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sábado, septiembre 23, 2023

Tierras raras o lince ibérico esa es la cuestión

“La Junta de Castilla – La Mancha tendrá que optar por unas u otros, cuando le toque decidir si le permite o no a Quantum Minería la explotación de la que sería la primera de las minas de tierras raras (en esta caso de monacita) en Europa.”

¿Qué significa tierras raras?

Son un grupo relativamente abundante de 17 elementos químicamente similares (Escandio, Lantano, Itrio, Cerio, Terbio, Torio, etc.), que resultan cruciales para la fabricación de muchos productos de alta tecnología.

A pesar de su nombre, la mayoría son abundantes en la naturaleza pero pueden resultar peligrosos de extraer. Los elementos que comprenden las «tierras raras» tienen usos en varios campos diferentes como es el militar, el tecnológico y el químico.

Dichos elementos no se encuentran de forma aislada en la corteza de la tierra, sino que se hayan mezclados. De esas mezclas, la bastnasita y la monacita son las que contienen cantidades importantes de tierras raras y resultan más significativas económicamente.

La monacita es un fosfato de tierra rara que incluye una variedad de minerales pertenecientes al grupo antes mencionado, especialmente de cerio y de lantano y alrededor de un 7 % de torio. La extracción y la manipulación de estos productos pueden resultar peligrosas.

El problema potencial más significativo es el de la radiación alfa derivada de torio en polvo, que al quedar expuesto y suspendido en el aire puede ser inhalado. Por lo tanto, el control del polvo es el objetivo más importante de la seguridad radiológica para la industria de este tipo de minerales.

¿Tierras raras en España?

En la zona llamada “Campo de Montiel” se encuentra un yacimiento de monacita que podría ser explotado y le permitiría a Europa disminuir su dependencia de China (quienes producen el 90 % de dichas tierras raras a nivel global), que es quien actualmente les provee mayoritariamente de estos minerales.

España podría ser el país que produzca el 1% de las tierras raras de todo el mundo y sería la primera mina de este tipo de Europa, por lo que desde la unión Europea se ve con buenos ojos dicha cercanía, ya que la Comunidad consume un 15% de la producción mundial de dichos minerales.

¿Cuál es el costo?

La zona en la que se encuentra la veta de monacita pertenece a la Red Natura 2000, donde se están recuperando sendas poblaciones de lince ibérico; además es hábitat de cría para otras especies protegidas como el buitre negro y el águila imperial y una zona de alto valor agrícola y ganadero: en ella confluyen varios productos con “Denominación de origen” (vinos, aceites, cordero y quesos).

Los yacimientos de monacita son ávidos consumidores de agua, ya que ésta resulta imprescindible para los procesos de separación de los minerales y la zona no se caracteriza precisamente por su abundancia de este preciado líquido, sino más bien por lo contrario: desde hace muchos años se padecen graves problemas de sequía.

La empresa interesada en la explotación reconoce que no tiene experiencia en este tipo de minas, pero por otro lado se apresuran a asegurar que como la monacita está a “flor de tierra” no se producirían los desastres ecológicos y sociales que han causado este tipo de yacimientos en China y se generarían hasta 150 puestos de trabajo directos.

¿Qué dicen los vecinos?

En general la gente de la vecindad está en contra de la mina por varias razones: temen que los residuos o los sub productos puedan afectar la calidad de sus productos con Denominación de origen, están asustados ante la certeza de que el torio es radiactivo y cancerígeno y sostienen que tan solo con que el daño sea de apenas el 1% de los ocasionados en China, el riesgo que se corre no vale la pena en absoluto.

Las asociaciones medioambientalistas coinciden con los habitantes de la zona en que los peligros son mucho mayores que la vaga posibilidad de que se generen puestos de trabajo y que la zona está protegida por lo que no se puede colocar una mina en un sitio como ese, porque podría afectar a la fauna protegida en particular y al ecosistema en general.

También denuncian que la empresa aunque oficialmente está a la espera de los resultados del estudio de impacto ambiental que podría tener el yacimiento, de hecho ya está sacando monacita de forma más o menos clandestina y sin ningún tipo de control y que vierten directamente en las alcantarillas los residuos sobrantes, sin que las autoridades muevan un dedo para ponerle coto al asunto.

Una reflexión final

Hay muchas más zonas de Europa donde existen tierras raras. Lo que pasa es que en la mayoría de los países que las poseen, los gobiernos tienen conciencia medioambientalista y les han denegado los permisos de explotación (a esta misma empresa no le permitieron explotar una mina similar en Suecia).

Habría que preguntarse porqué justo ahora, en un país que no acaba de salir de la crisis económica y con índices de paro muy altos se les ocurren este tipo de “genialidades” y para colmo, Europa aplaude este tipo de iniciativas sin importarles un pimiento las consecuencias medioambientales, ecológicas y sociales de tales emprendimientos.

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