La Organización Mundial de la Salud ha inaugurado en Nueva Delhi la Segunda Cumbre Mundial sobre Medicina Tradicional, organizada conjuntamente con el Gobierno de la India, y se celebra del 17 al 19 de diciembre de 2025 con representantes de más de 100 países, bajo el lema “Restoring balance: the science and practice of health and well-being”. La reunión busca reforzar el papel de la medicina tradicional con más evidencia, mejor regulación y apoyo tecnológico, dentro de la Estrategia Mundial de Medicina Tradicional 2025-2034.
El encuentro llega en un momento en el que unos 4.600 millones de personas siguen sin acceso a servicios básicos de salud y más de 2.000 millones se arriesgan a endeudarse para pagar un tratamiento. La OMS plantea la medicina tradicional como una pieza más para lograr cobertura sanitaria universal y ampliar las opciones de atención sin disparar la factura sanitaria.
Qué es la medicina tradicional y cuánto se usa
La medicina tradicional incluye sistemas organizados como el ayurveda o la medicina china, pero también remedios cotidianos transmitidos en la familia, desde infusiones de plantas hasta masajes. Son prácticas anteriores a los hospitales modernos y hoy conviven con la biomedicina en consultas y hogares de todo el mundo.
Según la OMS, alrededor del 90 % de sus Estados Miembros informan de que entre el 40 % y el 90 % de su población usa algún tipo de medicina tradicional, sobre todo por cercanía, menor coste y conexión cultural. La científica jefa de la organización, Sylvie Briand, subraya que estos tratamientos deben someterse al mismo rigor científico que cualquier fármaco y contar con normas claras de seguridad y calidad para evitar productos ineficaces o peligrosos.
Una cumbre para integrar la medicina tradicional en la sanidad
En Nueva Delhi se debate cómo integrar en los sistemas de salud las prácticas de medicina tradicional que demuestran ser seguras y eficaces. La idea es que puedan reforzar la prevención, complementar la atención primaria y aliviar unos servicios de urgencias que en muchos países funcionan al límite.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, defiende combinar la sabiduría acumulada durante siglos con herramientas modernas como la inteligencia artificial, la genómica o el análisis avanzado de datos. Si se hace bien, explica, la integración puede mejorar resultados de salud, favorecer un uso más responsable de los antibióticos y reducir gastos tanto para las personas como para los sistemas sanitarios.
Innovación, derechos indígenas y una nueva biblioteca global
La medicina tradicional sostiene industrias como la de los productos herbales, y se nutre de recursos naturales de los que también salen muchos medicamentos modernos. Los pueblos indígenas, que protegen alrededor del 40 % de la biodiversidad mundial pese a representar una pequeña parte de la población, reclaman que cualquier avance respete sus derechos, incluya comercio justo y garantice un reparto real de beneficios.
A pesar de su peso, menos del 1 % de la financiación mundial en investigación sanitaria se dedica a la medicina tradicional, algo que la Cumbre quiere cambiar. Para apoyar ese giro, la OMS lanza la Biblioteca Global de Medicina Tradicional, un archivo digital con más de 1,6 millones de registros que facilitará el acceso de los países con menos recursos a literatura científica, ayudará a documentar saberes tradicionales con protección de la propiedad intelectual y servirá de base para nuevas innovaciones que, en unos años, podrían llegar a los centros de salud.
El comunicado oficial ha sido publicado en la Organización Mundial de la Salud.



















