La historia de los barcos es una historia cargada de aventura, cambio y más de una sorpresa. Las cosas se han alterado tanto desde el primer modelo que surgió en el mercado que hace tiempo que el uso de combustible no parece ser necesario.
Muchos aseguran que el concepto de incorporar un motor a un barco dio inicio a finales del siglo XVII con James Watt, inventor escocés. Su nombre está detrás del motor de vapor integrado en un bote de Birmingham, Inglaterra. Sin embargo, la verdadera revolución en la propulsión marina surgió con el desarrollo del motor de combustión interna (ICE).
El primer barco a motor, con el concepto que conocemos hoy, apareció en 1886 por parte de los inventores alemanes Gottlieb Daimler y Wilhelm Maybach. Fueron dos pioneros que instalaron un motor de un cilindro, abastecido por derivados del petróleo.
Lo hicieron en una discreta embarcación denominada Rems, en un lago cercano a Stuttgart. La pieza tenía un peso de casi 60 kg y medio litro de desplazamiento. Además, creada algo más de un caballo de fuerza a 700 RPM.
La producción en masa de barcos a motor inició a finales del siglo XIX, con compañías como Priestman Brothers de Inglaterra. En 1888, realizó las pruebas de su primer barco movido por un motor de combustión interna propulsado por queroseno y un sistema de encendido por chispa de alta tensión.
Con el tiempo y los avances tecnológicos, los desplazamientos por mar han ido experimentando cambios que nos ha llevado a ver piezas diferentes como es el caso que pasamos a explicar.
El combustible es algo del pasado: este nuevo proyecto lo demuestra
Uno de los barcos que han surgido en las últimas décadas ha sido el ferry, un tipo de embarcación que transporta pasajeros y vehículos de un lugar a otro. Algunos cuentan con instalaciones lujosas como piscinas, restaurantes y conexión wifi.
Por otra parte, otros disponen de servicios más básicos y limitados. Los ferrys se tratan de medios de transporte accesibles, rápidos y seguros buscados por turistas y residentes locales. Hace un tiempo atrás, apareció el ferry más raro del mundo y ahora la atención está puesta sobre el mayor ferry eléctrico del mundo.
Ha sido presentado por Viking Line bajo el nombre de Helios. Busca la unión de Finlandia y Estonia para movilizar 2000 pasajeros y 600 coches entre Helsinki y Tallin en apenas dos horas sin difundir CO2.
Helios es un buque con propulsión 100% eléctrica y capacidad para movilizar hasta 2000 pasajeros sin la emisión de un solo gramo de CO2. El camino comprendido entre Helsinki y Tallin, con 80 km de distancia resulta óptimo para recorrerlo con un ferry eléctrico.
Planes con el mayor ferry eléctrico del mundo
Helios ha sido creado para cubrir la travesía en algo más de dos horas a una velocidad aproximada de 42,6 km/h. Dispone de una capacidad de 650 coches particulares y 2000 metros lineales de carga, con los siguientes detalles técnicos: eslora de 195 metros y manga de 30 metros.
Respecto a su sistema de propulsión, este se basa en baterías de 85 a 100 MWh, cargadas en su plenitud cuando el barco está atracado. Este accionar necesita de una infraestructura portuario con una capacidad de carga superior a 30 MWh, lo que supone una conversión integral de los puertos involucrados.
Volvemos al pasado: los barcos no necesitan combustible
Hace siglos, los barcos a vela eran algo cotidiano. Sus orígenes se remontan a la antigua civilización egipcia, en la que se usaban velas en los barcos del Nilo, allá por el año 3000 a.C. Entonces, no se necesitaba combustible y ahora tampoco, ya que cada vez hay más opciones de barcos eléctricos.
En este caso, se mueven con una fuente de energía (la electricidad) y no un combustible. Otra prueba de ello es este ferry eléctrico capaz de reducir un 33% las emisiones de CO2.