Sabemos que los coches eléctricos se han vuelto cada vez más populares, sin embargo, siguen teniendo varios desafíos por resolver, así que Francia ha tomado cartas en el asunto. Pero lo más curioso es que tomará un camino bastante diferente, convirtiendo a los propios coches eléctricos en generadores de energía, pero ¿cómo es posible esto?
Una carrera por la movilidad eléctrica
La gasolina parece estar quedándose en el pasado, ya que las empresas son cada vez más conscientes de que estos combustibles son perjudiciales para nuestro planeta, sin embargo, cuando llega la hora de reemplazarlos y apostar por otra tecnología suelen limitarse a coches eléctricos de grandes baterías.
El problema de esto, es que aunque estos coches son bastante eficientes y atractivos, necesitan una red de carga y hoy en día nos enfrentamos a la falta de estaciones de carga, el alto costo de los autos y la ansiedad de los conductores por la autonomía.
En búsqueda de soluciones, Francia ha querido tomar otro camino usando los propios autos eléctricos como generadores de energía, para que de este modo los conductores tengan que depender de una red, que lamentablemente en muchos lugares ni siquiera existe.
Francia acelera la transición
Se trata del proyecto de Horse Powertrain, una empresa creada entre el gigante francés Renault y la automotriz china Geely y su objetivo no es crear otro auto eléctrico, ni un coche volador como este, pues la idea es crear una pieza que resuelva los mayores desafíos de la movilidad eléctrica.
La solución será un motor que, en lugar de mover el coche, cargue la batería mientras el vehículo avanza, una solución que apuesta por un futuro donde la electricidad sea la base de la movilidad, pero la autonomía sea un problema del pasado.
El motor es el generador C15, un sistema tan compacto que mide apenas 50 x 55 x 28 cm, pero a pesar de su tamaño, tiene todo lo que necesita para funcionar, un motor de combustión, un generador eléctrico y un sistema de escape y refrigeración.
Otro punto destacable es que su diseño modular y de tamaño reducido facilita a los fabricantes colocarlo en casi cualquier coche eléctrico ya sea en la sección delantera o trasera, sin requerir modificaciones importantes en la estructura del coche.
Una respuesta a los mayores problemas eléctricos
La principal ventaja del generador C15 es que resuelve los principales desafíos de los coches eléctricos, comenzando con la ansiedad por la autonomía, pues al tener un motor que carga la batería, el coche no se detendrá a mitad de un viaje largo, incluso si no hay una estación de carga cerca.
En segundo lugar con este sistema, los fabricantes pueden usar baterías más pequeñas, ligeras y económicas, lo que reduce el peso del vehículo y baja su precio final, haciendo que los coches eléctricos sean más accesible para todos.
Y por si fuera poco, este motor es compatible con otros combustibles como gasolina, etanol o metanol, lo que lo hace muy adaptable a las fuentes de energía disponibles en cada país, así que mientras algunos critican que esta tecnología es un retroceso, los expertos dicen que es un paso hacia el futuro.
Los gobiernos y fabricantes están entendiendo que la transición no puede ser tan abrupta como se pensaba, por eso, un auto eléctrico que puede generar su propia energía no es el final de la revolución, pero si el puente, que la hará viable para todos.
Sin duda, este proyecto permitirá acelerar la transición a los coches eléctricos, pues al convertir un auto eléctrico en un generador, este deja de ser un consumidor de energía que requiere una estación de carga, para convertirse en una solución que facilita la transición, motivando a otras personas a decir adiós a la gasolina, tal como Corea dice adiós al petróleo.