Desde la antigüedad, el oro se ha alzado como un símbolo de riqueza, poder y estabilidad económica. Aspectos como su maleabilidad, brillo y resistencia lo transformaron en un material estratégico por el que se han llegado a levantar imperios y librado guerras. Un reciente hallazgo de 20 millones de toneladas vuelve a ensalzar su lugar en el mundo. Este metal precioso continúa siendo clave en el presente y probablemente seguirá siendo así en el futuro, aunque su explotación masiva en la ubicación detectada todavía parece lejana.
Advierten sobre la existencia de la mayor mina de oro del mundo
Tras la aparición de este yacimiento de oro de proporciones inimaginables, la NASA ha revelado la existencia de la reserva de oro más grande del planeta. Tiene más de 20 millones de toneladas. A diferencia los descubrimientos terrestres tradicionales, esta vez la atención se centra en los océanos.
Espacios de la Tierra en los que el oro permanece disuelto en concentraciones mínimas pero constantes. Esta revelación les abre la puerta a nuevas posibilidades en el ámbito de la minería. Según las investigaciones realizadas, el oro ubicado en los océanos no se encuentra acumulado en ventas, sino disperso en diminutas cantidades en el agua de mar.
De media, cada litro concentra 0,00000005 gramos de oro. Esto supone un volumen total que rebasa ampliamente cualquier mina conocida en la superficie terrestre. No obstante, este hallazgo plantea un dilema. Si bien la reserva es incalculable, su aprovechamiento es económicamente inviable, al menos por ahora.
La extracción de oro del mar representa un importante reto tecnológico. Las técnicas de minería actuales no pueden aplicarse, puesto que el metal situado en el océano no se encuentra en estado sólido o concentrado.
¿Hay futuro para la mayor reserva de oro del mundo?
Los investigadores consideran que, en un futuro, nanofiltros y procedimientos químicos avanzados podrían obtener el material de forma eficiente. Sin embargo, en la actualidad los costos de operación son muy altos. Otro punto para tener en cuenta es el impacto ecológico que genere.
Dos aspectos que impiden y hacen inviable cualquier proyecto a gran escala de estas características. Reportes de experiencias previas de minería submarina han evidenciado los devastadores efectos de la actividad en los ecosistemas marinos.
Un caso conocido es el de Papúa Nueva Guinea. En esta ubicación, la extracción de minerales del lecho marino ocasionó alteraciones irreversibles en la biodiversidad. Reparando nuevamente en el oro oceánico, la amenaza sube, ya que sería necesario procesar cuantiosas cantidades de agua para adquirir discretas fracciones del metal.
Grandes reservas de oro en la Tierra
La revelación de la NASA deja claro que las mayores cantidades de oro están en los océanos. Pero al tratarse de reservas “intocables”, por ahora la humanidad está obligada a mover su radar hacia los depósitos terrestres, dado que las minas que conocemos siguen siendo la principal fuente de extracción de este valioso recurso.
Algunas de las más importantes con Nevada Gold Mines (Estados Unidos), Muruntau (Uzbekistán), Grasberg (Indonesia), Olimpiada (Rusia) y Pueblo Viejo (República Dominicana).
Siguiendo esta línea, los países con reservas acumuladas de mayor tamaño son Estados Unidos (8 133,46 toneladas), Alemania (3351 toneladas), Italia (2 451,84 toneladas), Francia (2 436,94 toneladas), Rusia (2 335,85 toneladas) y China (2 264,32 toneladas).
Se ha hallado la mayor mina de oro del mundo bajo el mar, 20 millones de toneladas. España podría extraer todo lo que quisiera, ya que sus playas están bañadas por el Mar Cantábrico, el Mar Mediterráneo, el Mar de Alborán y el Océano Atlántico. Sin embargo, no será posible debido a que la extracción de oro de los océanos requiere de una tecnología aún inexistente. Mientras tanto, el sector sigue debatiendo sobre los efectos de la minería submarina.