Los animales explotados para la cadena de consumo humano viven en condiciones de absoluto hacinamiento. Esto provoca que tengan que ser tratados con grandes dosis de antibióticos, lo que amenaza la salud de millones de personas, al generar superbacterias resistentes a todos los fármacos
El gobierno de Castilla-La Mancha ha autorizado la implantación de un cebadero de cerdos en las inmediaciones del Monte Arabí, situado entre las localidades de Montealegre del Castillo (Albacete) y Yecla (Murcia). Este paraje fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1988. La macrogranja será gestionada por la empresa Cefusa, perteneciente al Grupo Fuertes (El Pozo) y tendrá una capacidad de 20.000 cerdos.
Los animales explotados para la cadena de consumo humano viven en condiciones de absoluto hacinamiento. Esto provoca que tengan que ser tratados con grandes dosis de antibióticos, lo que amenaza la salud de millones de personas, al generar superbacterias resistentes a todos los fármacos
Datos de la FAO revelan que la industria ganadera genera un 18% de los gases de efecto invernadero que la actividad humana vierte al medioambiente, superando, incluso, al sector del transporte. Laura Duarte, portavoz de PACMA, alerta de que “nuestro país se ha convertido en la capital europea de la ganadería intensiva y, en consecuencia, en el estercolero de Europa”. España es el primer productor de cerdos de la Unión Europea y el cuarto del mundo, con 28 millones de animales cada año.
El mejor ejemplo de los perjuicios que estas instalaciones provocan es Cataluña: es ya el primer productor de carne de cerdo en Europa. En un total de 139 municipios catalanes se han detectado concentraciones elevadas de nitratos, en su mayoría procedentes del purín, en la red de abastecimiento de agua potable, según análisis realizados por la Agencia de Salud Pública de Cataluña.
Así, las granjas de cerdos suponen un gran peligro para la salud pública y el medioambiente debido al deterioro de su entorno y a la contaminación de los acuíferos.
De estos hechos se hacen eco los habitantes del municipio murciano de Yecla, colindante al Monte Arabí, puesto que la diseminación de los purines -residuos orgánicos- y excrementos de los cerdos se filtran en forma de nitratos y contaminantes a las aguas subterráneas. Por ello, unas 2.000 personas se han manifestado contrarias a la iniciativa por el perjuicio medioambiental que supone la construcción de la Granja.
Precisamente, bajo los terrenos donde se pretende ubicar la granja se sitúa uno de los principales acuíferos de la zona, según han alertado algunas asociaciones, por lo que su contaminación desembocaría en un problema de salud pública. El peligro de contaminación aumentaría en el caso de que se produjeran lluvias torrenciales que arrastrarían los purines por las áreas aledañas.
A pesar de las protestas de la población y del ayuntamiento de Yecla, el gobierno manchego sigue firme en su posición. Las obras que ya han comenzado.
PACMA rechaza el maltrato y sufrimiento que padecen los animales que entran en la cadena de consumo. La situación se agrava por las consecuencias que estas actividades de explotación provocan en el medioambiente y en la salud de las personas.