Un impacto económico desigual es lo que, a juicio de un estudio, trae consigo el conocido como Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2020-2030 (PNIEC). Según este análisis llevado a cabo por investigadores y expertos de la Universitat Rovira i Virgili (URV) de Tarragona esta estrategia tendría un trato de favor hacia aquellas comunidades autónomas con más población y más peso en la economía nacional.
Es el caso de Madrid, Cataluña o Andalucía como aparece reflejado en este informe que apunta que los resultados muestran el refuerzo del peso de las regiones más dinámicas «y no reduce las desigualdades territoriales existentes».
Una de las explicaciones está clara como comentan los responsables del informe: «si la inversión inicial se asigna efectivamente en función de estos indicadores, las regiones con menor población, menor actividad industrial y menor presencia de empresas del sector energético reciben una menor inversión«.
Desigualdad por comunidades en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2020-2030 (PNIEC)
Un estudio elaborado por investigadores de la Universitat Rovira i Virgili (URV) de Tarragona advierte de que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2020-2030 (PNIEC) podría generar un impacto económico desigual entre las comunidades autónomas, favoreciendo a las regiones más pobladas y con mayor peso económico, como Madrid, Cataluña y Andalucía.
El análisis evalúa los efectos del PNIEC en términos de producción, valor añadido y empleo, y señala que, aunque la inversión prevista de 308.000 millones de euros tendría un impacto global positivo —con cerca de 345.000 millones de euros en producción adicional y 1,8 millones de nuevos empleos—, «los resultados muestran que refuerza el peso de las regiones ya más dinámicas y no reduce las desigualdades territoriales existentes».
Según el estudio, Cataluña es la única comunidad que presenta ganancias en los tres indicadores analizados, mientras que regiones como Galicia, Castilla y León o Extremadura registran pérdidas relativas, sobre todo en empleo.
Las diferencias se explican, según los autores, a partir del criterio de asignación territorial adoptado en el estudio, que combina el peso poblacional y la contribución de cada región a la producción energética. «Si la inversión inicial se asigna efectivamente en función de estos indicadores, las regiones con menor población, menor actividad industrial y menor presencia de empresas del sector energético reciben una menor inversión», apuntan.
«Este desequilibrio inicial tiene consecuencias directas: la inversión impulsa el crecimiento económico local a través de la contratación, consumo y activación de sectores complementarios. Si una región recibe menos inversión, genera menos actividad productiva, crea menos empleo y recibe menos ingresos derivados de esta cadena de valor», añaden los autores.
El estudio, desarrollado en el marco del proyecto europeo SPECTRUM, propone una nueva metodología para evaluar ese desequilibrio a partir de indicadores que comparan la inversión directa recibida con los resultados finales en cada territorio. EFE / ECOticias.com