Los líderes mundiales reunidos en Nueva York han aprobado en la 80ª Asamblea General de la ONU una declaración política sobre enfermedades no transmisibles y salud mental, tratadas por primera vez de forma conjunta. Su meta es acelerar hasta 2030 la respuesta frente a estas crisis silenciosas.
Según la OMS, las enfermedades crónicas causan unos 18 millones de muertes prematuras antes de los 70 años y afectan de forma directa a la vida diaria de millones de familias. Además, más de mil millones de personas viven con problemas de salud mental, un reto que la declaración quiere abordar con objetivos claros y un enfoque conjunto.
Objetivos claros: menos tabaco y más atención
El corazón del acuerdo son tres metas de vía rápida para 2030: 150 millones de personas menos consumiendo tabaco, 150 millones más con la tensión arterial bajo control y otras 150 millones con acceso real a servicios de salud mental. En resumen, menos humo, menos infartos y más apoyo psicológico desde el sistema público.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, señala que estas metas reflejan el compromiso de los Estados y que juntos pueden cambiar el rumbo de estas enfermedades. Para lograrlo, la declaración pide reforzar la atención primaria con buenas leyes, medicamentos básicos y protección económica para que la factura sanitaria no arruine a las familias.
No solo pastillas: del aire que respiramos a las redes sociales
El texto va mucho más allá de los infartos y los grandes cánceres. Incorpora la salud bucodental, las enfermedades del pulmón, los cánceres infantiles, los problemas del hígado y del riñón e incluso las enfermedades raras, y recuerda que factores como la contaminación del aire, el humo en casa o la exposición al plomo también dañan la salud.
También señala el daño digital: demasiado tiempo frente a la pantalla, redes sociales que empeoran la ansiedad o la depresión y contenidos dañinos que circulan sin filtro. Además propone regular con más fuerza los cigarrillos electrónicos y nuevos productos de tabaco y recortar la publicidad de comida basura, con etiquetas más claras en los envases.
Más dinero, más equidad y la promesa de rendir cuentas
Los países reconocen que todo esto cuesta dinero en un momento en que la economía mundial está tensionada. La declaración pide asegurar una financiación suficiente y previsible, con más recursos propios y alianzas internacionales más fuertes, recordando que tres de cada cuatro muertes por estas enfermedades se producen en países de ingresos bajos y medios.
El documento subraya que estas enfermedades y los problemas de salud mental golpean sobre todo a quienes tienen menos recursos y a países vulnerables al clima, incluidos pequeños Estados insulares. Por eso pide una respuesta que implique a gobiernos, sociedad civil y jóvenes y fija un sistema de seguimiento para que el secretario general informe de los avances hasta 2030 con apoyo de la OMS.
El comunicado principal ha sido publicado en la Organización Mundial de la Salud (OMS).



















