Esta primavera tendremos como cada año una lluvia de estrellas fugaces, que son fragmentos del Cometa Halley: los meteoros de las eta acuáridas son fragmentos del cometa 1/P Halley. El Cometa Halley orbita alrededor del Sol cada 76 años y fue visto desde la Tierra por última vez en 1986.
Como todos los años por estas fechas, la Tierra atraviesa un anillo poblado con los fragmentos desprendidos del cometa Halley. Cuando uno de esos fragmentos (o meteoroides) entra en contacto con la atmósfera terrestre, se calcina por la fricción con el aire creando así el resplandor luminoso que conocemos como meteoro o estrella fugaz.
El cometa Halley también es el origen de otra lluvia de meteoros, las oriónidas, que tienen su máximo en torno al 21 de octubre.
La correspondiente lluvia de meteoros parece tener un único centro de origen, un punto del que parecen surgir todas las estrellas fugaces. Ese punto se denomina «radiante» y su localización se utiliza para nombrar a la lluvia de estrellas. Así pues, las eta acuáridas tienen su radiante en la estrella eta de la constelación de Acuario.
¿Qué hacer para ver las eta acuáridas?
El lugar de observación puede ser cualquiera con tal de que proporcione un cielo oscuro. Es preferible observar desde un lugar que tenga pocos obstáculos para la vista (como edificios, árboles o montañas), y no utilizar instrumentos ópticos que nos limiten el campo de visión.
Aunque las eta acuáridas parecen venir de la constelación de Acuario (de ahí su nombre), se pueden ver en cualquier parte del cielo.
Conviene dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna si la observación se realiza cuando esta esté presente. Lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad.
eta acuáridas
El mes de mayo arranca con el pico de la lluvia de meteoros más importante de la primavera, las eta acuáridas. Este fenómeno astronómico es visible entre el 19 de abril y el 28 de mayo.
Las eta acuáridas tienen una tasa de actividad de entre 40 y 85 meteoros por hora, además de una velocidad bastante alta, unos 66 kilómetros por segundo. Su observación es más favorable en el hemisferio sur, especialmente desde lugares ubicados en zonas tropicales y subtropicales, como las islas Canarias, aunque también es visible en el hemisferio norte.
Las eta acuaridas están asociadas con el cometa Halley, al igual que la lluvia de meteoros de las oriónidas, que se produce en octubre. Este cometa orbita alrededor del sol cada 76 años y fue visto desde la Tierra por última vez en 1986. Pero todos los años por estas fechas, nuestro planeta atraviesa su estela, que está poblada con los fragmentos desprendidos del cuerpo celeste. Cuando uno de esos fragmentos entra en contacto con la atmósfera terrestre y se calcina por la fricción, se crea el resplandor luminoso que conocemos como estrella fugaz.
La mayor parte de las lluvias de meteoros provienen de cometas, que mientras viajan en su órbita por el sistema solar dejan tras de sí restos de polvo y rocas. Cuando la Tierra, que a su vez también describe una órbita alrededor del sol, cruza la estela de uno de estos cometas, los fragmentos entran en la atmósfera terrestre, y el rozamiento provoca que las partículas eleven su temperatura varios miles de grados centígrados, volviéndose incandescentes.
Constelación de Acuario
Según informa el Instituto Geográfico Nacional, las eta acuáridas parecen tener un único lugar de origen, del que surgen todas las estrellas fugaces. Ese punto se denomina «radiante» y su localización se utiliza para nombrar a la lluvia de estrellas. Así pues, este fenómeno astronómico tiene su radiante en la estrella Eta de la constelación de Acuario.
El radiante de la lluvia saldrá en torno a las 4 de la madrugada, e irá ascendiendo por el cielo a medida que nos acercamos al amanecer, por lo que es mejor ver la lluvia en la última parte de la noche. La Luna habrá pasado el cuarto creciente dos días antes, por lo que su luz molestará durante la primera parte de la noche.
Para disfrutar esta lluvia de estrellas no hace falta ninguna instrumentación especial, salvo buscar un lugar oscuro y despejado y mirar al cielo. Aunque las eta acuáridas parecen venir de la constelación de Acuario, se pueden ver en cualquier parte del cielo. Conviene dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna. Lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad.