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lunes, marzo 27, 2023

El increíble viaje del ‘barbo’

Hoy es el Día Mundial de los Peces Migratorios, una fecha en la que se celebra uno de los viajes más increíbles de la naturaleza a través del cual remontan ríos cada año para reproducirse especies, como el barbo.

En la Península Ibérica podemos encontrar nueve especies, de las cuales todas son endémicas a excepción del barbo de montaña que también puede encontrarse en Francia y en Italia. 

Algunos ejemplares de barbo pueden llegar a alcanzar un tamaño superior a un metro de longitud y pueden pesar más 10 kilos. A partir del mes de abril inician la migración, un proceso muy importante en el que se reúnen grandes grupos, llamados cardúmenes, en busca del mejor lugar para reproducirse.

Pero los barbos se encuentran con muchos obstáculos que dificultan su viaje por los ríos para reproducirse. La mala calidad del agua es uno de ellos. En muchos ríos hay sustancias tóxicas o una alta turbidez que impiden el paso de luz en el agua.

Otro de los obstáculos que impide que muchos barbos no lleguen a su destino final son las decenas de miles de presas que bloquean los ríos. Tan sólo en España, se calcula que hay un obstáculo artificial por cada kilómetro fluvial.

Estas espectaculares imágenes forman parte del documental ‘Durienses’, producido por la Confederación Hidrográfica del Duero. Una película que documenta el ciclo de vida de las especies de peces más singulares de la cuenca del Duero, como el barbo

Si consiguen los barbos superar todo este largo y duro camino, al final, podrán reproducirse y seguir perpetuando esta especie. En esta época de reproducción, las hembras pueden doblar su peso debido a la carga de huevos que almacenan en su vientre.

Los machos desarrollan unas protuberancias (verrugas) de color blanco en la parte superior del hocico y se acentúa la coloración de sus escamas; de hecho, algunos machos llegan a exhibir un color negro intenso.

 En las zonas de freza ( lugar de desove)  las hembras escarban con sus aletas un agujero en la grava y depositan entre 8.000 y 25.000 huevos, que son fecundados por varios machos que la rodean para estimular la puesta.

Después de la freza abandonan la zona y vuelven a sus hábitos normales. Los jóvenes recién eclosionados, permanecen juntos en grandes “nubes” (cardúmenes) en las zonas de reproducción durante al menos un año. Según van creciendo y aumentando en tamaño descienden por el río a sus zonas más habituales

En WWF trabajamos para  ayudar a los barbos y otros muchos peces migratorios a continuar su viaje. Si queremos detener la pérdida de biodiversidad, asegurar el agua del futuro y mantener especies tan icónicas como el salmón o tan singulares como el barbo, necesitamos menos obstáculos y más ríos libres.

Fuente: WWF

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