La Unión Europea (UE) estableció la Directiva Marco sobre la Estrategia Marina para lograr un buen estado ambiental en los mares europeos mediante un enfoque ecosistémico de la gestión. Los Estados miembros de la UE que la implementen deben evaluar el estado ambiental de sus mares, así como las presiones e impactos humanos que las afectan.
Esta directiva sigue un ciclo de seis años, con evaluaciones basadas en once descriptores vinculados a criterios específicos de presión, estado e impacto. Las evaluaciones de los Estados miembros deben determinar el grado de logro del bienestar de sus aguas. Sin embargo, para una gestión coherente de los mares de la UE, son esenciales evaluaciones comparables entre los Estados miembros y una visión general a nivel de la UE del estado y los avances de la directiva.
La actividad humana en el foco del deterioro de los mares europeos
Más de una década después de la entrada en vigor de la Directiva Marco sobre la Estrategia Marina, los mares europeos aún están lejos de alcanzar el objetivo de Buen Estado Ambiental. La biodiversidad marina sigue mostrando signos de deterioro y las actividades humanas continúan ejerciendo una presión considerable sobre los ecosistemas.
Así lo ha demostrado un equipo internacional de investigación que, por primera vez, ha evaluado de forma integral y armonizada la situación ambiental de todas los mares de la Unión Europea.
La investigación se enmarca en el proyecto europeo GES4SEAS, financiado por el programa de investigación e innovación Horizon Europe de la Unión Europea y coordinado por el centro tecnológico AZTI. El estudio, publicado en una revista científica de alto impacto, Conservation Letters, ofrece una evaluación detallada del grado de cumplimiento de los objetivos ambientales comunitarios en el medio marino, y concluye que la mayoría de los ecosistemas aún no alcanzan los niveles deseados de salud ecológica establecidos por la normativa.
La investigación analiza los 11 descriptores que definen el estado ambiental del medio marino, según la mencionada directiva europea —desde la biodiversidad y las pesquerías hasta la basura marina y el ruido submarino— e integra por primera vez esta información a escala regional. Los resultados muestran que las presiones humanas —como la sobrepesca, la contaminación, las especies invasoras o el cambio climático— siguen actuando de forma acumulativa, sin una respuesta eficaz y coordinada.
No estamos simplemente ante una falta de progreso. Estamos perdiendo biodiversidad marina a gran escala mientras los instrumentos de gestión actuales no logran frenar el deterioro, advierte Stelios Katsanevakis, catedrático de Ciencias Marinas en la Universidad del Egeo y coautor del estudio.
Mientras que regiones como los mares Baltico y del Norte presentan mejores niveles de seguimiento y gobernanza —gracias a convenios internacionales como HELCOM (Convenio de Helsinki para la protección del mar Báltico) y OSPAR (Convenio de Oslo-París para la protección del Atlántico Nordeste)—, otras áreas, especialmente en el Mediterráneo oriental, sufren importantes lagunas de datos, lo que limita seriamente la capacidad de actuación.
Desde su entrada en vigor en 2008, la Directiva obliga a los Estados miembros a evaluar cada seis años el estado ambiental de sus aguas marinas y a diseñar planes de medidas para alcanzar o mantener el Buen Estado Ambiental. El análisis muestra que, aunque se han producido avances en algunas regiones, la calidad de los datos y la aplicación de medidas varía significativamente entre países y cuencas marinas.
Este estudio confirma lo que la comunidad científica viene señalando desde hace años: la UE necesita reforzar su gobernanza marina, basarse más en evidencia científica y actuar de forma coordinada y urgente si quiere proteger sus mares, señala Ángel Borja, investigador de AZTI, coordinador del proyecto GES4SEAS y coautor del estudio. “La salud de nuestros ecosistemas marinos no puede depender del azar geográfico ni del nivel de compromiso político de cada país”, añade el Dr Borja.
España: los peores indicadores ambientales
El análisis ofrece también una imagen clara del estado de los ecosistemas marinos que rodean a España. En particular, el mar de Alborán y el Mediterráneo occidental figuran entre las ecorregiones con mayores niveles de presión y peores indicadores ambientales.
El mar de Alborán presenta el índice de presión más alto de las zonas evaluadas, lo que refleja una intensidad notable de impactos humanos, como la pesca intensiva, el tráfico marítimo o la contaminación. A esto se suma una cobertura de datos limitada, que complica el diseño e implementación de medidas eficaces.
Por su parte, el Mediterráneo occidental, que incluye una amplia franja del litoral español, muestra el índice de estado ecológico más bajo de Europa, pese a contar con una evaluación relativamente completa. Esto sugiere la necesidad de intensificar los esfuerzos de restauración y conservación en esta zona.
En el Atlántico, las aguas de la plataforma suroeste europea —también bajo jurisdicción española— se benefician de una mayor coordinación regional en el marco del convenio OSPAR, aunque el estudio no ofrece datos desagregados específicos para esta área.
Estos resultados subrayan la importancia de reforzar la protección de los ecosistemas marinos en las aguas españolas, mediante acciones ambiciosas y sostenidas, apoyadas en datos de calidad y en la cooperación regional.
Proteger los mares europeos
El equipo investigador insta a las instituciones europeas y nacionales a reforzar la vigilancia ambiental, mejorar la calidad y cobertura de los datos y aplicar políticas coherentes, basadas en evidencia científica. La conservación de la biodiversidad marina no solo es clave para el equilibrio ecológico, sino también para garantizar los servicios que los océanos prestan a la sociedad: desde la pesca sostenible hasta la regulación climática, el empleo azul y la salud de los ecosistemas costeros.
En este aspecto, la Dirección General de Medio Ambiente, de la Comisión Europea, ya ha contactado a los autores, para presentar próximamente esta metodología y sus resultados a una serie de expertos de todos los países europeos y tomar decisiones para avanzar en la protección del mar.
Este estudio identificó importantes lagunas de conocimiento, especialmente en el Mediterráneo oriental. Los resultados destacan la necesidad urgente de mejorar la vigilancia ecológica y establecer objetivos ambientales para mejorar el grave estado de los mares europeos, abogando por una cooperación regional más fuerte y metodologías estandarizadas. ECOticias.com