Los coches eléctricos se han vuelto cada vez más populares, especialmente entre los usuarios que buscan cuidar el planeta, pero ahora, una investigación ha demostrado que estos coches pueden transportar un recurso muy valioso, pero ¿De qué se trata?
El desafío de los coches eléctricos
Los coches eléctricos han llegado a nuestras vidas para acercarnos a una movilidad más sostenible, donde no se liberen gases contaminantes, sin embargo, uno de los mayores desafíos de estos vehículos, siempre ha sido la degradación de sus baterías, las cuales van perdiendo su autonomía y valor.
Pero ¿Qué tal si a esas baterías se les pudiera dar otro uso? Esto puede sonar muy extraño, ya que usar la batería para algo más que conducir el propio coche, significaría someterla a ciclos de carga adicionales y por ende se debería degradar aún más rápido.
Sin embargo, una investigación de Mobility House Energy y la Universidad RWTH de Aachen ha llegado a resolver este problema y demostrarnos que las baterías son mucho más que una simple pieza de un vehículo.
La magia de las baterías
Para resolver la duda sobre la degradación de las baterías, compararon tres escenarios de carga para ver cuál afectaba menos a la vida de la batería, comenzando por la más simple: la Carga Inmediata (IC), donde el coche se carga al máximo tan pronto como se enchufa.
La segunda, es la Carga Inteligente (V1G), un proceso más optimizado en el que un software decide el mejor momento para cargar y así cuidar la batería y por último, la Carga Bidireccional (V2G), que es el método más avanzado, donde la batería no solo recibe energía, sino que también la devuelve a la red.
Los resultados fueron bastante concretos, pues descubrieron que la Carga Inmediata (IC), es la peor opción. Básicamente, en diez años, una batería de 50 kWh puede perder hasta un 18% de su capacidad, lo que reduce notablemente la autonomía.
La carga inteligente es la mejor opción para la salud de la batería, pues la degradación se reduce significativamente, perdiendo solo un 12% de su capacidad en diez años. Esto se traduce en mantener hasta 3.6 kWh de energía extra y una mayor autonomía.
Pero ¿Qué pasa con la Carga Bidireccional? Esta es la más curiosa, pues aunque somete a la batería a más ciclos de carga y descarga, el efecto negativo es mínimo. La degradación adicional es de solo un 3% extra en diez años, lo que hace que la pérdida total sea de un 21%.
Un tesoro escondido
Básicamente, ese recurso tan valioso que estos coches pueden transportar es la energía y gracias a esta investigación la tecnología de carga bidireccional (V2G), un coche eléctrico se convierte en un banco de energía móvil, tan curioso como las misteriosas esferas de China.
La gracia de esto, es que la energía es un recurso muy valioso económicamente y la carga bidireccional permite monetizar la batería, es decir, usar su energía para ganar dinero, vendiéndola a la red cuando el precio del kilovatio es más alto.
El informe de Mobility House estima que, si bien la carga inmediata no genera ingresos y la carga inteligente puede generar un valor de 3000 euros en diez años, la carga bidireccional podría generar un valor de hasta 8000 euros en el mismo periodo.
Esto significa que, en el futuro, los vehículos eléctricos podrían ser la clave para equilibrar las redes eléctricas y gestionar el uso de energías renovables, proporcionando una solución práctica para los desafíos energéticos de la humanidad.
Hace poco descubrimos la verdad sobre la rentabilidad de los coches eléctricos y ahora, gracias a este estudio descubrimos que no solo son medios de transporte para las personas, sino que son el transporte de la energía, un recurso muy valioso.