Las mariposas de pradera son especies delicadas que desempeñan un papel esencial en los ecosistemas de las praderas y áreas abiertas. Una belleza de gran colorido que no solo es apreciada por los observadores de la naturaleza, sino que también refleja su importancia ecológica.
Estas mariposas cumplen una función crucial como polinizadoras ya que contribuyen a la reproducción de muchas plantas autóctonas, ayudando a mantener la biodiversidad de las praderas. Además, sirven de alimento para una variedad de depredadores, como aves, arañas y otros insectos, formando parte de la cadena alimenticia en estos ecosistemas abiertos. Sin embargo, la población en Europa está disminuyendo.
Nos estamos quedando sin mariposas de pradera
El número de poblaciones de mariposas de pradera ligadas a pastizales en Europa experimentó un importante declive en las últimas tres décadas, descendiendo en torno a un 50 %, según reflejan los datos de seguimiento de 22 países europeos recogidos entre 1991 y 2023. Para este índice se utilizaron datos de la European Butterfly Monitoring Scheme (eBMS) en la que participa la ICTS-Doñana de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), en España, aportando datos acerca de la situación de las mariposas en el espacio protegido.
En el último informe se precisa que las mariposas de pradera actúan como centinelas de hábitats seminaturales como pastos, matorrales y áreas de mosaico agroforestal. Los expertos advirtieron sobre el deterioro de estos, que están desapareciendo o se están degradando por diversas causas como la intensificación agrícola, el abandono del uso tradicional del suelo y el uso masivo de productos fitosanitarios.
Entre las 17 especies comunes analizadas en el informe, más de la mitad presenta tendencias significativamente negativas, como Erebia medusa o Melitaea cinxia. Solo unas pocas, generalmente más tolerantes a los cambios del paisaje, como Polyommatus icarus, muestran una evolución estable o positiva.
Aunque se registraron intentos de estabilización en algunos países, el informe destaca que los descensos afectan tanto a zonas agrícolas intensivas como a áreas protegidas, lo que pone en evidencia la urgencia de aplicar medidas de restauración de hábitats, conectividad ecológica y apoyo a prácticas agroecológicas.
Este indicador está alineado con los objetivos del nuevo Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal, adoptado por Naciones Unidas, y representa una herramienta fundamental para seguir el estado de conservación de los ecosistemas europeos.
Con todo, la observación de estas mariposas invita a apreciar la fragilidad de la naturaleza, además de motivar acciones de conservación para preservar estos ejemplares únicos y sus hábitats. Simbolizan la belleza efímera y la importancia de mantener la salud de los ecosistemas abiertos y naturales. EFE / ECOticias.com