El sector primario reclama un papel protagonista en el debate ambiental en un contexto marcado por la crisis climática, la pérdida acelerada de especies y la presión creciente sobre los recursos naturales.
Agricultores, ganaderos, pescadores y silvicultores alzan la voz para recordar que no son meros usuarios del territorio, sino sus primeros guardianes. Su trabajo diario, estrechamente ligado a los ciclos de la naturaleza, los sitúa en una posición clave para proteger la biodiversidad y garantizar la sostenibilidad a largo plazo.
Durante décadas, el sector primario y el campo han sido señalados como responsables de impactos ambientales, a menudo sin matices. Sin embargo, desde dentro del sector se subraya que muchas prácticas tradicionales han contribuido históricamente a conservar paisajes, hábitats y especies. Los sistemas agrarios extensivos, la rotación de cultivos, el pastoreo controlado o la gestión forestal sostenible han permitido mantener ecosistemas diversos y resilientes.
El sector primario reclama protagonismo en la defensa real de la biodiversidad
El sector primario ha reivindicado su papel como garante de la biodiversidad y de la importancia de su conservación para su actividad, según han coincidido responsables de las principales organizaciones agrarias en la jornada «Agricultura, ganadería y biodiversidad. Conectando territorio y futuro».
Así lo han expuesto responsables de Asaja, COAG, UPA y Unión de Uniones en una mesa redonda de la jornada, sobre la visión desde las organizaciones agrarias profesionales de términos como la biodiversidad, la economía y la sociedad en relación con el sector primario.
El sector primario reclama un papel protagonista en el debate ambiental en un contexto marcado por la crisis climática, la pérdida acelerada de especies y la presión creciente sobre los recursos naturales.
Todos también han manifestado estar de acuerdo en que deben contar con ellos para perfilar las políticas que incentivan el cuidado de la biodiversidad, que no deben suponer una carga de tiempo para el agricultor y han de estar acompañadas de dotaciones para que los agricultores y ganaderos tengan una rentabilidad en su actividad.
Las organizaciones agrarias piden políticas ambientales consensuadas y aplicables
El coordinador de la Política Agraria Común (PAC) y Desarrollo Rural, Medioambiente y Agua de Asaja, Ignacio López, ha afirmado que «los agricultores y los ganaderos son el instrumento protagonista para poder seguir manteniendo y mejorando la biodiversidad» en España.
«Somos los guardianes del territorio», y las políticas que apuestan por la sostenibilidad o la ambición climática deben contar «con la rentabilidad de las explotaciones», ha indicado López en la jornada organizada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Ha abogado por medidas ambientales «comprensibles para la sociedad y atractivas y coherentes para los agricultores y ganaderos», a la vez que ha recordado que la aplicación de la PAC en España ha demostrado que el sector primario ya ha rebasado los objetivos climáticos y medioambientales marcados.
Sin embargo, ha criticado que iniciativas legislativas europeas como la Ley de restauración de la naturaleza carezca de una financiación para su implementación, por lo que, a su juicio, «hay mucho camino para avanzar» ahora que se empieza a negociar el futuro paquete de la PAC 2028/34.
COAG, UPA y Asaja coinciden: «somos los guardianes del territorio»
El responsable del Área de Medio Ambiente y miembro de la ejecutiva de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Andoni García, ha defendido que «se reconozca el papel de los agricultores y ganaderos como guardianes de la tierra» y su «papel vital en la preservación de la biodiversidad».
Ha explicado que, para ello, su organización ha tejido «alianzas» con organizaciones ecologistas y medioambientalistas para que la producción de alimentos esté siempre ligada al cuidado del medio natural, aunque a la vez ha lamentado que las políticas ambientales aplicadas al campo siempre «aterricen de arriba a abajo».
Ha explicado que, para ello, su organización ha tejido «alianzas» con organizaciones ecologistas y medioambientalistas para que la producción de alimentos esté siempre ligada al cuidado del medio natural, aunque a la vez ha lamentado que las políticas ambientales aplicadas al campo siempre «aterricen de arriba a abajo».
«No se ha contado con nosotros, y esta sensación hay que romperla», ha agregado antes de defender «la actividad agrícola y ganadera sostenible en un modelo social y profesional en el que el equilibrio del medio natural, la preservación del paisaje y la protección del medio ambiente son elementos esenciales».
Para García, la acción climática es una parte inseparable de la biodiversidad y la adaptación al cambio climático del sector primario «requiere de apoyo institucional o nuevos instrumentos de financiación», ahora que se negocia el nuevo marco financiero plurianual de la Unión Europea (UE).
El responsable de Medio Ambiente de COAG ha advertido de que en los próximos meses será «muy importante definir qué modelo de agricultura se quiere» en Europa, en un sector que está en transición para adaptarse al cambio climático y que adolece de relevo generacional.
La secretaria de Relevo Generacional y Digitalización de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), Alicia Martínez, ha defendido la agricultura y ganadería familiar, que es la que «mantiene el territorio vivo y evita el abandono rural».
Ha resaltado que la actividad agraria «depende directamente de que los suelos sean fértiles y sanos, con agua disponible para producir y un clima estable» y que su organización ha reclamado desde hace mucho tiempo que «se tiene que hacer una defensa de la biodiversidad» e «ir todos a una», para el «bienestar de la sociedad».
El responsable de Medio Ambiente y de la Comisión Ejecutiva de Unión de Uniones (UdU), Antonio David de la Rosa, ha considerado que la agricultura «juega un papel fundamental en la conservación de hábitats y especies que conviven en nuestros espacios», como el olivar andaluz, las dehesas extremeñas, los arrozales del Ebro o los pastos del Cantábrico, ha puesto como ejemplos.
La agricultura familiar y los paisajes agrarios, esenciales para los ecosistemas
«El agricultor es el primero que tiene esa idea intrínseca de preservación» pero, a la vez, no deja de ver cómo «día a día la falta de rentabilidad de muchas explotaciones está llevando a una falta de sostenibilidad en las mismas», ha lamentado.
De la Rosa ha apuntado que «cualquier tipo de medida que se deba implantar» en relación con la preservación de la biodiversidad «debe estar consensuada con el sector» agrario.
El sector primario también advierte de los riesgos de diseñar políticas ambientales sin contar con quienes viven y trabajan en el territorio. Normativas alejadas de la realidad rural pueden provocar el abandono de explotaciones, la pérdida de conocimiento local y, paradójicamente, un mayor deterioro del entorno.
Por ello, el campo exige voz propia en la toma de decisiones, reclamando diálogo, apoyo técnico y una transición ecológica justa. Defender la biodiversidad no es solo una cuestión ambiental, sino también social y económica. Un medio rural vivo, con profesionales reconocidos y viables, es condición indispensable para conservar la riqueza natural. Seguir leyendo en EFE /ECOticias.com



















