Adiós a los paneles solares: La piel con forma de origami, que genera energía y se adapta a todo

Publicado el: 28 de febrero de 2025 a las 13:00
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Los paneles solares podrían pasar a formar parte del pasado con la proliferación de un nuevo dispositivo creador de energía. Actualmente, la tecnología energética juega un papel crucial. Gracias a ella, nos es posible disfrutar de electricidad en el hogar, movilidad sostenible y múltiples maneras de producir energía de manera eficiente.

Con el paso del tiempo, la humanidad ha ido descubriendo y refinando diferentes tecnologías energéticas que han cambiado su manera de vivir. Entre sus hitos más destacados encontramos el control del fuego, la invención de la rueda, el surgimiento de la máquina de vapor y el hallazgo de la electricidad.



El encuentro del ser humano con la electricidad y su posterior desarrollo de tecnologías para producir y transmitir energía eléctrica revolucionaron todo lo que conocíamos, a tal punto que ahora la electricidad es vital en muchos ámbitos de la sociedad. Si se cortara la luz en diversos puntos del planeta, un gran número de individuos no sabría cómo actuar y realizar algunas de las acciones más básicas.

Esta nueva forma de crear energía desplaza incluso a los paneles solares

En este contexto, el hombre busca una y otra vez nuevas formas de abastecerse de energía, poniendo por delante la eficiencia y el óptimo rendimiento. Así es como un grupo de investigadores de la Universidad de Cornell ha desarrollado un nuevo tejido solar ligero y flexible capaz de adaptarse como una “piel fotovoltaica” a formas complejas. De esta manera, mejora la captura solar.



Su diseño engloba técnicas de origami y kirigami que mejoran la flexibilizar del material y permitir su correcta adaptación a estructuras curvas. Hoy en día, la mayoría de los paneles solares que vemos en los paisajes campestres muestran un aspecto antiestético y una composición plana e inflexible. Estas características restringen la posibilidad de instalarlos en superficies igualmente planas.

No obstante, un grupo de expertos se planteó qué pasaría si los paneles solares pasaran a ser productos con un tejido ligero y articulado capaz de amoldarse a superficies complejas y maximizar su absorción solar. Un proyecto sumamente interesante que podría desbancar a los paneles solares tal y como los conocemos, algo parecido a lo que sucedió con el surgimiento de esta valla fotovoltaica que ofrece energía gratis desde el jardín.

Los paneles solares se transforman en lo nunca visto: crearán energía con una forma extraña

Bajo esta premisa, emergió el desarrollo de HelioSkin, una iniciativa interdisciplinaria encabezada por Jenny Sabin, profesora en la Facultad de Arquitectura, Arte y Planificación de la Universidad de Cornell, en colaboración con Itai Cohen, profesor de física, y Adrienne Roeder, profesora en la Sección de Biología Vegetal.

Su trabajo sienta un precedente por la correcta fusión de arquitectura, ingeniería, física, matemáticas y, especialmente, biología. Desde el principio, quedó claro que su propósito es que los edificios y sus materiales se comporten de forma parecida a cómo lo hacen los organismos vivos, adaptándose al entorno que los rodea.

Sabin enfatiza que, a diferencia de los sistemas tecnológicos tradicionales, la naturaleza no ofrece una acción eficiente, sino resiliente. Un concepto vital para la sostenibilidad, dado que permite establecer métodos capaces de subsistir ante cambios ambientales a largo plazo. Siguiendo esta línea, la investigación sobre heliotropismo en plantas, sobre todo en Arabidopsis thaliana, ha resultado relevante para el diseño de HelioSkin.

Los vegetales que siguen el movimiento del Sol suponen una considerable ventaja fotosintético, que inspiró la creación de un revestimiento solar ajustable a su posición para maximizar la captación solar.

Los paneles solares convencionales corren peligro: han llegado edificios verdes capaces de hacer lo imposible

El impacto ambiental actual de los edificios es alto, por lo que la presencia de una “piel solar” mecánicamente adaptable incentiva la adopción de la energía fotovoltaica en viviendas y negocios. A su vez, el diseño incluye origami y kirigami para incrementar la flexibilidad del material y permitir su óptima adaptación a superficies curvas.

Los investigadores han elaborado un plan de desarrollo de tres años, dando inicio con pequeñas cubiertas solares para jardines y parques urbanos. Luego, planear seguir escalando en su tecnología 2D y 3D para alcanzar posibles aplicaciones en estadios, rascacielos y techos retráctiles.

Aunque todavía queda por ver hasta dónde llega esta tecnología dedicada a la energía, esta piel con forma de origami podría ser el principio del fin para los paneles solares convencionales. Una pérdida ya profetizada por la aparición de esta esfera que convierte la luz de la Luna en energía.