Eliminar nidos primarios, instalar arpas eléctricas, propiciar la intervención de personal capacitado y fomentar la colaboración ciudadana son algunas de las propuestas que integran una guía de alcance nacional elaborada por la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) para controlar la expansión de la avispa velutina en España.
«Si aplicamos bien esta guía, los beneficios serán claros», ha garantizado la técnica de ANECPLA Belén Rodríguez, que incluye entre ellos una reducción de las pérdidas apícolas, una mayor protección de la biodiversidad, un ahorro económico en labores de control, la mejora de la coordinación nacional y mayor concienciación ciudadana.
El protocolo tiene una vigencia indefinida, aunque se contemplan revisiones periódicas entre «todos los actores involucrados» para incorporar mejoras técnicas y experiencias a través de un esquema de seis partes que da prioridad a la prevención y a la detección temprana, ha explicado la responsable de la guía.
Una guía nacional para frenar a la avispa velutina y proteger a las abejas
España gasta 2,5 millones de euros al año en controlar la avispa velutina, dice Rodríguez, lo que evidencia «el impacto directo sobre los sectores productivos o comunidades locales», así como «una amenaza creciente» para los ecosistemas, teniendo en cuenta que «no es sólo un problema ecológico, sino que afecta a la salud pública».
Esta especie exótica invasora de origen asiático ha causado la muerte de tres personas en Galicia en sólo dos semanas durante el mes de octubre: todas fueron atacadas, aparentemente, tras pisar un nido mientras se encontraban en el bosque.
«Lo que hemos visto en Galicia con estos tres fallecidos es un peligro latente para todos» porque es una especie «muy adaptable» y ello ha permitido su despliegue por sucesivas comunidades autónomas, ha indicado el presidente de ANECPLA, Sergio Monge.
Desde 2010 la avispa velutina se ha extendido por distintas regiones españolas, en especial en la cornisa cantábrica, y ha ido avanzando hacia otros territorios utilizando en su beneficio los medios de transporte, en los que se cuelan inadvertidamente.
En la actualidad, esta especie invasora está presente de forma permanente en Galicia, País Vasco, Asturias, Cantabria, Cataluña, Navarra, La Rioja y Baleares, pero también se la encuentra esporádicamente en zonas de Castilla y León, Aragón y Comunidad Valenciana, apuntan desde esta organización.
«Es cuestión de tiempo que llegue a otras zonas de España» con independencia de que se trate de zonas rurales o urbanas, advierte Rodríguez y, en ese sentido, añade que «no se puede decir que a Madrid no va a llegar nunca, porque es probable que sí».
Una especie invasora letal para abejas, ecosistemas y salud pública
La técnica ha explicado que “hay muchas malas prácticas” que favorecen su expansión, como las quemas incontroladas de nidos con fuego, que provocan un impacto negativo en la salud humana y el desplazamiento de otras especies como la abeja melífera.
La guía brinda información para que las personas sepan cómo actuar y acudan a los organismos responsables para comunicar la presencia de la avispa, de manera que sea el personal capacitado el que se encargue de su control.
«El cambio climático está haciendo que haya primaveras muy tempranas y otoños muy tardíos, y estás avispas se sienten cómodas porque lo que está ocurriendo es una ‘tropicalización’ del norte de España» que beneficia su ciclo reproductivo, ha indicado Monge.
«Las especies exóticas invasoras son una de las principales causantes de pérdida de biodiversidad en el mundo» en general y en España en particular, enfatiza Monge, por lo que es importante «hacer una gestión integrada» coordinada con todos los actores que pueden ayudar a erradicarlas o, al menos, controlarlas. EFE
















