Las energías renovables también evolucionan y constantemente somos testigos de eso, pues vemos paneles y turbinas cada vez más eficientes y una variedad enorme de opciones para el hogar, sin embargo, ahora han superado todos los límites, porque en vez de instalar sistemas de energía en la Tierra, quieren hacerlo fuera de ella.
En busca de más energía
Las energías renovables son cada vez más utilizadas, especialmente la energía solar que ha avanzado a pasos agigantados y cada vez es común ver paneles inclinados para atrapar los rayos solares de la mejor forma posible.
Pero la búsqueda de la eficiencia no se detiene en los tejados de las casas, sino que busca nuevas soluciones para los ambientes más desafiantes y en esa búsqueda se volvió popular instalar paneles solares en forma vertical ¿suena extraño no?
A pesar de lo raro que suene, esta modalidad permite aprovechar el espacio de muros, vallas y fachadas de edificios, de hecho ya ha demostrado ser útil, ya que, el diseño vertical permite generar energía en las horas pico del día.
Pero ahora, esta idea, probada y validada en las calles de las ciudades, está a punto de dar un salto inimaginable, pues un proyecto ultra ambicioso busca llevar este mismo concepto a un lugar donde el sol se comporta de forma distinta, donde las temperaturas son extremas y el terreno es irregular.
Se trata de un proyecto de la compañía de defensa y aeroespacial Lockheed Martin, que con el apoyo de la NASA, están desarrollando una Antena Solar Vertical (VSAT) para ser desplegada en la Luna, pero ¿Cómo es posible esto?
De la Tierra a la Luna
La elección del diseño vertical no es casual, sino una respuesta directa a las condiciones únicas de los polos de la Luna, ya que estos lugares reciben luz solar entre el 80% y el 90% del tiempo, sin embargo, el sol se mantiene muy bajo en el horizonte.
Un panel solar convencional, inclinado de forma tradicional, no podría capturar esa luz de manera eficiente, sin embargo, la Antena Solar Vertical (VSAT) de Lockheed Martin es la solución perfecta y tan ingeniosa como este superpanel potente.
Con una altura de casi 20 metros, su estructura vertical está diseñada para absorber la luz solar desde ángulos bajos de manera continua, lo que asegura un suministro constante de energía para las operaciones lunares.
La tecnología está pensada para ser el motor de la futura base humana en la Luna, de hecho, Lockheed Martin estima que las antenas solares servirán para una variedad de funciones críticas, desde alimentar los sistemas de soporte vital dentro de los hábitats, hasta proveer de luz para las operaciones diarias.
La energía de estos paneles será vital para cargar los vehículos y los rovers que los astronautas usan para la exploración y el sistema también alimentará los equipos que extraen y procesan los recursos locales de la Luna, como el hielo de agua que se encuentra en los polos.
Usando esa energía, los astronautas podrán derretir el hielo y convertir el agua en hidrógeno (para combustible) y oxígeno (para respirar), lo que sin duda será un paso clave para que las misiones en la Luna se vuelvan autosuficientes y no tengan que depender de los recursos traídos desde la Tierra.
Las pruebas que abren el camino
Aunque la tecnología tiene una aplicación básica en la Tierra, el modelo lunar ha sido rigurosamente probado para las condiciones más extremas. La empresa ha realizado pruebas para simular la baja gravedad de la Luna, los terrenos irregulares y las temperaturas extremas.
La NASA eligió este proyecto porque es un paso clave para asegurar que la gente pueda vivir fuera de la Tierra por mucho tiempo y aunque la misión es carísima, para la NASA la visión de un futuro en la Luna no tiene precio.
Una tecnología que funciona en las paredes de nuestros edificios ahora es la clave para que la humanidad puede construir una base en la Luna, lo que sin duda es un paso gigante para la NASA y nos demuestra que el mundo de la energía solar es mucho más grande de lo que pensábamos y que en la innovación no hay límite, y otra prueba de ello son los paneles de la vida.