El decano del Colegio de Ingenieros de Montes de Madrid, Carlos del Álamo, abrió ayer en Zamora las Jornadas Medioambientales de Otoño de la Fundación Científica de Caja Rural de Zamora. Durante su intervención señaló que la suciedad del monte no provoca los incendios («no puede ser un jardín»), ni las altas temperaturas, ni las repoblaciones forestales, ni el tipo de especies plantadas. Y explicó que “los incendios irrumpen en el campo mediático y en la opinión pública, además del propio debate político. Alrededor de ellos se crean una especie de imágenes que muchas veces no se ajustan a la realidad y a partir de ahí se llegan a diseñar políticas en algunos casos sobre un imaginario que no ha llegado nunca a existir”.
Del Álamo considera un mito el que acusa de los incendios a la política forestal o a la industria maderera. Los conflictos humanos, en cambio, sean ganaderos, de caza o de otro tipo sí pueden ser causa de incendios intencionados, por parte de personas que buscan algún tipo de beneficio propio.
El ingeniero considera fundamental incidir en la prevención, pero aclaró que muchas veces, los medios dedicados a la extinción son también preventivos, ya que “un fuego atacado a tiempo puede quedarse en un conato, y no convertirse en un gran fuego”.
El experto señaló como una medida eficaz de prevención la iniciativa de introducir cabras como elemento natural no sólo de limpieza de montes, sino de creación de valor y riqueza de los mismos. Según palabras de Carlos del Álamo, “el monte rentable no arde”, algo que se puede corroborar en Castilla y León, y añadió que “si crea beneficios, lograremos tener a muchas más personas vigilantes para que el monte no se queme”.
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