Esto podría ser debido a la forma en que interactúan las rayas en sus diferentes orientaciones –horizontal, vertical o diagonal– con la percepción del movimiento, donde una lectura incorrecta de la velocidad de un objetivo ayuda a que el depredador pueda capturar a su presa.
Los depredadores no se siente intimidados por las rayas, e incluso distinguen mejor una presa con este dibujo en la piel que otra gris o uniforme, según se desprende de un estudio publicado en ‘Frontiers in Zoology’.
La autora principal, Anna Hughes, de la Universidad de Cambridge, asegura que no se ha encontrado «ningún beneficio en las rayas cuando los animales se presentaron en grupo, a pesar de la predicción que apunta a que las rayas deben ser particularmente eficaces en estos escenarios».
Esto podría ser debido a la forma en que interactúan las rayas en sus diferentes orientaciones –horizontal, vertical o diagonal– con la percepción del movimiento, donde una lectura incorrecta de la velocidad de un objetivo ayuda a que el depredador pueda capturar a su presa.
Para llevar a cabo el estudio, un total de 60 participantes humanos han jugado a un juego para probar si las rayas influencian su percepción de blancos móviles. Realizaron una tarea con pantalla táctil en la que trataron de ‘enganchar’ objetivos en movimiento, tanto aquellos que se desplazaban solos como cuando iban en grupo.
De este experimento se ha desprendido que, cuando los objetivos individuales estuvieron presentes, los que tenían rayas horizontales eran más fáciles de capturar que cualquier otro objetivo, incluyendo el color uniforme o las rayas verticales o diagonales. Además, cuando se trataba de múltiples objetivos, todos los de rayas, con independencia de la orientación, fueron capturados más fácilmente que los objetivos gris uniforme.
«El movimiento puede ser sólo un aspecto de una imagen más grande. Las diferentes orientaciones de los patrones de la raya pueden haber evolucionado para diferentes propósitos. La evolución de los tipos de patrones es complejo, para el que no hay un solo factor, sino una multitud de posibilidades», ha apuntado la autora.
Hughes ha explicado que se necesita «más trabajo» para establecer el valor y relevancia ecológica de este hallazgo y ha señalado que en próximas investigaciones se trabajará en la influencia del color, ancho y patrón espacial de las rayas sobre el sistema visual de un depredador.
ep