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lunes, marzo 20, 2023

CORONAVIRUS: ‘Una recuperación justa para las personas y el medioambiente’

Con la intensa y rápida propagación de Covid-19 estamos viendo cambios radicales en nuestra sociedad: negocios cerrados, calles vacías, colegios y universidades sin estudiantes. Ya no viajamos.

Estos días estamos cambiando nuestras vidas para protegernos y proteger a los demás. Resulta increíble ver a todas las personas, profesionales, la sociedad en su conjunto trabajando para contener la propagación de este virus.

A la preocupación por la intensidad con la que nos está afectando la pandemia del coronavirus se une la lógica preocupación por las repercusiones económicas y laborales que acarreará. En la tercera semana de confinamiento el parón de la actividad económica se ha hecho extensivo a todas las actividades no esenciales.

Estamos ante una situación inédita en la que por primera vez se actúa anteponiendo la salud a la economía. Sabemos que el esfuerzo colectivo y el cuidado de las personas en esta crisis es lo que nos va a ayudar a superarla.

La respuesta de los gobiernos va a ser decisiva en el periodo post crisis. El presidente Sánchez anunció hace unas semanas en el Congreso unos presupuestos de “reconstrucción social y económica”.

En la UE se está intentando buscar la colaboración de los Estados para generar un Plan Marshall que permita inyectar grandes cantidades de dinero para que, confiemos, nos hagan salir de esta crisis sin las consecuencias nefastas para las personas y el medioambiente de crisis anteriores. Necesitamos respuestas globales y colectivas ante esta crisis sanitaria que, como ocurre con la climática, no tiene fronteras.

Centrar la respuesta a la crisis en las personas y no en las corporaciones

El futuro que nos aguarda vendrá definido por las decisiones que tomemos ahora. Muchas de las soluciones que se aportan a la crisis sanitaria refuerzan también las medidas necesarias para abordar la crisis climática. 

La crisis ha puesto en evidencia cuales son los sectores útiles para el cuidado de la vida y de las comunidades. Las decisiones que se vayan adoptando para superarla deberán tener en cuenta el bien común, el valor de lo público, de los servicios sociales, de la sanidad. 

Garantizar un sistema sólido de protección social eficiente y unos servicios públicos y sociales robustos que no dejen a nadie atrás es fundamental para hacer frente a ambas crisis.

Utilizar el estímulo económico para dar respuesta a la crisis ambiental y climática

Somos conscientes que lo primero que habrá que hacer una vez superada la crisis sanitaria será abordar un ambicioso paquete de estímulos de emergencia para estabilizar la economía, prevenir la pérdida masiva de empleos y el incremento de las desigualdades sociales y de la pobreza. 

También somos conscientes, más que nunca, de la necesidad de afrontar los desafíos a medio plazo mediante la transición a una economía más justa, sostenible y descarbonizada.

Garantizar una transición ecológica que nos convierta en una sociedad sin emisiones, resiliente y que restaure y preserve el patrimonio natural para las próximas generaciones será el motor económico de la reconstrucción tras la pandemia.

El impulso y la financiación en los sectores de las energías renovables, la renovación de edificios energéticamente eficientes, la gestión de la demanda, la movilidad sostenible, la agricultura ecológica o el valor de los ecosistemas serán generadores de empleo.

Garantizar los sistemas democráticos y el estado de derecho

Resulta imprescindible que esta crisis no sirva de refuerzo para los totalitarismos y contemple la garantía de los derechos humanos, el respeto a la privacidad y se garantice que las normas desarrolladas en el contexto de emergencia nacional solo se circunscriben a este ámbito.

Tenemos que conseguir un mundo más preparado, más resiliente, para luchar contra los grandes desafíos de este siglo. Para ello seguimos apostando por un multilateralismo con base en los derechos humanos, la defensa de los bienes públicos globales, el medioambiente y la solidaridad entre personas, países, pueblos y regiones del mundo.

Fuente: Greenpeace

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