Un vehículo eléctrico es un modelo que se mueve gracias a un motor que es 100 % eléctrico y se alimenta con energía que le proporcionan sus baterías. A su vez, estas se recargan en la corriente eléctrica, es decir, enchufándolas. A día de hoy los coches eléctricos han ganado en autonomía y prestaciones y ello les permite realizar largos viajes, al tiempo que siguen siendo la mejor opción de tráfico urbano sostenible.
Hoy responderemos a la pregunta de qué son los coches eléctricos. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, basándose en un escenario de crecimiento moderado, los vehículos eléctricos deberían superar con creces el 60% de las nuevas ventas en 2050. este paso es fundamental para poder mitigar el cambio climático. Y a nivel mundial ya se está notando esta tendencia.
Los coches eléctricos son muy antiguos
Haciendo un repaso a la historia, el primer vehículo eléctrico apareció a mediados del siglo XIX. esto ocurrió varias décadas antes de que apareciera el primer vehículo con motor de gasolina. Sin embargo, el inicio en 1913 de la producción en cadena de coches que funcionaban con motores de combustión interna, unido al bajo precio de la gasolina, hizo que el coche eléctrico desapareciera del mapa.
Aunque los coches que quemaban derivados del petróleo ya eran mucho más contaminantes, sucios y ruidosos, resultaban más baratos de comprar y mantener. Los coches eléctricos de aquellas épocas necesitaban baterías que resultaban tan pesadas como aparatosas. Y la autonomía era un problema, algo que a día de hoy y gracias a la innovación y la tecnología, está en vías de solucionarse.
Eficientes
Una de las principales ventajas de los coches eléctricos es su motor silencioso, lo que los hace especialmente indicados para zonas urbanas, donde el ruido del tráfico encabeza la lista de elementos que producen contaminación acústica. Una normativa vigente desde 2019 obliga a estos coches a ‘hacer ruido’ moderadamente, para dar aviso de su presencia.
Otra enorme ventaja es su eficiencia. El motor de combustión interna es un desastre en este sentido, ya que como máximo se consigue un rendimiento del 38 al 40%. Esto significa que de cada litro de combustible, el 60% se quema sin obtener a cambio más que residuos contaminantes, pero nada de energía motriz.
En cambio, los motores de los coches eléctricos tienen una eficiencia del hasta el 90%. Por ello son mucho mejores para transportes a corta y media distancia. Especialmente para los viajes urbanos, que implican una circulación lenta y tienen una alta frecuencia de paradas y de arranques. ¿Qué son los coches eléctricos?
No contaminante
Otra de las clásicas ventajas que se mencionan al hablar de los coches eléctricos es que se trata de vehículos con emisiones cero. Aunque no hay que olvidar las que pueden producirse durante su fabricación y las que dependan de la modalidad de carga. Y también se deben tener en cuenta las que pueden derivarse de sus residuos. Especialmente de las baterías, ya que hasta ahora no hay un método sostenible para el reciclaje de las mismas.
Si se tiene en cuenta que el transporte es responsable de más de un quinto de los gases de efecto invernadero que se emiten a nivel mundial, los coches eléctricos son una alternativa viable y eficiente. A día de hoy el único sector que no acaba de reducir los GEI es el del transporte, incluidos todos los medios (aéreo, terrestre y marítimo).
Por esta razón, la aportación que los coches eléctricos pueden hacer a la lucha contra el cambio climático no solo no debe desestimarse, sino que tampoco se la debe subestimar. Hablamos de casi un 50% menos de emisiones directas e indirectas, si se comparan los vehículos eléctricos con los tradicionales. Y ello teniendo en cuenta los modelos más recientes con opciones eco. Los antiguos son escandalosamente más contaminantes.
A esto se le debe sumar el hecho de que cuanto más crezca el aporte de energías renovables, menores serán aún las emisiones. Se espera que la gran mayoría de las electrolineras aprovechen fuentes de energías renovables. Lo mismo que los puntos de recarga urbanos o los de los hogares. Y los fabricantes también están decantándose por este tipo de energía, para bajar la huella de carbono de sus coches y de los futuros propietarios de los mismos. ¿Qué son los coches eléctricos?
Ahorro
En cuanto al tema de mantenimiento, hablamos de diferencias abismales de coste. Los coches con motores de combustión tienen muchas más piezas (que pueden romperse). Necesitan líquidos especiales que deben cambiarse (aceite, agua, frenos, etc.) y filtros que tienen que reponerse periódicamente.
Los coches eléctricos solo requieren un mantenimiento mínimo (neumáticos, limpiaparabrisas, bombillas y poco más), lo que los hace mucho más económicos. A ello se le debe sumar el hecho de que en muchas ciudades se les permite aparcar sin pagar. Y que hay puntos de recarga gratuita a su disposición en prácticamente todos los párquings de edificios públicos y privados.
Un nuevo concepto de movilidad
Por ahora siguen preocupando a los conductores el tema del precio y la autonomía. No hay dudas que el primero está en franco descenso. Cuanto mayor sea la demanda, menores serán los costes de fabricación. Y si a ello se le suma el hecho de que hay ayudas y subvenciones para pasarse a la movilidad eléctrica, es innegable que la accesibilidad aumenta.
En cuanto a la autonomía, es fundamental tener en cuenta que hace apenas 12 años el promedio ofrecido por los coches eléctricos era de 200 km con la batería cargada al 100%. Y en aquellos años no había prácticamente ninguna infraestructura de carga pública o privada, salvo los puntos de recarga de los hogares.
A día de hoy el promedio ofrecido por los nuevos modelos supera los 350 Km. Una cifra más que suficiente en ciudad, ya que en Europa, la media diaria se sitúa en los 50 kilómetros. Y además están proliferando los puntos de recarga, por lo que ‘quedarse tirado’ con un vehículo eléctrico ya no es una opción.