Un estudio comparativo entre tapones de corcho actuales y tapones de corcho con más de 2.000 años –encontrados en ánforas subacuáticas en el Port de la Selva (Gerona)– ha demostrado que éstos últimos han mantenido sus componentes principales y su estructura celular se ha conservado intacta a pesar de la acción del fondo marino.
Según ha informado el Instituto Catalán del Corcho (Icsuro) en un comunicado, el Museo de Arqueología de Cataluña ha acogido este miércoles el acto de presentación de las conclusiones del estudio, que ha sido elaborado por el Centro de Arqueología Subacuática y el Icsuro.
El objetivo de la investigación es demostrar la durabilidad del corcho a lo largo de la historia, incluso en condiciones adversas como las del fondo marino, así como su idoneidad para preservar vinos y cavas.
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