Coche eléctrico hoy: ¿una opción de futuro o presente? La revolución de los coches eléctricos no ha hecho más que empezar. Y como todas las revoluciones, esta tiene muchos escollos que enfrentar y salvar. Porque si hay algo que es innegable, es el promisorio futuro que tiene la movilidad eléctrica en el camino a la necesaria e imprescindible descarbonización global.
Buscando la rentabilidad
A día de hoy un coche urbano eléctrico tiene un coste considerablemente mayor que el térmico equivalente. Eso implica que, por ahora, las subvenciones siguen siendo imprescindibles. Pero todos saben que esta situación no puede ser eterna. En un futuro no muy lejano, la compra de vehículos sostenibles dependerá del poder adquisitivo de sus promisorios propietarios.
a ello hay que sumarle la realidad de que la industria del automóvil atraviesa en estos momentos una importante etapa de transición. Por un lado, está obligada a invertir enormes sumas de dinero en tecnologías que aún tienen márgenes de ganancia muy bajos. Al menos si se los compara con los que les reportan los vehículos con motores convencionales. Y por el otro, necesita cumplir con las expectativas que se esperan de ella.
No todo es perfecto
Algunos expertos aseguran que, si las ventas de coches eléctricos continúan al ritmo actual, podría existir una amenaza real pendiendo sobre el futuro de este modo de propulsión. Y no se refieren a la falta de autonomía de la que se quejan muchos conductores. O de la ineficacia de las redes de carga. Si no a la posibilidad de que las materias primas necesarias para su manufactura escaseen en relativamente poco tiempo.
La alerta la dieron varios científicos que explicaron que existe una doble condicionante. Por un lado, hay que aumentar el número de coches eléctricos fabricados para colmar tanto las expectativas como las normativas. Buen ejemplo de ello es el de la UE, que ya ha prohibido la fabricación de alternativas con motores de combustión para 2030. Pero por el otro, temen que los recursos sean escasos en lapsos de tiempo muy breves.
El problema proviene principalmente de que los medios de producción son claramente insuficientes. La cadena de valor de los coches eléctricos debería adaptarse de forma profunda y casi radical. Por lo que volvemos al tema de las inversiones sustanciales que se requerirán para cambiar los sistemas actuales por unos más sostenibles y eficaces.
Una de las asignaturas pendientes de la industria de los coches eléctricos es el reciclaje de las baterías. Por ahora es caro e ineficaz. Pero si realmente se pretende llegar a cumplir con las exigencias de sostenibilidad necesarias para la sociedad del futuro, este es otro de los temas que la industria deberá solventar.
Las necesarias infraestructuras
Si bien ya ha comenzado, la apuesta por la diversificación y multiplicación de las infraestructuras de recarga debe continuar. Se estima que será necesaria una terminal por cada decena de coches eléctricos en circulación. Pero para alcanzar esas cifras queda un largo camino por recorrer. Esto significa que habrá necesidad de realizar más inversiones, tanto públicas como privadas.
Vistos estos factores, no hay dudas de que la revolución eléctrica aún está en pañales. Pero también está muy claro que las empresas automovilísticas y los gobiernos, especialmente los de las naciones más desarrolladas, están poniendo todo su empeño y muchísimo dinero, con el fin de que nada la detenga. Coche eléctrico hoy: ¿una opción de futuro o presente?