Un estudio, en el que ha tomado parte la Universidad de Alcalá, confirma los efectos de las actividades humanas en la biodiversidad vegetal. Se trata de un informe a gran escala que se ha publicado en la revista Nature y que revela algo que ya se sabía y es la alteración de dichos efectos humanos sobre áreas incluso aparentemente naturales.
La investigación, en la que han participado 200 científicos de todo el mundo, analiza lo que se conoce como “diversidad oscura”. Con esto se refiere a aquellas especies vegetales que podrían habitar un entorno natural, pero que están ausentes debido a la presencia humana, ha explicado la UAH en un comunicado.
Los resultados son, como era de esperar, bastantes claros: en las regiones donde más se ha notado la transformación por parte de los hombres, los ecosistemas contienen solo una quinta parte de las especies potencialmente adecuadas que debería haber. Una afección que se debe sobre todo a factores como la urbanización masiva, la agricultura intensiva, las infraestructuras y otros problemas como la contaminación, la tala o la generación de basuras ingentes.
Los efectos humanos en la biodiversidad contrastados con un estudio
Un investigador de la Universidad de Alcalá (UAH) ha participado en un estudio a gran escala publicado en la revista ‘Nature’ que revela cómo las actividades humanas alteran profundamente la biodiversidad vegetal a nivel mundial, incluso en áreas aparentemente naturales.
El estudio, en el que ha participado el investigador del Departamento de Ciencias de la Vida de la UAH Jesús Villellas, ha sido coordinado por la Universidad de Tartu (Estonia) y desarrollado por más de 200 científicos de todo el mundo. La investigación analiza la llamada “diversidad oscura”, es decir, aquellas especies vegetales que podrían habitar un entorno natural pero que están ausentes debido a la presencia humana, ha explicado la UAH en un comunicado.
A través de la red de investigación internacional DarkDivNet, se recopilaron datos en casi 5500 sitios distribuidos por 119 regiones, incluyendo contribuciones clave desde España gracias a la labor de investigadores como Villellas.
Los resultados muestran que en las regiones fuertemente transformadas por el ser humano, los ecosistemas contienen solo una quinta parte de las especies potencialmente adecuadas. Este desequilibrio se atribuye a la urbanización masiva, la agricultura intensiva, las infraestructuras y otras formas de presión humana como la contaminación, la tala o la basura.
Además, el estudio empleó el Índice de Huella Humana para cuantificar este impacto, evidenciando que la influencia de la actividad humana puede extenderse cientos de kilómetros más allá del foco original de alteración. Jesús Villellas ha valorado positivamente los hallazgos ya que este trabajo permite comprender de forma más precisa qué especies están ausentes y por qué, lo que resulta fundamental para mejorar las estrategias de conservación y restauración de ecosistemas».
El cometido concreto de este investigador fue analizar la biodiversidad de la vegetación de las dunas en la provincia de Cádiz siguiendo el protocolo común de DarkDivNet.
Tal y como han añadido desde la UAH, la investigación subraya también la necesidad de mantener al menos un tercio de cada región en estado natural para mitigar los efectos negativos y preservar la biodiversidad a largo plazo. EFE / ECOticias.com