En una sociedad que cada día es más dependiente de la energía, es de suma urgencia encontrar fuentes de energía renovable, sobre todo porque las fuentes convencionales contaminan nuestro planeta y son muy costosas, por eso ahora, Japón ha tomado un camino algo diferente pero muy interesante ya que podría generar cantidades enormes de energía limpia, pero ¿De qué se trata?
La magia de las energías limpias
Las energías renovables se han vuelto cada vez más populares, ya que nos permiten ahorrar grandes cantidades de energía al mismo tiempo que cuidamos nuestro planeta, entre las más comunes encontramos a la energía solar y eólica, sin embargo ambas comparten un mismo problema.
Ese problema es la intermitencia, pues la energía solar no está presente en las noches y el viento tampoco sopla con la misma fuerza todos los días, lo que obliga a las redes eléctricas a buscar constantemente una fuente de apoyo para garantizar un suministro ininterrumpido.
Por muchos años esta dependencia de las condiciones atmosféricas ha sido un desafío central en la transición energética, pero ¿y si existiera una forma de generar electricidad que fuera tan limpia como la solar o la eólica, pero que no dependiera del clima ni de la hora del día?
Aunque suene muy extraño ¡si existe! y es una tecnología que puede producir energía de manera continua, las 24 horas, los siete días de la semana, utilizando un recurso natural que se encuentra en cantidades prácticamente ilimitadas y Japón ya está trabajando con ella.
La nueva apuesta de Japón
Sucede que Japón ha inaugurando su primera planta de energía osmótica, en la ciudad de Fukuoka y es un sistema que genera electricidad de forma continua utilizando la mezcla de agua dulce y salada, con una capacidad de casi 900 000 kWh al año ¡Realmente impresionante!
La energía osmótica, también conocida como ‘energía azul’, se basa en un proceso natural llamado ósmosis, un fenómeno que ocurre cuando dos soluciones con diferente concentración de sal (una dulce y una salada) están separadas por una membrana semipermeable.
Para equilibrar la mezcla, el agua dulce fluye de manera natural hacia el lado del agua salada, aumentando su volumen y creando presión que se puede usar para mover una turbina, que se conectada a un generador de electricidad.
La planta de Fukuoka utiliza la salmuera concentrada que sobra de un proceso de desalinización cercano, lo que le permite aumentar la diferencia de salinidad y por lo tanto, maximizar la energía que puede generar, un logro tan impresionante como la tecnología solar que cambiará el mundo.
La verdad sobre la energía osmótica
La energía osmótica no es una idea nueva, sin embargo, su implementación a gran escala ha sido muy difícil, pues los primeros sistemas se enfrentaron a problemas como el ‘bioincrustación’, donde las bacterias marinas se adhieren a las membranas y reducen su efectividad.
El costo de producción también era mucho más alto que el de otras fuentes renovables más populares, pero ahora, la planta de Fukuoka es un ejemplo de que la tecnología ha superado estos obstáculos, pasando de ser una promesa de laboratorio a una realidad industrial.
El proyecto, produce una cantidad modesta de energía, equivalente al consumo de unos 220 hogares, sin embargo, no deja de ser un avance sorprendente, porque su generación es continua, sin importar el clima o la hora del día.
Los deltas y estuarios de los ríos del mundo, donde el agua dulce se encuentra con el agua salada del mar, liberan cerca de 30 000 teravatios-hora de energía cada año, una cifra es similar a la demanda mundial de electricidad.
Japón nos ha demostrado que la energía osmótica es una opción viable que se puede integrar en infraestructuras ya existentes como puertos y plantas desalinizadoras. Gracias a este avance sabemos que la energía infinita no es una fantasía, sino un fenómeno natural que podría ser una pieza clave para la transición energética y por si fuera poco, el país también se está despidiendo de la gasolina.