Volvo planea revisar su hoja de ruta en cuanto a su alejamiento de los combustibles fósiles. Si en un principio el fabricante sueco tenía previsto que 2030 era la fecha tope para comenzar a apostar únicamente por los coches eléctricos, la evolución actual del mercado está haciendo que la empresa se replantee sus objetivos y priorice seguir produciendo coches híbridos.
Los coches eléctricos son el futuro
La firma de Gotemburgo se plantea seriamente relajar su estrategia de apuesta por lo 100% eléctrico Según el jefe de Volvo, Jim Rowan, las tecnologías híbridas podrían, en última instancia, desempeñar el rol de ‘puente’, lo que sería de gran ayuda para los compradores indecisos. Aunque afirma categóricamente que los coches eléctricos son y deben ser el futuro.
Desde Aston Martin hasta Volkswagen, pasando por Ford y General Motors, la mayoría de los fabricantes de automóviles están rebajando sus ambiciones en cuanto a la producción de coches 100% eléctricos, aduciendo que el mercado aún no está preparado para ello.
Aparentemente, cuanto más pasa el tiempo, más percatan de que los plazos fijados a principios de la década de 2020 no se podrán cumplir. Porque si bien las ventas siguen creciendo, la trayectoria al alza que tenían las ventas de los coches eléctricos ha perdido impulso.
Volvo era una de las marcas más ambiciosas en este ámbito, ya que según sus declaraciones pretendían que ninguno de sus vehículos fuera contaminante a partir de 2030. De hecho, la empresa, ahora propiedad del gigante chino Geely, dejó de producir coches diésel a principios del presente año.
La compañía había prometido vender únicamente coches eléctricos 100% a partir de 2030. Bjorn Annwall, director comercial de la marca, no se cansó de afirmar que estos objetivos se cumplirían. “No habrá condiciones ni peros”, dijo en junio de 2023. Pero ante la realidad del mercado, parece que los directivos reconsiderarán su estrategia.
Russell Datz, el portavoz de Volvo, precisó recientemente que: ‘si bien estamos convencidos de que la electrificación es el futuro, esta transición no se producirá de forma lineal. Continuaremos invirtiendo en toda nuestra gama de productos’.
Volvo se centrará en los coches híbridos
Mientras presentaba los últimos resultados trimestrales, Jim Rowan dijo que creía firmemente en la electricidad. Sin embargo, por primera vez reconoció que haría falta más tiempo para que la movilidad eléctrica sea una realidad en todo el mundo. Y matizó que ‘los coches híbridos proporcionan un puente sólido para los clientes que no están preparados para adquirir un coche eléctrico 100%’.
Concluyó añadiendo que: ‘nuestros coches híbridos enchufables y los simples siguen siendo muy populares entre nuestros clientes y seguiremos invirtiendo en esta gama’. Una afirmación que está en línea con los comentarios de los distribuidores de la marca, especialmente los de EE. UU. quienes vienen afirmando desde hace unos meses que no ven posible vender únicamente vehículos eléctricos a finales de esta década.
Lo que importa es vender
‘Tendremos que vender coches híbridos o moriremos», dijo uno de dichos distribuidores, antes de precisar que: ‘Volvo ha ido demasiado lejos con esta estrategia de decantarse únicamente por los coches 100% eléctricos y poner como fecha límite 2030.
Como estrategia para dar respuesta a estas exigencias, la firma de origen sueco podría aprovechar las plataformas que ofrece Geely para ampliar su gama de coches híbridos. Además, también planea actualizar la plataforma SPA1, en la que se basan los híbridos XC90 y XC60.
Los distribuidores de la marca creen que esa sería una estrategia muy viable, afirmando que, si Volvo rehace el interior y el exterior de cualquier SPA1, podrán seguir vendiéndolos durante más de una década. La suspensión y el chasis son excelentes, solo cambia el embalaje, explicaron.
Sin embargo, está previsto que la producción del XC90 finalice en mayo de 2030, puesto que la empresa anunció, en su momento, que no habría una tercera generación. Pero con la evolución actual del mercado, los planes del fabricante podrían cambiar.
El problema es que tal y como recuerdan los distribuidores de la marca: lo que importa no es el número de coches eléctricos que la industria quiera construir, lo que interesa es poder venderlos. Y por ahora, ellos afirman que les resulta imposible imponer un motor en un mercado que no lo quiere, aludiendo al de los EEUU, donde las ventas de la marca se fueron a pique en 2024.