Las mujeres siguen siendo minoría en las energías renovables, aunque la transición energética necesita todas las manos posibles. La Agencia Internacional de Energías Renovables calcula que solo ocupan alrededor de un 32 por ciento de los empleos, lo que deja mucho talento sin aprovechar.
¿Qué pasa cuando ellas pueden emprender en energía limpia? No solo mejoran su propio sueldo, también cambia el día a día de sus barrios y pueblos, como muestra el trabajo de IRENA con proyectos de energía solar y soluciones descentralizadas que llevan luz fiable a hogares que antes vivían pendientes de un generador o del queroseno.
Un sector clave donde ellas siguen siendo minoría
Las energías renovables crecen en todo el mundo, pero la igualdad de género avanza bastante más despacio. Muchas mujeres siguen concentradas en tareas administrativas y tienen más difícil acceder a puestos técnicos o de dirección. En la práctica, se pierden habilidades útiles para diseñar una transición energética más justa.
Las energías renovables descentralizadas acercan la generación eléctrica a quien la usa, desde una casa hasta un pequeño negocio. Al no depender tanto de grandes redes, crean empleo local y abren oportunidades para que más mujeres sean agentes de ventas, técnicas o microempresarias. Y eso se nota en cosas tan concretas como la factura de la luz.
Bangladés e Indonesia: baterías solares y Mujeres Maravilla
En Bangladés, los tuk tuks eléctricos son parte del paisaje de muchas ciudades. La empresa Cassetex ofrece un servicio de baterías intercambiables con armarios automáticos donde los conductores dejan una batería descargada y retiran otra llena, que gestionan microempresarias como la señorita Jorna. Ella pasó de tener una pequeña tienda de comestibles a recuperar su inversión en unos meses y ganar ingresos estables en un modelo que además reduce la contaminación del transporte urbano y que ha sido premiado por IRENA con el galardón Rising Stars de 2025 del programa NewGen Renewable Energy Accelerator.
En Indonesia el reto es llevar luz a miles de hogares en islas donde la electricidad sigue siendo cara y poco fiable. La organización Kopernik ha creado el programa Mujeres Maravilla para formar a amas de casa como agentes tecnológicas que venden linternas solares y sistemas solares domésticos en sus comunidades. Estas mujeres ganan algo de dinero extra, aprenden a llevar un pequeño negocio y ayudan a que sus vecinas dejen atrás el humo del queroseno cuando cae la noche.
Irán: ingenieras solares y el reto de una transición justa
En Irán, el ejemplo llega de dos profesionales que se han hecho un hueco en proyectos de gran escala. La ingeniera Neda Khakpour y la doctora Nazila Zarabinia han diseñado y construido plantas solares que crean empleo para muchos jóvenes. Al principio sufrieron la desconfianza de clientes que dudaban de ellas solo por ser mujeres.
Con los años, la calidad de su trabajo les ha valido el reconocimiento de la Organización de Energías Renovables y Eficiencia Energética de Irán, que las señala como dos de las profesionales más fiables. Neda dirige hoy una pequeña empresa de instalación de paneles solares y Nazila ofrece consultoría y formación para nuevos técnicos, lo que abre la puerta a que más mujeres se incorporen a este campo.
IRENA recuerda que sin leyes contra la discriminación, igualdad salarial, educación técnica accesible y más mentoría, la transición energética corre el riesgo de quedarse corta y de perder buena parte del talento disponible.
El comunicado oficial ha sido publicado en la Agencia Internacional de Energías Renovables IRENA.
