entre otras cosas, que los «combustibles fósiles son una parte necesaria de la matriz energética», según un informe de la plataforma LobbyMap.
Esta plataforma es parte de InfluenceMap, una iniciativa británica que fue seleccionada por el Gobierno de Brasil para ser parte del Banco de Soluciones de la Presidencia de la COP30 en el que analizan las narrativas antitransición difundidas por las compañías industriales entre noviembre de 2024, tras finalizar la COP29 de Bakú (Azerbaiyán), y octubre de 2025, previamente a la COP30 de Belém (Brasil).
La industria de petróleo y gas a nivel mundial aumentó al menos un tercio la información engañosa sobre la transición energética el último año antes de la COP30
LobbyMap analizó las 1.000 empresas de petróleo y gas más grandes del mundo y las 330 asociaciones industriales más influyentes en política climática para elaborar un informe dividido en cuatro puntos en los que identifican a aquellas compañías que difunden mensajes engañosos para su propio beneficio y hacen una comparación entre la preparación de esta nueva Cumbre del Clima y la anterior.
«La COP30 está recibiendo ahora a un número significativo de estos actores obstructivos que, durante muchos años, han tratado de influir y desviar el proceso«, asegura el director de InfluenceMap, Dylan Tanner.
LobbyMap e InfluenceMap destapan las narrativas antitransición
La primera conclusión del informe evidencia que las asociaciones industriales son el «principal vehículo» para amplificar los mensajes engañosos de las empresas de combustibles fósiles, de las cuales más de una cuarta parte participó activamente en la COP29 y se espera que asistan a la COP30.
De las 20 compañías y asociaciones que más han difundido narrativas antitransición el último año (1.751 mensajes de 3.703 en total), ocho son de Norteamérica, seis de Oceanía, dos de Asia, dos de Europa, una de Sudamérica y una de alcance global.
El segundo punto del informe de InfluenceMap evidencia puntualmente tres mensajes engañosos que han sido repetidos por la industria del petróleo y gas desde al menos 1967, cuyo contenido apunta a difundir los «supuestos beneficios del gas fósil» para lograr una mayor seguridad energética, en contraposición con las soluciones alternativas, lo que va en contra de las políticas del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) para alcanzar el objetivo de 1,5 °C.
Tres mensajes engañosos que se repiten desde hace décadas
El primer mensaje genera escepticismo sobre las soluciones minimizando el impacto y la viabilidad de la energía alternativa; el segundo promueve la neutralidad política a través de la mínima intervención gubernamental; y el tercero apunta a que la asequibilidad y seguridad energética solo se consiguen con los combustibles fósiles.
El análisis asegura en su tercer apartado que el 64,5 % de las narrativas engañosas de la industria fósil sobre la transición energética fue difundido por los directores en sus discursos o en reuniones con responsables políticos. Muchos de estos altos cargos participan en la COP30 representando a sus empresas, dice InfluenceMap.
«Esto demuestra que estas narrativas no son simples mensajes de relaciones públicas, sino estrategias deliberadas de alto nivel destinadas a moldear el entorno regulatorio en el que operan estas empresas», afirma el estudio.
Finalmente, en el último año InfluenceMap identificó 42 casos en los que el Instituto Brasileño de Petróleo, Gas y Bioscombustibles (IBP) -la mayor industria fósil en Brasil- promovió mensajes antitransición que van contra las políticas del IPCC, pese a los compromisos ambiciosos que asumió el país sudamericano como anfitrión de la COP30.
«La comunidad internacional debe unirse frente a estas fuerzas y defender compromisos respaldados por la ciencia para la descarbonización, la eliminación progresiva de los combustibles fósiles y la transición energética”
«La falta de compromiso estratégico de la mayoría de los sectores económicos ha dejado las políticas climáticas vulnerables al lobby de intereses particulares, especialmente de los sectores de petróleo, gas y agricultura«, dice el informe.
¿Cumbre climática o feria industrial? La presencia masiva de las grandes fósiles
«En el período previo a la COP30, las empresas de petróleo y gas en la región parecen estar intensificando una estrategia dual: mensajes públicos aparentemente de apoyo junto con una fuerte presión para aumentar la producción de combustibles fósiles», añade.
Por otro lado, InfluenceMap y Transparency International publicaron el estudio «¿Cumbre climática o feria industrial?» en el que concluyen que el 88 % de las empresas que asistieron a las dos últimas COP no ha expresado una posición clara en apoyo al Acuerdo de París durante ese tiempo, mientras que el 41 % ha adoptado una postura que no respalda las políticas de transición energética.
En la lista están algunas de las empresas fósiles más grandes del mundo, como las británicas BP y Shell, la estadounidense Chevron, la noruega Equinor y la brasileña Petrobras, cuyos representantes asistieron a estas cumbres del clima como parte de la delegación de Brasil.
«La comunidad internacional debe unirse frente a estas fuerzas y defender compromisos respaldados por la ciencia para la descarbonización, la eliminación progresiva de los combustibles fósiles y la transición energética”, indica Dylan Tanner.
En un momento en que la ciencia es clara sobre la necesidad de reducir drásticamente las emisiones, permitir que quienes más se benefician de los combustibles fósiles marquen la conversación es altamente contraproducente.
En definitiva, la industria fósil aparece no solo como un actor económico que resiste la transición energética, sino también como un agente activo en la construcción de barreras comunicativas y políticas que obstaculizan la acción global. La COP30 llega con la urgencia de cerrar esa brecha informativa y recuperar la credibilidad. Seguir leyendo en EFE / ECOticias.com
















