Una idea que parece de ciencia ficción ha traspasado la pantalla. La Luna, ese satélite natural cargado de misterio, podría pasar a ser la cuna de los recursos más buscados por la humanidad. Los países con programas especiales avanzados no están mirando hacia Marte, sino a la Luna, donde abundan el oxígeno y las moléculas de agua.
Las potencias mundiales están apresurando, cada una, sus programas espaciales e invirtiendo en investigaciones para lograr ser las primeras en cuanto a la extracción de energía y recursos del suelo lunar para la vida fuera de la Tierra. Un fenómeno denominado minería lunar. La minería es una práctica que solemos asociar con las ubicaciones donde hay minerales para sacar y procesar.
Considerando esta premisa, este satélite de la Tierra alberga minerales que tienen la capacidad suficiente para ayudar al planeta habitado por el ser humano. Esta es el principal motivo para iniciar con la actividad de la minería lunar. Entre los recursos que pueden rescatarse encontramos agua, seguramente en forma de hielo.
Los habitantes de la Tierra queremos lo que hay en la Luna: solo así podemos conseguirlo
Tras saberse sobre el plan más descabellado de la humanidad, se ha destapado lo que la humanidad pretende hacer en la Luna. Las minas lunares son un clásico en los relatos de ciencia ficción.
En diferentes filmes se han visto robots extrayendo minerales exóticos, corporaciones interplanetarias discutiendo por el subsuelo de Marte y astronautas que regresan con “oro estelar” en sus mochilas. Lo que hasta hace poco muy se veía como una anécdota ficticia pronto podría convertirse en una realidad palpable.
El polvo lunar, también denominado regolito, y otros recursos como el helio-3, ya no se ven como curiosidades científicas. Ahora son bienes de lo más estimados por las compañías espaciales. Esto es así no solo por su valor, sino por lo que son capaces de hacer.
Producen energía, abastecen cohetes, sostienen misiones prolongadas y hasta, de cara al futuro, brindan suministro a la Tierra. Uno de los grandes protagonistas en este contexto es Ispace, una compañía japonesa que estableció un contrato con la NASA para recolectar regolito y transferir su propiedad.
Su prueba más reciente de aterrizaje con el sistema Resilience no reportó éxitos, pero sentó un precedente. Por primera vez, se reconoció formalmente la idea de que una compañía privada pueda “poseer” una porción de la Luna. Pero es en este punto en el que la minería de la Luna se topa con graves impedimentos para brillar.
El desafío más importante de la minería de la Luna: la regulación
El Tratado del Espacio Ultraterrestre, firmado en 1967, estipula que ningún país tiene la potestad para apropiarse ni del espacio ni de los cuerpos celestes. Conviene aclarar que en la época en la que se firmó el acuerdo la humanidad apenas soñaba con su llegada a la Luna.
No obstante, este tratado no deja claro si es positivo o negativo extraer materiales del subsuelo lunar para venderlos. En principio, no es posible que un país se adueñe del territorio, pero sí extraer recursos, aunque no pueda reclamarse la soberanía.
La minería de la Luna también tendría que enfrentarse con el peor enemigo de la naturaleza: el ser humano
Sumado a esto, cada país dicta sus propias reglas y cada empresa sus propios permisos. Así las cosas, el escenario se convierte cada vez en algo más competitivo y desigual.
Para tratar de frenar el desorden, la ONU desarrolló un Grupo de Trabajo sobre Recursos Espaciales, que ya presentó un primer borrador de principios generales. En él, se asienta que el empleo del espacio debe tornarse pacífico, seguro y sostenible, asegurando la protección del medioambiente, incluso en el espacio.
La verdadera problemática radica en que nadie está obligado a cumplir esta normativa porque los principios son de carácter vinculante. Se tratan, por lo tanto, de una hoja de ruta, no de un marco legal concreto y establecido. El debate ya se ha desplegado, pero el vacío legal permanece.
De llevarse a cabo el despliegue de la minería de la Luna, el satélite debería enfrentarse, además, con el gran enemigo de la naturaleza, que es el ser humano. El mismo que ha ocasionado contaminación y daños potenciales en la Tierra con el solo objetivo de obtener ganancias.
Encontraron algo en la Luna que lo cambia todo. La humanidad llevaría toda su maquinaria minera, pero ¿realmente es buena idea? Mientras se encuentra la respuesta a esta pregunta, aseguran que China está dispuesta a volar la Luna por los aires.