En Berlín y otras ciudades alemanas –hasta un total de 40-, hay zonas urbanas más o menos amplias en las que se prohíbe el paso de vehículos a motor, públicos o privados, que no lleven una etiqueta verde que certifica que no superan ciertos límites de emisiones. El objetivo es reducir los niveles de contaminación en las ciudades.
Los más afectados son los residentes, que no pueden evitar el desplazamiento. Pero también son los que más sufren la mala calidad del aire. Al centro de Berlín acceden muchos vehículos que no son de residentes, por motivo de trabajo, de transporte de pasajeros o de mercancías, visitas, turismo, etc. Todos los vehículos quedan afectados por la limitación, sean residentes o no, y sean privados, de pasajeros o de mercancías.
Los vehículos extranjeros que estén de paso también se ven afectados y por ello se facilita que puedan adquirir la etiqueta correspondiente mostrando la documentación de forma presencial o por correo o internet antes del viaje.