Gili, que participa en el Proyecto Medusa, que monitoriza desde el año 2000 la proliferación de este animal, ha explicado que hay catalogadas unas 200 especies de medusas en el Mediterráneo, de las que sólo unas seis se acercan a las playas y que «en muchos casos si se recogen y se devuelven al océano no es por su peligrosidad si no porque no es agradable para el bañista estar en un ambiente gelatinoso».
Aún así, el biólogo ha señalado que el Mediterráneo «es una de las regiones del planeta donde más evidente resulta el aumento de las poblaciones de medusas». En este sentido, ha apuntado que «ahora se suceden los años de medusas de forma casi continua» pero, a su juicio, ésto se trata de un fenómeno «local y reversible», por ello se está «recopilando datos» para tratar de elaborar «un pronóstico de medusas».
Precisamente, los científicos han señalado que hace falta un mayor estudio sobre esta especie en la que trabajan «apenas un centenar de expertos en todo el mundo», según ha apuntado el científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Carlos M. Duarte.
Duarte ha señalado que las medusas están entre los «animales más antiguos de la Tierra», se calcula que existen desde hace 500 millones de años, y pueblan todas las regiones del océano. En este sentido, los expertos señalan a la medusa como «un éxito evolutivo», pues los fósiles más antiguos de este animal muestran que su aspecto no ha cambiado desde su origen.
Por ello, los científicos han querido defender, durante el ‘VI Debate sobre Biología de la Conservación’ organizado por la Fundación BBVA, la «figura» de la medusa que, como consecuencia de los ocurrido en las costas en los últimos años, «no tienen buena fama». Así, Duarte ha explicado que estos animales, «además de bellos», son uno de los organismos que mejor trasladan y distribuyen el CO2 en el océano, ya que son capaces de sobrevivir tanto en aguas profundas como en la superficie. Además, son una gran ayuda para la biotecnología y la biomedicina.
«Mientras que las medusas han causado la muerte a un centenar de personas, los desarrollos médicos obtenidos gracias a ellas han ayudado a salvar centenares de miles de vidas», ha añadido al investigador español al respecto.
LA MANO DEL HOMBRE
Además, los expertos no exculpan al hombre en las causas que han provocado el aumento de la población de medusas. Así, Duarte ha señalado que uno de los predadores de medusas más peligroso es el Pez Luna, una especie que desde hace pocos años se pesca para la fabricación de pienso para la acuicultura. «Si desaparece un predador que puede nivelar la población de medusas, ésta seguirá creciendo», ha apuntado.
Otra posible causa de esta situación es el aumento de estructuras artificiales, que mantienen densas concentraciones de pólipos, el origen de éstos animales. «El aumento de construcciones asociadas al desarrollo de la acuicultura y de otras industrias costeras, así como de estructuras para defender la costa, podría ser otro de los desencadenantes del aumento global de proliferaciones de medusas. Estas construcciones funcionarían como un «caballo de Troya» que desencadenaría estas proliferaciones», ha señalado el investigador español.
Finalmente, para todos los expertos la situación de alerta que vive la sociedad en general con las medusas se puede solucionar con datos e información. Así, los científicos quieren poner fin a la falta de estudios sobre esta especie y han creado la base de datos Jellyfish Database Initiative (JEDI), que cuenta con 530.000 entradas y estará disponible antes de un año. «El análisis de estos datos es lo único que nos dará una respuesta rigurosa sobre la población de medusas», ha concluido el profesor de la Universidad de Alabama (Estados Unidos) Rob Condon.
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