La minería submarina se presenta a la vez como un enorme reto y una oportunidad sin igual de conseguir minerales de gran demanda, como es el caso de las tierras raras. Pero dado que la minería a día de hoy es uno de los focos de contaminación más extendidos por el mundo, millones de voces se alzan para advertir que en los fondos marinos, que además son una propiedad conjunta, no puede suceder esto.
Con el fin de prevenir que esto suceda y con Trump amenazando con ponerse a perforar donde le venga en gana, se ha creado un código minero que tiene por objetivo principal, la no degradación de los fondos submarinos por causa de la minería, dado que son fronteras del mundo inexploradas y la ciencia reconoce que no sabe qué es lo que podría pasar si se rompiera su equilibrio.
Un equilibrio que no deberíamos romper
La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA), que celebra su 30 aniversario, es la autoridad mundial en materia de aguas profundas fuera de las jurisdicciones nacionales. Aunque Washington aprobó a principios de año una orden sobre la concesión de licencias en aguas internacionales, Leticia Carvalho, directora de la Autoridad, afirmó que Estados Unidos, que no es miembro del organismo, “va por libre”.
“El resto del mundo está unido y cohesionado y todos apoyan el imperio de la ley y la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos”, declaró Carvalho a Noticias ONU. «La ISA es una superpotencia. Tenemos todos los conocimientos, tenemos la capacidad que nos da la ley, tenemos el mandato».
De hecho, según el derecho internacional, los fondos marinos situados fuera de las jurisdicciones nacionales no pertenecen a ninguna nación en concreto, afirmó Carvalho, que invitó a Estados Unidos a unirse a la organización y comprometerse a defender el equilibrio ecosistémico de estos fondos.
Para hacer frente a estas preocupaciones, la entidad ha estado redactando un código minero como forma de garantizar que los fondos marinos permanezcan protegidos y no se conviertan en el “Salvaje Oeste” de la explotación, dijo.
Minerales raros: costosos y necesarios
Los minerales raros necesarios para satisfacer la demanda de productos tecnológicos, desde baterías hasta paneles solares, han despertado el interés por las profundidades marinas y lo que ofrecen. Desde el cobalto hasta el zinc, se ha observado una plétora de minerales de tierras raras en las exploraciones de los fondos oceánicos.
La ISA ha otorgado 31 contratos de exploración minera a 21 empresas de 20 países hasta 2024, según el Informe y Situación de la Economía Mundial 2025 de la ONU. Aunque la minería comercial en aguas internacionales aún no ha comenzado, a la espera de que la Autoridad finalice un código internacional para la minería de aguas profundas, en estos momentos los países pueden llevar a cabo la minería de esas aguas dentro de sus propias aguas territoriales o “zonas económicas exclusivas”.
Según el informe de la ONU, incluso después de que se establezca el código internacional, quienes se dediquen a la minería de aguas profundas seguirán enfrentándose a grandes retos debido a los elevados requisitos de capital y costes operativos en relación con la minería convencional, así como a las enormes incertidumbres técnicas asociadas a los problemas únicos que rodean a la minería en el fondo del océano.
Una frontera inexplorada: ¿qué pasará con la minería submarina?
A este respecto, el Secretario General de la ONU, António Guterres, afirmó que los fondos marinos internacionales son “patrimonio común de la humanidad, un principio consagrado en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, que debe seguir guiándonos”.
“Debemos aunar nuestros esfuerzos globales en la acción por el clima, la preservación de la biodiversidad y la protección marina”, dijo en un mensaje con motivo del aniversario de la ISA, elogiando su compromiso para encontrar soluciones equilibradas y eficaces. «El océano profundo sigue siendo una de nuestras últimas fronteras. Es muy prometedor, pero también requiere mucha cautela».
Durante 30 años, la Autoridad ha contribuido a proteger este terreno compartido mediante una gobernanza pacífica y sostenible y hoy en día, navega por complejos desafíos con cuidado y claridad, dijo, haciendo hincapié en que se debe avanzar “en la cooperación basada en la ciencia”, y seguir “trabajando juntos para salvaguardar el océano en beneficio de todas las personas, en todas partes”.
El beneficio debería ser Global
Además de lograr avances en un proyecto de código minero en su sesión anual en curso en la sede de Kingston, Jamaica, la ISA puso en marcha el mes pasado su Biobanco de Aguas Profundas en un intento de preservar y compartir conocimientos.
La iniciativa pretende recoger y preservar muestras del fondo oceánico que beneficiarán a todas las naciones, especialmente a los países en desarrollo, dijo Carvalho, añadiendo que el objetivo es estudiar los minerales y el potencial de exploración y explotación, pero también preservar y estudiar la biodiversidad y la genética.
“El futuro que veo es que tenemos que cuidar, apreciar y nutrir los fondos marinos”, afirmó Carvalho. «El futuro de la ISA es más fuerte, mejor, más amplio y sabio. Sabremos mucho más de lo que sabemos ahora».
La conclusión es muy clara: sin dudas en los fondos marinos hay importantes vetas de minerales que podría ser de gran utilidad para todo el mundo, pero es fundamental resaltar eso justamente: que esta zona inexplorada del planeta a día de hoy es de todas las naciones, por lo que Todas deben ponerse de acuerdo para aceptar el código minero que permita explotarlos de manera sostenible y ecuánime.