Los paneles solares prometen ser la solución para satisfacer la demanda energética, sin embargo, muchas veces no tienen la potencia suficiente, pero ahora, Japón ha llegado a superar este desafío y para lograrlo construirá algo que pasará a la historia, pues será tan potente como 20 reactores nucleares, pero ¿Cómo es posible esto?
Japón tiene un plan muy ambicioso
Cada vez son más los países que buscan transicionar a las energías renovables, ya que estas no contaminan nuestro planeta y permiten ahorrar grandes cantidades de dinero, dejando de depender de las fuentes convencionales.
Japón ya está comprometido con esta meta y para cumplirla, ha lanzado un proyecto que parece sacado de una película futurista, pues su idea es construir una red de paneles solares tan masiva que, en su conjunto, tendrá la misma capacidad de producción que 20 reactores nucleares.
Los ingenieros japoneses están perfeccionando un material llamado perovskita, que promete ser el futuro de la energía solar y a diferencia de los paneles tradicionales que conocemos, estos son flexibles, ligeros y pueden ser mucho más eficientes en ciertos escenarios.
Pero Japón no solo quiere tener más energías renovables, sino que también buscan cumplir la meta de alcanzar cero emisiones netas para 2050 y competir directamente con China, que actualmente domina la producción de paneles solares convencionales.
Tan potente como 20 reactores nucleares
El plan es tan ambicioso como la construcción de la turbina más grande del mundo, solo que este proyecto tiene como objetivo, para el año 2040 instalar una capacidad de 20 gigavatios (GW) con esta nueva tecnología.
Para entender su escala, un solo reactor nuclear de 1 GW puede suministrar energía a unos 780 000 hogares, esto significa que la capacidad instalada en Japón podría abastecer a más de 6 millones de hogares, logrando las energías renovables representen entre el 40% y 50% de su producción total.
La protagonista detrás de este avance es la empresa japonesa Sekisui Chemical, con el respaldo del gobierno y ya han comenzado las primeras pruebas en edificios de Tokio y Yokohama, demostrando que estos paneles funcionan y son viables incluso en las grandes ciudades, donde el espacio es limitado.
Pero ¿Qué hace a estos paneles tan especiales? La gran diferencia de los paneles de perovskita es que a diferencia del silicio, que es pesado y rígido, este nuevo material puede fabricarse en láminas ultrafinas, siendo mucho más ligero y flexible.
Esto abre un mundo de posibilidades, permitiendo que se instalen en lugares que antes eran impensables para los paneles solares, como ventanas, fachadas de edificios, estructuras móviles e incluso los techos de los autos.
Otra ventaja crucial es que la perovskita es mucho mejor para capturar la luz difusa, es decir, la que llega en días nublados o en zonas de sombra y por si fuera poco, su proceso de fabricación es más simple y económico, lo que podría hacer que la energía solar sea mucho más accesible a largo plazo.
Una apuesta por la independencia energética
El proyecto va mucho más allá de una iniciativa tecnológica, es un plan para la seguridad e independencia energética de Japón, pues desde hace años, el país busca dejar de depender de la energía nuclear y los combustibles de otros países.
Pero ahora, al desarrollar su propia cadena de suministro de perovskita, Japón está garantizando su independencia, de hecho, el gobierno ha invertido más de 400 millones de yenes en este proyecto y ha creado un consorcio de más de 150 empresas que trabajarán juntas con tal de lograr este objetivo.
Pero a pesar de su enorme potencial, la tecnología de perovskita aún tiene desafíos que resolver, por ejemplo se debe mejorar su durabilidad y su rendimiento en condiciones climáticas extremas, sin embargo, Japón está convencido de que estos desafíos son superables.
Sin duda, la ambición de Japón es enorme, pero si efectivamente este proyecto funciona, podría posicionarse como el líder de los paneles solares, marcando un antes y un después en la historia de la energía solar y por supuesto también cumpliría sus metas de independencia y se acercaría mucho más a la meta de la transición energética, sobre todo ahora que también está descarbonizando el transporte.