Los coches eléctricos para la UE son el futuro. Y en España lentamente se está tomando conciencia de la necesidad que hay de que el transporte migre hacia la movilidad eléctrica. Poco a poco la gente está entendiendo que hay que abandonar los combustibles fósiles, pero aún se muestra reacia a cambiar radicalmente y optar por los coches eléctricos.
La movilidad eléctrica debe triunfar
Varios países y fabricantes vienen anunciando desde hace ya varios años, su intención de garantizar que todos los vehículos nuevos que se vendan en todo el mundo tengan cero emisiones para 2040 y que, en 2035 en los principales mercados solo se puedan vender coches eléctricos nuevos.
A nivel europeo, también se está trabajando intensamente al respecto, puesto que en el Pacto Verde de la UE se apunta al fin de los coches con motor de combustión interna para 2035. En España, si bien hay un compromiso para con la movilidad eléctrica, los avances son lentos e irregulares.
Aun a día de hoy la gran mayoría de los españoles se decantaría por un coche con motor de combustión interna, si tuviera que cambiar de vehículo. Aunque son cada vez más conscientes de que no resultan medioambientalmente correctos y conocen las ventajas que puede tener el cambio hacia los coches eléctricos, no se animan a dar ese paso fundamental.
Una paradoja muy española
Para comprender esta aparente incoherencia o paradoja hay que tomar en cuenta varios factores. En primer lugar, para los españoles el factor económico siempre fue diferencial, pero ahora es aún más significativo, por lo que en general el precio de los combustibles (que no deja de fluctuar) podría ser decisorio.
El factor ambiental, ecológico y los efectos perniciosos para la salud de la quema de combustibles fósiles no son una preocupación mayor para la mayoría de los conductores, que creen firmemente que duermen con su ‘conciencia ambiental’ tranquila, gracias a la etiqueta ‘eco’ de sus coches con motores a combustión.
Primero un coche híbrido
A pesar de todo, hay señales inequívocas de que los españoles están comenzando a darse cuenta de que el cambio es inminente y que por más que se haga duro enfrentarlo, no habrá más remedio que asumirlo y acabar optando por los coches eléctricos. Pero la gran mayoría cree que el paso intermedio, más cómodo y menos polucionante, pasa por adquirir primero un coche híbrido.
La percepción en cuanto a que los coches híbridos pueden ser una solución intermedia es más fuerte entre los conductores de más edad, ya que los más jóvenes tienen una mayor conciencia medioambiental y ven los coches eléctricos como algo que no debería ser parte del futuro, sino que debería integrar su presente.
También hay diferencias en cuanto al método para abandonar los combustibles según los lugares en donde se viva, puesto que las grandes metrópolis que sufren atascos y picos de contaminación por partículas, CO2 o NOx ven con mejores ojos los coches eléctricos, algo que no siempre sucede en los lugares que tienen circulación fluida y buena calidad de aire.
Migrando hacia los coches eléctricos
En general, los conductores siguen divididos en opiniones en cuanto a que este tipo de vehículo es mejor para el medio ambiente y muchos sostienen que si un coche no ‘ruge’ no es un coche, porque, aunque desde 2019 los coches eléctricos no pueden ser silenciosos, ellos perciben que ‘no es lo mismo’.
Por otro lado, los coches eléctricos siguen siendo más caros que los de combustión interna y los conductores aún temen a la autonomía por cuestiones de falta de infraestructuras. Pero la realidad es la que es, y ya sea por presión social, por las mejoras que conlleva su compra o porque bajen de precio, es innegable que la movilidad eléctrica es el futuro (y uno no muy lejano).