El biometano es una fuente de energía renovable que se obtiene a partir de la descomposición de materia orgánica en condiciones controladas, en un proceso conocido como digestión anaeróbica. Este combustible, también llamado gas renovable, tiene características similares al gas natural, lo que permite su utilización en redes de distribución y en aplicaciones industriales y domésticas.
El proceso de producción del biometano comienza con la recolección de residuos orgánicos, como estiércol, restos de alimentos, cultivos energéticos y residuos urbanos.
Los motivos por los que los ecologistas no quieren esta planta de biometano en Murcia
Ecologistas han presentado este lunes alegaciones ante la Dirección General de Medio Ambiente y la Alcaldía de Mazarrón en contra de la construcción de una planta de biometano y biofertilizantes en las cercanías de la urbanización Camposol, situada en el municipio murciano.
El proyecto, diseñado para procesar hasta 196.000 toneladas anuales de residuos orgánicos, con una capacidad máxima de 316.160 toneladas, busca generar gas biometano y fertilizantes líquidos y sólidos. La ubicación propuesta es a tan solo 1.150 metros al norte de Camposol, una zona residencial densamente poblada.
Según estos activistas, la instalación podría generar graves problemas ambientales, entre ellos contaminación atmosférica y del suelo, lixiviados, malos olores y riesgos para los acuíferos. Además, el proyecto implicaría un consumo elevado de agua y un aumento diario del tráfico pesado, con la circulación de al menos 74 camiones. Este incremento generaría mayores emisiones contaminantes, ruido, congestión vial y el riesgo de derrames de residuos en el trayecto.
La proximidad de la planta a áreas residenciales como Los Serranos, Cantareros, Paretón, Los Pulios y la urbanización Condado de Alhama es otro factor de preocupación. Según la organización, los vientos predominantes podrían propagar olores intensos, afectando la calidad de vida y la salud de los habitantes, además de depreciar el valor de las propiedades en las zonas afectadas.
En las cercanías de la planta se encuentran infraestructuras sensibles como el Consultorio de Salud de Camposol y el Colegio Público del Paretón, lo que podría agravar los problemas de salud pública, especialmente entre los niños y personas vulnerables.
Desde el punto de vista ecológico, el área forma parte del Plan de Recuperación de Aves Esteparias, pendiente de aprobación, que incluye especies amenazadas como el cernícalo primilla y el sisón común, además de otras especies vulnerables como la ganga ortega, el aguilucho cenizo, la carraca y el búho real. La construcción de la planta podría alterar sus hábitats y comprometer su conservación.
Ecologistas argumentan que estas plantas, lejos de representar una solución ecológica, contribuyen al deterioro ambiental. La organización solicita una moratoria sobre la construcción de nuevas plantas de biogás y propone un plan de desescalada de la ganadería industrial. Además, abogan por fomentar modelos sostenibles de producción y apoyar a la ganadería extensiva como una alternativa más respetuosa con el medio ambiente.
Por otro lado, están los que consideran que el biometano representa una alternativa energética limpia y eficiente, que ayuda a disminuir la dependencia de los combustibles fósiles, reduce las emisiones de gases de efecto invernadero y promueve una gestión más responsable de los residuos orgánicos. EFE / ECOticias.com