El renting eléctrico está alzándose como una opción interesante para los que apuesta por la sostenibilidad. Se alza como una alternativa real y lógica para acercarse a la movilidad eléctrica sin necesidad de desembolsar grandes cantidades. Funciona como cualquier otro contrato de alquiler. El usuario solo tiene que escoger un coche eléctrico, pagar una cuota mensual (en la que se incluye seguro, mantenimiento, asistencia e impuestos), usarlo como si fuera suyo, pero sin compromisos con el producto a largo. Al culminar el contrato, solo tiene que devolverlo y cambiarlo por un modelo nuevo.
El renting eléctrico se ve como una solución real, pero ¿quién lo dice?
Mientras la Comunitat Valenciana impulsa el plan del coche eléctrico, un gran número de personas ve en el renting eléctrico una solución real. Sin entrada, sin taller. Todo incluido en el precio mensual, excepto la electricidad de las recargas.
El último estudio de la compañía de renting Northgate, presentado durante la Semana Europea de la Movilidad, ha puesto de manifiesto el surgimiento de esta práctica. Uno de cada cuatro conductores atraídos por el coche eléctrico escogería el renting flexible.
Esto sitúa este concepto entre los preferidos para impulsar la electrificación. Según los resultados expuestos por la empresa, el 32,3% de los encuestados manifestó su interés por conseguir un automóvil eléctrico.
Aunque también se evidenciaron ciertos obstáculos, aún sin solución definitiva, como la autonomía, disponibilidad de puntos de recarga y percepción de precios altos, “factores que condicionan el ritmo de adopción”.
El perfil más interesado en el eléctrico es el de personas con una franja de edad de entre 25 y 39 años. La intención de compra está más afianzada en grupos de mayor edad, con diferencias que el estudio vincula con hábitos de uso urbano y sensibilidad hacia restricciones de emisiones.
El interés en el renting eléctrico crece
En cuestiones territoriales, la Comunidad de Madrid se ubicó en la cabeza de la electrificación. Reportó un 42% de participantes interesados en la integración de un coche cero emisiones a su próxima decisión.
Con la mira puesta en la decisión de compra, el estudio ha detectado el renting eléctrico como una opción que baja el riesgo de transición tecnológica, a través de contratos flexibles y la posibilidad de obtener un vehículo sin compromiso de permanencia prolongada.
Los usuarios que todavía duda sobre si comprar un coche eléctrico o no por una escasa autonomía o infraestructura de recarga ven una alternativa viable en esta modalidad. Les permite probar la tecnología antes de lanzarse a una compra de miles de euros.
De hecho, la prueba del coche eléctrico en su “día a día” ha sido la principal motivación registrada por las personas interesadas en el renting flexible. Antes de dar el paso a la compra final, el renting eléctrico les permite probar cómo sería si realmente tomaran la decisión y si se ajusta a sus necesidades reales.
En el sector profesional, el informe anota que la flexibilidad contractual entra dentro de los parámetros de las empresas que trabajan en ciudades con zonas de bajas emisiones. Esto facilita el reemplazo de vehículos y la adaptación del parque a los requisitos locales sin decisiones de largo plazo.
El coche eléctrico es una tecnología necesaria: por eso, el renting eléctrico suma adeptos
La predisposición a la compra de coche eléctricos ha visto superior en usuarios que cuentan con punto de recarga en destino. Este aspecto consolida el peso de la infraestructura como catalizador de la intención de compra y condición previa a un empleo cotidiano sin sobresaltos.
El análisis de la filial española de Northgate muestra la utilidad percibida por los usuarios del coche eléctrico en recorridos urbanos y periurbanos. La tecnología de los coches eléctricos ya no es necesaria, es inevitable. El surgimiento del renting eléctrico es un hecho y va por más. Este escenario convive con la última apuesta de la Unión Europea, que impulsa el coche eléctrico, barato y de pequeño tamaño.