AMUS redefine su labor base como un hospital de fauna salvaje en toda su dimensión; actual, moderno y centrado en hacer conservación, investigación y educación, señas de identidad que lo han convertido en una de las más serias apuestas nacionales en beneficio de la fauna salvaje inhabilitada.
En unos meses el hospital de AMUS cumplirá veinte años; dos décadas recuperando a especies salvajes heridas, muchas de ellas seriamente amenazadas. En estos momentos alcanza cotas de ingresos y liberaciones históricas en su trayectoria. Esto se debe en gran parte, al calado del mensaje dirigido a la sociedad.
AMUS redefine su labor base como un hospital de fauna salvaje en toda su dimensión; actual, moderno y centrado en hacer conservación, investigación y educación, señas de identidad que lo han convertido en una de las más serias apuestas nacionales en beneficio de la fauna salvaje inhabilitada.
En estos días que comprobamos como estamos duplicando los ingresos, comparando los datos con el año 2013 (hay jornadas en las que se recogen más de treinta animales de toda la provincia de Badajoz, con más de un centenar de llamadas telefónicas) y de manera pareja nos damos cuenta que las devoluciones al medio natural, de estos pacientes ya restablecidos, son diarias, es cuando percibimos la enorme dimensión en conservación y proyección social de un centro de recuperación que comenzó sin apenas recursos a mediados de los noventa.
En 1995 se funda AMUS como una organización no gubernamental, que basa sus acciones en la conservación de la fauna salvaje y de manera paralela, en la búsqueda y puesta en práctica de estrategias que aseguren la integridad de los hábitats que estas especies requieren para vivir, a través de la base logística y pluridimensional que ofrece un hospital de especies silvestres.
Surgió en respuesta a un gran vacío en la asistencia sanitaria de animales salvajes heridos o enfermos en Extremadura en aquellos años. Muchos de estos ejemplares hacen de esta comunidad autónoma una de las regiones con mayor exponencial en biodiversidad del país. Estas especies exclusivas, tan ceñidas a unas particularidades biológicas relacionadas con su alimento y con la tipología del hábitat, son únicas en el mundo como por ejemplo el Águila imperial, el Buitre negro o la Cigüeña negra.
Esta organización recoge y admite la fauna de toda la provincia de Badajoz, -la más extensa del país- sin especismo es decir, su labor se dirige a todas las especies con independencia a su catalogación. La única salvedad es la ausencia de competencias con especies exóticas y con animales domésticos.
La Naturaleza de esta entidad sin adscripción ideológica alguna es; ser escasamente burocratizada, eminentemente práctica, absolutamente transparente, profundamente creativa y con perfecta definición de responsabilidades, funciones y objetivos así como la metodología empleada para alcanzarlos. Cualidades o hechos, que han supuesto un evidente esfuerzo de reciclado constante por parte del equipo de trabajo, y que la han llevado con éxito a saber adaptarse a profundos cambios y a superar grandes vacios de apoyos institucionales y por supuesto, a reinventarse una y un millón de veces ante situaciones y etapas cambiantes.
Este año ha sido también el gran salto a proyectos internacionales con especies amenazadas a nivel europeo como es el caso del Buitre negro, el Águila perdicera o el Águila real, prueba de ello ha sido la incorporación de AMUS a equipos de trabajo en reintroducción y cría en cautividad.
A lo largo de estos años también, por este hospital han pasado miles de ejemplares silvestres muchos de ellos de gran valía biológica y cultural situándonos en un 63% de liberación de estos ejemplares a la Naturaleza. Las competencias por tanto de este hospital han ido creciendo tanto que en la actualidad se ha convertido en todo un motor de generación de biodiversidad y de cambio en sectores sociales claves del medio rural e incluso urbano.