Varios desiertos ya han sido plagados de paneles solares. Lo que empezó como una búsqueda de energía se ha convertido en algo que va mucho más allá. Un cambio masivo e inesperado. Con sus vastos espacios abiertos y un Sol implacable, los desiertos cuentan con un gran atractivo para la producción de energía solar. Los paneles solares tienen un gran futuro en ubicaciones con una elevada insolación, lo que transforma a los desiertos en granes aliados al momento de maximizar la generación energética.
Los paneles solares de los desiertos otorgan mucho más que energía
Aunque este desierto repleto de paneles solares resultó desalentador, la cobertura de paneles solares puede otorgar mucho más que energía. China ha descubierto lo que sucede al apostar por la instalación de paneles solares en desiertos. Ahora no solo tiene energía solar. También cuenta con un nuevo ecosistema.
Lo que comenzó como un proyecto energético renovable en el desierto de Talatan terminó convertido en un experimento natural inesperado. Para llevarlo adelante, China instaló miles de paneles solares. Al hacerlo, descubrió que bajo su sombra comenzaba a parecer un microclima fértil.
El suelo retuvo un mayor nivel de agua, surgieron plantas y apareció algo que los científicos llaman “ecosistemas solares”. La producción de energía a gran escala era el objetivo mayoritario de China al cubrir kilómetros de desierto con paneles solares.
Pero la naturaleza tenía preparado algo mucho más interesante. Un nuevo informe ha revelado que las monumentales instalaciones de paneles solares en el desierto producen electricidad sí, pero también alteran el terreno.
Desarrollan un microclima que detiene la erosión, retiene humedad y hace posible que la vegetación vuelva a crecer en un suelo considerado muerto. La sombra de los módulos fotovoltaicos disminuyó la evaporación.
Además, frenó la erosión generada por el viento y transformó el suelo en un emplazamiento menos hostil. Investigadores de la Universidad Tecnológica de Xi’an han dejado documentado este hecho en Scientific Reports.
Los paneles solares ubicados en el desierto pueden crear su propio ecosistema
Bajo los paneles solares del parque Gonghe, el suelo evidenció una fertilidad de casi el doble que en las zonas expuestas. La clave de esta realidad está en el microclima: una humedad retenida mayor, menos golpes de calor y un entorno más estable capaz de hacer surgir especies vegetales.
Los experimentos se concretaron con el sistema DPSIR (“Conducción-Presión-Estado-Impacto-Respuesta”), que estudió más de 50 variables. Los resultados arrojaron un veredicto claro. El suelo descubierto reportó una calificación de 0,24 (pobre). Por otro lado, el suelo ubicado bajo los paneles alcanzó el 0,45 (bueno).
La diferencia fue suficiente para que el desierto comenzara a cambiar de color. Del color de la arena a verde. Los investigadores han llegado a “bautizar” este fenómeno como “ecosistemas solares”. No solo por el hecho de que generan electricidad, sino porque estos espacios sirven de refugio para las plantas que antes no podían sobrevivir.
Perspectiva de futuro de los paneles solares en el desierto
Este modelo podría replicarse en otros lugares áridos del mundo: desde el Sáhara hasta zonas desérticas de Estados Unidos. La combinación óptima entre paneles solares y vegetación podría abrirle la puerta a un doble camino: energía renovable y recuperación ambiental.
Francia ya está haciendo pruebas con proyectos parecidos denominados “frutas solares”. En ellos, los cultivos se desarrollan bajo las estructuras fotovoltaicas.
En definitiva, los paneles solares siguen ascendiendo en popularidad en todo el mundo mientras diferentes partes del mundo combinan su uso con agricultura y creación de nuevos ecosistemas. De hecho, los paneles solares en desiertos tienen un potencial aún más grande. Esta noticia lo demuestra. La transición energética está demostrando efectos más amplios de lo previsto.