Malas noticias, aunque tengan un carácter provisional para los agricultores y ganaderos españoles que verán como en el nuevo marco financiero, que se extenderá entre 2028 y 2034, las ayudas de la Política Agraria Común, PAC, registraran una significativa disminución, incluso por debajo de los 300.000 millones de euros, lejos de los 386.000 del periodo previo.
La Comisión Europea ha presentado su propuesta para el próximo presupuesto de siete años de la Unión Europea (2028-2034), que alcanzará los 2 billones de euros, representando el 1,26 % de la Renta Nacional Bruta (RNB) comunitaria. Se trata de un incremento frente al 1,13 % actual, aunque el presupuesto efectivo neto se reduce al 1,15 % al descontarse los reembolsos del plan NextGenerationEU.
Greenpeace lamenta que la Comisión Europea elimine la financiación climática y ambiental de la nueva PAC, ya que esta reconoce el problema de la distribución injusta de los pagos y propone un tope máximo obligatorio. Asimismo, el texto reconoce los impactos que tiene la ganadería industrial y pide que se establezcan cargas ganaderas máximas, especialmente en las Zonas Vulnerables a Nitrato.
La nueva PAC no prioriza el medio ambiente
La Comisión Europea ha eliminado la financiación específica destinada a ayudar a los agricultores a adoptar prácticas respetuosas con la naturaleza en su presupuesto a largo plazo y en la propuesta de actualización de la política agraria de la UE. Mientras que la actual política agraria común de la UE reserva un tercio de sus fondos para hacer que la agricultura europea sea más sostenible y reduzca su impacto climático, la nueva propuesta permitiría a los gobiernos nacionales dedicar significativamente menos.
La ONG advierte que el fin de la financiación dedicada a una agricultura más sostenible, amenaza la viabilidad a largo plazo del sector, que necesita desesperadamente reducir su contaminación e impacto sobre la naturaleza, y volverse más resiliente frente al clima extremo provocado por la crisis climática.
Marco Contiero, director de política agrícola de la ONG en UE, ha declarado: “Permitir que cada gobierno nacional decida cuánto invertir en hacer que la agricultura sea más sostenible amenaza el objetivo común de una agricultura europea que funcione en armonía con la naturaleza y prospere en un clima cambiante.
El plan de la Comisión podría hacer que los pagos agrícolas fueran más justos, redistribuyendo fondos de los grandes terratenientes y las granjas industriales hacia los agricultores que lo necesitan, pero esto corre el riesgo de verse socavado por 27 planes nacionales bajo la presión de los lobbies agrícolas industriales.
Los agricultores están en la primera línea frente al clima extremo, y están abandonando el negocio a un ritmo alarmante. Necesitan un enfoque común para hacer que la agricultura europea sea más resiliente y justa, no un mosaico que perpetúe el statu quo y premie a los grandes contaminadores.”
Pasos significativos
La propuesta de la Comisión incluye pasos significativos para cambiar el actual sistema de subsidios, que se basa principalmente en la superficie cultivada, lo que provoca que la gran mayoría del dinero agrícola de la UE vaya a parar a los grandes terratenientes y granjas industriales.
El nuevo plan presentado hoy establece un límite máximo a la cantidad de dinero público que puede recibir una explotación, los pagos basados en hectáreas disminuirían a medida que las explotaciones crecen, y los fondos deberían estar mejor dirigidos a los agricultores que realmente los necesitan. La organización ecologista advierte que dar a los gobiernos nacionales un amplio margen para decidir qué explotaciones necesitan apoyo adicional pone en riesgo este enfoque progresista para corregir las enormes injusticias en la agricultura europea.
El plan de la Comisión también introduce normas para establecer límites al hacinamiento de animales de granja en las zonas vulnerables a nitratos, así como incentivos para que las granjas adopten una producción ganadera más extensiva. Según la ONG, estos son pequeños pasos en la dirección correcta para abordar los insoportables impactos ambientales y de salud pública de la ganadería industrial.
Para abordar esto, el pasado junio la organización ecologista presentó la propuesta para la transición del modelo de producción y consumo de alimentos en España, demostrando que no solo es necesaria y urgente, sino también posible. Y para ello es fundamental que esta transición este acompañada y apoyada con políticas como la PAC.
Revolución alimentaria
Bajo el título ”Revolución Alimentaria: Urge una transición del inviable sistema actual a un MODELO ALIMENTARIO SOSTENIBLE” el documento analiza el futuro del sistema alimentario español frente al cambio climático y la pérdida de biodiversidad, comparando el impacto de mantener el modelo actual con el de avanzar hacia uno verdaderamente sostenible.
En el modelo desarrollado por la organización ecologista se hace más que evidente que es necesaria una transición hacia la agroecología y la ganadería extensiva reduciendo en 2050 las emisiones en la producción agropecuaria un 95 %. El modelo ahorraría un 38 % de superficie ocupada en terceros países e incrementaría los empleos del sector agropecuario en un 50 % para 2050.
«La nueva propuesta de la PAC apunta, al menos sobre el papel, a un reparto más justo de las ayudas para quienes más lo necesitan. Pero solo con la implicación de los Estados miembros se garantizarán condiciones laborales dignas en el campo y una verdadera justicia social.
La futura PAC debe ser clave para transformar el modelo agrario hacia uno más justo y resiliente ante la crisis climática, de biodiversidad y contaminación. Sin voluntad política de cada Estado, en esta nueva Política agraria poco común, esta transición urgente no será posible.» ha declarado Helena Moreno, responsable de la campaña de sistemas alimentarios sostenibles. ECOticias.com