En los últimos años están proliferando las iniciativas de compensación de emisiones de CO2 mediante la plantación de árboles. El asunto es controvertido por los motivos siguientes:
– Hay una notable disparidad en cuanto a la capacidad de fijación de CO2 atmosférico que diferentes autores y trabajos atribuyen a las especies forestales.
– No hay seguridad en cuanto a la reversibilidad del proceso de fijación, es decir, no hay garantía de supervivencia de las plantas.
– Existe el riesgo de poner el acento en la compensación en lugar de en la reducción de emisiones.
– Existe también el riesgo de que el objetivo de fijación de CO2 legitime socialmente la plantación de las especies a las que se les supone mayor capacidad de fijación, aunque no sean autóctonas y existan otras combinaciones de especies que favorezcan más la biodiversidad.
Asociación Reforesta está trabajando desde hace algún tiempo en esta cuestión, con el objetivo de ofrecer la posibilidad de compensar emisiones de CO2 mediante reforestaciones con criterios de mejora de la biodiversidad. En el proceso de preparación hemos encontrado que no todas las “ofertas” vigentes son transparentes ni, aparentemente, fiables, pudiendo inducir a confusión e incluso engañar a las personas e instituciones que de buena fe tratan de minorar su impacto ambiental. Por esta razón hemos preparado un documento que describe la problemática resumida en los párrafos anteriores y propone una serie de criterios sobre la información mínima que se debería proporcionar a toda persona o institución que desee compensar emisiones. El público puede acceder a ese documento en nuestro blog, www.plantando-conciencia.blogspot.com.es
En nuestra opinión, es preciso establecer un catálogo de buenas prácticas en las operaciones de compensación de emisiones de CO2 mediante plantación de árboles. Han de ser los agentes sociales implicados los que lleguen a un consenso sobre cuáles deben ser las acciones que integren esas buenas prácticas. Como punto de partida, desde Reforesta proponemos que todas las acciones de compensación se acompañen de un folleto que contenga las siguientes informaciones:
– El proceso de almacenamiento de carbono en las plantas, la cantidad que representa respecto al peso total del vegetal y su relación con el CO2.
– Un diagrama sobre el ciclo del carbono, una tabla o gráfico sobre la concentración de CO2 en la atmósfera y una explicación del objetivo de 450 partes por millón para no sobrepasar los 2º C de calentamiento global promedio, así como las consecuencias de sobrepasar este umbral.
– La capacidad de absorción que se atribuye a cada especie, aclarando la procedencia de esos datos y contrastándolos con los proporcionados por otras fuentes disponibles.
– Si se ha descontado o no la pérdida de capacidad de absorción producida por la muerte de plantones en los tres primeros años, expresando la mortalidad prevista.
– El compromiso de mantenimiento de la reforestación, en particular, el número de riegos veraniegos (en las zonas con veranos secos) y la reposición de marras (es decir, reemplazo de plantas muertas) que se va a efectuar.
– El periodo de absorción. No basta decir que se compensará una cantidad X, sino que hay que aclarar en cuánto tiempo se producirá esa compensación.
– Recordar que los árboles de especies autóctonas tienen un valor en sí mismos, más allá de su capacidad de ayudarnos en la lucha contra el calentamiento global, y que la reforestación con dichas especies ayuda a enfrentar otro enorme desafío ambiental: la pérdida de biodiversidad.
– Recordar que la forma más eficaz para limitar los efectos del calentamiento global es la reducción de emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero.
Reforesta está en proceso de incorporación de estas buenas prácticas. Hasta ahora no hemos realizado compensaciones de CO2, pero ya ofrecemos en nuestra web, www.reforesta.es y en otros materiales de difusión una buena parte de las explicaciones que hemos incluido en la anterior enumeración.
NOTA A LOS REDACTORES
Reforesta es una ONG dedicada a la educación ambiental y a la protección del medio ambiente. Se fundó en 1991 y está declarada de Utilidad Pública. Entre las actividades realizadas desde su fundación destacan el programa de educación ambiental y energética en La Pedriza, patrocinado por BP, que ha contado con la participación desde 1993 hasta la fecha de más de 117.000 escolares, la impresión de 600.00 ejemplares de la publicación El Correo del Medio Ambiente, publicación gratuita destinada al público generalista, de la cual editamos 40 números en papel y en formato pdf, y sus actuaciones de voluntariado forestal en zonas como La Pedriza y Colmenarejo.