Carta pública al concejal responsable de la perrera de Mérida

Publicado el: 5 de julio de 2010 a las 14:55
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Carta pública al concejal responsable de la perrera de Mérida

No sé si algún acontecimiento –que yo ignoro- ha originado esta falta de
contacto: creo que no porque, muy recientemente, te he escuchado en la radio y he leído
tus declaraciones en la prensa. Antes que nada, comentarte que la clase política no goza
actualmente de mucho prestigio en los distintos sectores de este país, ni de esta región; y
vistas las declaraciones que has realizado y de las que tengo conocimiento, tampoco a
nivel local.
La ciudadanía (vuestros empleadores, pagadores de vuestros sueldos) nos
merecemos que se nos trate con respeto, honestidad, veracidad y que se considere que
los animales son seres vivos que requieren de respeto y protección: estos son los valores
que desde ACUDAME venimos echando en falta del puesto que tú ocupas, en los
últimos tiempos. Como delegado responsable del área animal en la ciudad, a mí me
gustaría que tu cargo se llamase DEFENSOR DE LOS ANIMALES, con mayúsculas y
que igualmente lo desarrollaras con mayúsculas de modo que quienes somos conscientes
de la situación del mundo animal en la región pudiéramos estar siempre a tu lado, y no
enfrente, por carencias o indiferencias de la Administración. Las características que nos
definen a l@s animalistas, son la compasión por los demás, el respeto y la búsqueda de
paz y justicia para todos los seres vivos. Lamentablemente, excepciones siempre las hay,
cuando desde el mundo animalista se quiere trepar políticamente o lucrar a la empresa
privada. Pero en ACUDAME, este no es el caso.
Por lo que tengo visto, en estos momentos estás muy lejos de asumir la
responsabilidad de ser el defensor de los animales. Las cosas son como son y no como
quieran los políticos hacer creer que son: allá por abril, pusimos en tu conocimiento la
sospecha de existencia de sarna en la perrera. Tu reacción fue negarlo, junto con el
veterinario y, después que lo hemos hablado y hemos pretendido ir a asistir a los
animales, nos hemos encontrado la perrera cerrada dos fines de semana consecutivos,
sin explicaciones. Cuando finalmente nos han abierto, los animales afectados (y
entendemos de estos casos) habían desaparecido. Obviamente adoptados no lo han sido,
luego debemos concluir que ese cierre intempestivo se ha debido a que ocultamente se
haya enviado al veterinario a sacrificarlos. Si esto ha sido así, hay tratamientos
específicos contra esa enfermedad, se trata sólo de aplicarlos, pero sospechamos que se
matan moscas a cañonazos, en este desdichado caso, se matan animales que tienen una
cura acreditada, por miedo, por desconocimiento, por mala praxis, por un indefendible
uso unipersonal del poder, ese poder que el pueblo ha delegado en vosotros, que sólo
sois unos mandatarios del pueblo soberano.
En mayo ya sabíamos que había sarna en la perrera (¿qué clase de vigilancia
preventiva es la que deja colarse un padecimiento tan visible?): tenemos certificados
veterinarios que lo acreditan y denuncias en el ayuntamiento de personas que sacaron a
los animales, recibiéndolos enfermos sin saberlo hasta tenerlos en casa (repito ¿qué
clase de vigilancia, en este otro caso, imperativa, es la que entrega un animal en estas
condiciones, cargando con los gastos y las curas al particular, pagador una vez más?).
Esto no es una excepción: hay otras enfermedades, igualmente curables, pero que no se
atienden, como deseando que la enfermedad se agrave y alegar luego una fácil excusa
para matarlos amparándose en el rechazo humano hacia las enfermedades.
El Alcalde, por su parte, se había comprometido a no sacrificar animales; igual
con nosotros y en los medios de comunicación también declaró que no quería
una “perrera” para Mérida sino un Centro de Protección de Animales. Pues qué
principio es éste, con órdenes secretas de exterminio hacia los animales residentes…Te
puedo dar los nombres de los galgos afectados de sarna que ya no están. Aquí hay una
dudosa praxis tanto de los medios administrativos como de los sanitarios… tal vez el
hecho de haber un veterinario para estos casos en una población de 60.000 habitantes…
La ampliación de la perrera, somos los primeros en celebrarla pero ¿de qué sirve
si no hay organización, suficiente dirección técnica, creencia en lo que se hace, respeto
y amparo hacia las vidas de los animales, esfuerzos para salvaguardarlos y no para
exterminarlos…? El centro que el Alcalde ha pretendido supuestamente hacía pensar en
la seguridad, salud e higiene de los animales residentes y no en esto, la matanza como
medio de solución de los problemas.
Quiero recordarte también que todos nosotros, animalistas de Mérida, tenemos
muchos otros animales recogidos en nuestras casas, en las de los asociados y
colaboradores en acogimiento. Esto implica que la Administración no está haciendo su
trabajo y, para comprobarlo, te diré una vez más que siendo muchos, no alcanzamos a
cuidar a tanto animal abandonado en las calles, por ahora gatos y perros pero que no
tardando puede que se vean caballos, ponys o burros, maltratados, abandonados y
despreciados hasta el extremo de lo posible.
Manolo, no te excuses con la crisis que es algo que todos sufrimos, y
seguramente en mucho mayor nivel que el Ayuntamiento y sus instituciones, y seguimos
adelante. Esto no es una razón válida, tanto menos en casos urgentes y, dado tu cargo,
las enfermedades de tus residentes, los perros de la perrera, son por razones obvias,
urgentes.
He tenido que recurrir a esta vía de comunicación, esperando desde ahora que te
pongas en contacto con nuestra ASOCIACIÓN, para poder continuar el diálogo por la
mejora de la situación de los animales. Te consta que llevamos mucho tiempo
trabajando por ello en esta ciudad y, aunque tal vez no nos consideres demasiado
incomod@s, sabes que somos efectivos. Y que decididamente, defendemos una vida
digna para los animales. Te repito: residentes, en la medida en que quieras entenderlo
pues pertenecen a esta región tanto como nosotros mismos.

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