Para quienes no conocen el término, en el Diccionario General de la Lengua Asturiana (DGLA) la definicion de bullada es la siguiente: ‘Pella del excremento del ganado vacuno‘ como primera acepción y ‘boñiga’ como segunda.
Por tanto, la bullada purpurina que se entrega como premio cada año es un gran montón de ‘excrementos brillantes’, que se emplean para afear las conductas, procedimiento y acciones de corte medioambiental de la o las personas, instituciones o empresas a las que se ‘distingue’ con dicho galardón.
Por trigésimo segundo año consecutivo, la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies hace entrega simbólica de la Bullada de Purpurina, un tristemente célebre “galardón” que reconoce la labor y acciones de las empresas, instituciones y administraciones que más han destacado en su labor en contra de la conservación de la naturaleza y el medio ambiente asturiano.
Este año, tras un exhaustivo análisis de los méritos conseguidos para ganar este premio, han sido nominados:
- HUNOSA
- Marcelino Marcos Líndez consejero de Medio Rural
- ARCELOR MITTAL
- la Demarcación de Carreteras
- Nieves Roqueñí la Consejera de Transición Ecológica.
Bullada Purpurina 2024
Y la Bullada Purpurina 2024 es para… la Coordinadora Ecoloxista otorga el premio a la señora Nieves Roqueñí, Consejera de Transición Ecológica, Industria y Desarrollo Económico de Asturias, por sus muchos méritos en su desastrosa gestión dentro de sus múltiples competencias.
Su gestión de los residuos en Asturias es pésima. El principado está a la cola del reciclaje en España y encima se empeña en quemar residuos en forma de CSR en la térmica de la Pereda y en la cementera de Aboño, aumentando la contaminación del aire que ya padecen. Ni siquiera es capaz de evitar que se le quemen las plantas de tratamiento de residuos, nuevas y viejas, en Cogersa.
No escucha a los vecinos afectados por los proyectos mineros, no atiende las peticiones vecinales, la mina de oro de Belmonte que se hunde, de la gente del entorno y de los Ayuntamientos de paralizar los sondeos de Peñamayor y de los valles de Siero y Gijón, afectados por las muchas irregularidades de Minersa que ella permite.
Sigue sin avanzar en la mejora de la calidad de aire de Asturias. La única medida que ha adoptado fue la de cambiar de ubicación las estaciones que ofrecen peores datos, a zonas más escondidas. Mientras tanto, sigue sin regular los límites admitidos del cancerígeno benceno. Y la gestión de las aguas residuales es desastrosa, con miles de asturianos sin tratamiento de las aguas contaminadas, que acaban en nuestros ríos y en el mar.
La Coordinadora hace entrega de la Bullada de Purpurina 2024 a una política de quien dependen muchas de las decisiones que marcarán el futuro de la región. Cada paso que se retrocede en la defensa medioambiental y cada mala decisión que se toma compromete el futuro de este mundo, a las personas que lo habitamos y a las generaciones futuras que heredarán el problema más descomunal que haya habido nunca. Sinceramente, nada de esto parece gracioso. Ojalá llegue un año en el que no sea necesario tener que entregar este lamentable galardón.