La construcción continúa explorando nuevos materiales con el objetivo de reducir la dependencia de la red de suministro convencional. Lo vimos con el primer cemento eléctrico jamás creado, y ahora lo volvemos a comprobar. La pintura fotovoltaica creará las primeras viviendas 100 % desconectadas, y tiene la capacidad de generar energía incluso en las fachadas de los edificios.
Las primeras casas completamente desconectadas de la red eléctrica
La pintura fotovoltaica es un tipo innovador de tecnología solar que permite generar electricidad a partir de superficies pintadas. A diferencia de los paneles solares tradicionales, la pintura fotovoltaica contiene pequeñas partículas semiconductoras que convierten la luz solar en electricidad.
Estas partículas, usualmente de silicio, se mezclan con tintes y resinas para formar una pintura o tinte que se puede aplicar en paredes, techos, automóviles, barcos, aviones y más. Al exponerse a la luz solar, las partículas semiconductoras de la pintura absorben fotones que excitan electrones y los ponen en movimiento.
De este modo, generan una corriente eléctrica, que se conduce a través de la pintura y se recolecta por electrodos conectados a la superficie pintada. Luego se almacena en baterías o se inyecta a la red eléctrica. ¿Sabes qué es lo mejor de todo? Cualquier superficie puede convertirse en un panel solar distribuido.
Un repaso a los tipos de pintura fotovoltaica: no te creerás cuántos hay
Lo más impresionante, a nuestro modo de ver las cosas, es que han sido capaces de producir numerosos tipos de pintura fotovoltaica. En este sentido, encontramos desde compuestos más fluidos hasta otros más sólidos o que emplean materiales reciclados —aquí ya, el no va más de la sostenibilidad—.
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Puntos cuánticos: Utilizan nanopartículas semiconductoras llamadas puntos cuánticos que generan electricidad a partir de la luz solar. Son muy eficientes convirtiendo la luz en electricidad.
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Perovskita: Emplean un material llamado perovskita que es barato de producir y muy eficiente. Las celdas solares de perovskita se pueden fabricar en películas delgadas sobre muchas superficies.
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Células solares de tinte sensibilizado (DSSC): Usan colorantes fotosensibles para absorber la luz y generan corriente. Son fáciles de fabricar y flexibles.
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Células solares orgánicas: Utilizan polímeros orgánicos conductores de electricidad que se pueden imprimir o aplicar como tintas. Tienen un bajo costo de producción pero una eficiencia limitada.
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Celdas solares de plástico: Emplean plásticos especiales como el P3HT que convierten la luz solar en electricidad. Pueden fabricarse en rollos económicos.
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Celdas solares híbridas: Combinan materiales orgánicos e inorgánicos para mejorar la eficiencia. Por ejemplo, mezclando puntos cuánticos con polímeros.
Así descubrieron la pintura fotovoltaica: décadas de diseño para producirla
La idea de la pintura fotovoltaica se remonta a finales de la década de 1970, cuando los científicos comenzaron a investigar formas de aplicar películas delgadas de materiales semiconductores sobre superficies para convertir la luz solar en electricidad.
Uno de los primeros avances significativos ocurrió en 2001, cuando investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Australia desarrollaron una celda solar de polímero que podía imprimirse en láminas delgadas y flexibles. Esto abrió la posibilidad de integrar la energía solar en objetos cotidianos.
En 2009, científicos de la Universidad de Notre Dame en Indiana fabricaron pintura solar utilizando nanotubos de carbono. Esta pintura podía aplicarse a plásticos, metales y yeso, lo que da cuenta de cómo se iba aumentando sus posibles aplicaciones hasta llegar a las que tiene hoy en día.
Otro hito importante se produjo en 2013 cuando un equipo sueco de la Universidad de Upsala desarrolló una pintura de células solares de bajo costo a partir de pigmentos fotosensibilizados. Esta pintura solar podía aplicarse en edificios, vehículos, barcos y mucho más.
Una vez más, nos quedamos impresionados al comprobar el avance de la construcción —más rápido de lo que podríamos imaginar, por cierto—. La clave está en su potencial para revestir edificios con pintura fotovoltaica y dejar atrás a los paneles solares. Todo sea por innovar con criterio y pensando en el futuro, no como hizo Arabia Saudí con este infierno en el desierto que el mundo quiere frenar.