El Mar Menor, en la Región de Murcia, es la mayor laguna salada de Europa y un ecosistema único que en las últimas décadas ha sufrido un grave deterioro debido a la presión humana. La contaminación por vertidos agrícolas, urbanísticos e industriales ha incrementado la concentración de nutrientes en sus aguas, provocando episodios de eutrofización, pérdida de biodiversidad y mortandad masiva de peces.
Con el plan de recuperación de la zona, lo que se busca es devolver la funcionalidad ecológica de la laguna, minimizar episodios de eutrofización y recuperar hábitats clave mediante medidas combinadas: reducción drástica de aportes de nitrógeno/fósforo, renaturalización de cuencas y ramblas, restauración de praderas marinas y establecimiento de gobernanza, financiación y seguimiento científico a largo plazo.
Revertir el deterioro de la laguna del Mar Menor
No hay soluciones rápidas a la vista para el colapsado ecosistema del Mar Menor, la laguna de agua salada más grande de Europa. Pero las y los especialistas ambientales consideran que esto podría ser algo bueno.
La laguna del Mar Menor, un triángulo de aguas cálidas y poco profundas que atrae a multitudes de turistas al sureste de España, ha sufrido repetidas muertes masivas de peces y vegetación atribuidas a su contaminación crónica causada por las granjas, minas y áreas urbanas que la rodean.
La indignación pública por su degradación ha provocado la mayor inversión de España en la restauración de una región. Su plan de recuperación a largo plazo se centra en abordar las causas profundamente arraigadas de la crisis. Su total implementación podría llevar décadas. Pero su éxito daría a toda la región un futuro más sostenible. “Creo que es una gran idea”, menciona Isabel Rubio, portavoz de Pacto por el Mar Menor, un grupo que presiona para salvar la laguna, sobre este enfoque. “Las ideas se basan en la naturaleza. Creo que, si queda alguna salvación para el Mar Menor, vendrá de allí”.
En reconocimiento de su alcance y potencial, la propuesta de restauración del gobierno español ha sido galardonada como una Iniciativa Emblemática de Restauración Mundial de las Naciones Unidas. El premio forma parte del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas y reconoce esfuerzos sobresalientes para proteger y revivir el mundo natural.
“Abordar los problemas ambientales requiere compromiso, colaboración, ciencia y dedicación”, declara Natalia Alekseeva, una oficial principal de coordinación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). “Las y los líderes españoles y defensores del Mar Menor merecen crédito por uno de los planes de restauración más completos y con mayor visión de futuro que Europa haya contemplado”.
Rubio, una jubilada maestra de escuela y residente local, ha observado el deterioro del Mar Menor a lo largo de toda su vida. Recuerda pasar días enteros de su infancia jugando y merendando en sus dunas y ensenadas protegidas. Al jubilarse, se dedicó a la fotografía submarina y comenzó un sitio web documentando la deslumbrante vida acuática del Mar Menor. En 2015, comencé a notar que el agua se estaba enturbiando. Empecé a observar que muchas de las especies que había visto estaban disminuyendo. El año pasado, casi no vi ninguna”.
Un Mar Menor que llegó a un punto insostenible: ni la sombra de lo que fue
El Mar Menor proporciona servicios ecosistémicos cruciales, entre ellos apoyar una biodiversidad única y ofrecer importantes beneficios culturales y económicos como el turismo, la recreación y la pesca. Pero ha sido llevado al borde del abismo. Las y los especialistas habían advertido durante mucho tiempo que el desarrollo insostenible en su circundante Región de Murcia estaba sobrecargando la laguna con nutrientes, un proceso conocido como eutrofización.
La Región de Murcia, alimentada por trasvases de agua del norte, se ha convertido en una masiva productora de frutas y verduras, en gran medida para la exportación. Pero el fertilizante esparcido en sus plantaciones de cultivo intensivo se ha filtrado a sus arroyos y aguas subterráneas, y de allí a su laguna. Los metales pesados de las minas abandonadas en las cercanas colinas de su Sierra Minera se sumaron al problema, al igual que los contaminantes de las residencias, hoteles y marinas que se amontonan alrededor de su laguna.
En 2016, el Mar Menor no pudo absorber una gota más. Una proliferación de fitoplancton alimentado por esta sobrecarga de nutrientes convirtió sus aguas en una “sopa verde”, según informes de los medios. Las y los científicos descubrieron que más del 80 por ciento de las praderas marinas en el lecho de la laguna de 135 kilómetros cuadrados habían muerto por falta de luz, reemplazadas por barro espeso.
Tres años después, inundaciones provocadas por fuertes lluvias vertieron entre 100 y 150 toneladas de fosfatos disueltos al agua, lo que provocó la muerte masiva de peces, caballitos de mar y otras criaturas marinas, según un informe del gobierno. En 2021, hubo otra mortandad de peces, cangrejos y moluscos.
Muchas personas dentro y fuera de la Región de Murcia estaban furiosas. Decenas de miles protestaron en ciudades como Murcia y Cartagena demandando acciones para salvar el Mar Menor. Más de 500.000 firmaron una petición para que la laguna fuese protegida legalmente de manera más contundente. En respuesta, el gobierno de España introdujo un “marco de acciones prioritarias” para detener y revertir la degradación de la laguna. El parlamento, por su parte, aprobó una ley histórica que otorga al Mar Menor “personalidad jurídica” y el derecho a existir y ser protegido, una primicia en Europa.
Abordando las causas
Armados con un presupuesto de 675 millones de euros, la gerencia del proyecto comenzó a implementar el marco de restauración del gobierno en 2021. Dicho plan incluye docenas de acciones de restauración sobre el terreno.
Una prioridad urgente es crear una franja perimetral verde de al menos 1.500 metros alrededor de la laguna, que incluya una serie de humedales artificiales, así como dunas de arena rehabilitadas y otras áreas naturales restauradas. Algunos humedales están siendo combinados con “filtros verdes”, en los cuales bombear agua subterránea para que atraviese vegetación que absorba la mayor parte de sus contaminantes.
Una medida de alto perfil que se espera iniciar pronto es el desmantelamiento de un controvertido puerto deportivo en el banco de arena que divide la laguna del mar Mediterráneo. Pero gran parte del plan está dedicada a abordar la contaminación que ha plagado a la laguna a través de sus fuentes más importantes.
“El problema era tan profundo, tan complejo, que sentimos que teníamos que ir a las presiones y causas fundamentales”, expresa Francisca Baraza, comisionada del Ciclo del Agua y Restauración de Ecosistemas para el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de España. “Entonces, para nosotros, la cuenca hidrográfica era el escenario fundamental para la intervención”.
Por ejemplo, los cauces y canales de agua que atraviesan las tierras de cultivo en la cuenca más amplia serán renaturalizados con árboles y plantas para reducir la cantidad de agua, sedimentos y contaminantes que llegan a la laguna. En algunos lugares sus diques serán reducidos para crear llanuras inundables.
La iniciativa también apoya medidas de restauración para reducir la erosión del suelo y fomentar un cambio hacia una agricultura más sostenible. Por ejemplo, se han otorgado subvenciones para proyectos que promueven la agricultura orgánica o regenerativa y técnicas que requieren menos fertilizantes. También se está preparando asistencia dirigida a sectores ganaderos, ya que la región alberga cientos de granjas de cerdos.
En la Sierra Minera, las actividades de reforestación y restauración de cauces buscan evitar que los contaminantes acumulados en los montículos de desechos cerca de las minas abandonadas representen un peligro para quienes residen cerca de éstas, o que lleguen a la laguna. Otros elementos clave del marco incluyen un monitoreo integral del agua, un programa de investigación para comprender mejor los ecosistemas interrelacionados de la región, medidas de conservación de la biodiversidad y una amplia divulgación pública.
Las consultas con empresas, residentes y otras partes interesadas están diseñadas no solo para facilitar la implementación de las actividades de restauración, sino también para desarrollar una visión del Mar Menor para 2050 y un plan de acción para realizarla. “Más que optimismo, lo que tengo es mucha esperanza de que esto se pueda revertir”, concluye Rubio, la portavoz y maestra jubilada. “Porque los seres humanos sabemos cómo destruir. Pero también sabemos cómo construir, cómo recuperar, cómo conservar y cómo proteger”.
Recordemos que en este caso, es la primera vez en Europa que un ecosistema natural recibe legalmente personalidad jurídica mediante una ley estatal. Esto supone un cambio de paradigma jurídico-ambiental ya que el Mar Menor deja de ser solo un “bien natural a proteger” para convertirse en sujeto de derechos propiamente dicho. ECOticias.com



















