La avispa velutina, tambien llamada avispa asiática es una terrible depredadora que ataca a las abejas de las colmenas y cuya picadura puede llegar a ser morrtal. Ya se han presentado varios casos letales en el Norte de España, más presisamente en varias provincias de Galicia.
Si bien se la descubrio por primera vez en una localidad navarra hace 15 años, la avispa velutina se ha propagado con gran rapidez, puesto que tiene una gran capacidad de adaptacion a los diferentes ecosistemas, especialmente los que gozan de las condiciones del norte del país.
En Galicia están luchando contra esta plaga aplicando varias técnicas, una de las cuales consiste en colocar trampas para atrapar a las reinas y acabar poco a poco con esta especie invasora que cada año afecta de manera considerable a la cosecha de miel.
Avispa velutina o asiática y su adapracion al norte de España
Basta con escuchar su zumbido y ver el gran tamaño de la avispa velutina (Vespa velutina nigrithorax) para poner en alerta a cualquiera que se la encuentre. Esta especie invasora, originaria de Asia, habría llegado a Europa de forma accidental a través del transporte de mercancías.
Hoy es una gran depredadora en el norte de España, donde se ha expandido como una sombra negra y amarilla que amenaza la supervivencia de las poblaciones de abejas, sus ecosistemas y el delicado equilibrio de múltiples polinizadores.
El avispón, también conocido como avispa asiática, se detectó por primera vez en 2010 en Amaiur, comarca del Baztán (Navarra). En las últimas semanas, su picadura ha resultado mortal para tres personas en Galicia, una comunidad donde ha proliferado de forma preocupante, lo que ha propiciado campañas de trampeo para disminuir la población.
La presión de las velutinas sobre las abejas se mantiene alta y prolongada en el tiempo, con actividad prácticamente durante todo el año.
Desde su llegada, los científicos han estudiado cómo se ha adaptado al clima, el impacto en las abejas melíferas y la propagación de patógenos, así como los posibles usos biomédicos de su veneno. Con densidades que alcanzan los 100000 individuos por km2 por año en Europa, esta especie puede alterar de forma directa la fauna nativa.
Según explica María Shantal Rodríguez Flores, investigadora de la Universidad de Vigo en el campus de Ourense, la presión de V. velutina sobre las abejas en Galicia no se ha estabilizado. “Por el contrario, se mantiene alta y prolongada en el tiempo, con actividad prácticamente durante todo el año. Este hecho demuestra una adaptación climática notable de la especie invasora a las condiciones atlánticas”.
Esto provoca que su expansión hacia nuevas áreas continúe si las condiciones de temperatura y disponibilidad de recursos lo permiten. “A ello se suma que la Xunta de Galicia ha intensificado las campañas de trampeo de reinas fundadoras en numerosos municipios, lo que podría haber alterado parcialmente la dinámica poblacional de la especie”, continúa.
Cámaras, colmenas y control
Aunque las abejas pueden seguir estrategias de defensa, como cooperar para crear ‘bolas de calor’ para defenderse rodeando a la avispa y elevando la temperatura hasta matarla (unos 46 °C), están en clara desventaja porque las velutinas no tienen depredadores naturales.
Rodríguez Flores lidera un estudio reciente, publicado en Apidologie, sobre el riesgo de la presión que suponen estas avispas para la supervivencia de las abejas melíferas. Para cuantificarlo, el equipo instaló cámaras de monitoreo durante 16 horas al día a lo largo de dos años.
“La presencia de cinco o más avispas asiáticas ya supone un riesgo significativo para las colmenas, y con diez o más, la actividad de forrajeo [búsqueda activa de alimento] prácticamente se detiene, lo que compromete la supervivencia de la colonia”, asegura la experta.
En los dos últimos años observamos un desplazamiento del pico máximo de actividad, que tradicionalmente ocurría en verano, hacia septiembre y octubre
Los investigadores detectaron un cambio en el patrón estacional de la especie. “En los dos últimos años observamos un desplazamiento del pico máximo de actividad, que tradicionalmente ocurría en verano, hacia los meses de septiembre y octubre”, señala la científica.
Esta perturbación, según los autores, tiene implicaciones directas para la gestión y la seguridad ciudadana, ya que la presencia de nidos activos durante el otoño coincide con las labores de limpieza de montes, podas y trabajos agrícolas, lo que favorece los ataques. “Aumenta el riesgo de encuentros accidentales con la avispa y, lamentablemente, de casos graves o mortales por picaduras”, explica Rodríguez Flores.
En cuanto a las estrategias de protección de las colmenas, la investigadora destaca que “aquellas fuertes y bien alimentadas artificialmente resisten mejor la presión de V. velutina” y que métodos como las arpas eléctricas “han demostrado reducir de forma significativa la predación”. Sin embargo, advierte que el uso indiscriminado de trampas no es sostenible, ya que puede afectar a insectos no objetivo, al afectar a la entomofauna local.
Aumenta el riesgo de encuentros accidentales con la avispa y, lamentablemente, de casos graves o mortales por picaduras
“Lo más urgente es adoptar una respuesta integrada y coordinada que combine el control de nidos de avispa asiática con la educación ambiental y la investigación aplicada”, asegura. Este enfoque permitiría proteger a las abejas, al mismo tiempo que se reduce el impacto de esta especie invasora.
En este sentido, la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (AANECPLA) presentó la semana pasada su nueva “Guía Técnica sobre el control de la avispa asiática”. Este documento, elaborado en colaboración con expertos del sector, entidades públicas y profesionales de sanidad animal, busca complementar la Estrategia Nacional y ofrecer herramientas de gestión actualizadas y consensuadas para el control de la especie.
Avispas asiáticas al acecho
Mantener las colonias fuertes es clave para que las abejas resistan la presión de la velutina, explica Ana Diéguez Antón, investigadora del Instituto de Agroecología e Alimentación de la Universidad de Vigo. “Es imprescindible realizar revisiones periódicas de las reservas de alimento y suplementarlas según las necesidades de cada colmena”, asegura.
Según la experta, que lidera otro estudio sobre ataques a las colmenas, la alimentación debe adaptarse a la época del año y al nivel de cría: algunas colmenas necesitan alimento líquido, otras proteico, y en muchos casos ambos, para que la colonia mantenga sus funciones básicas. Además, advierte sobre la importancia de respetar normas de sanidad y controlar la cantidad de alimento para evitar fermentaciones o el pillaje por otras colonias.
Gracias a estas estrategias, se puede sostener la postura de la reina, reducir el estrés nutricional y aumentar las probabilidades de que sobrevivan
«Gracias a estas estrategias, se puede sostener la postura de la reina, reducir el estrés nutricional y aumentar las probabilidades de que sobrevivan, especialmente durante periodos de alta presión o invierno», subraya.
Durante dos años de monitoreo, los investigadores contabilizaron 2 523 avistamientos de avispones frente a las colmenas, con 1 337 en 2020 y 1 186 en 2021. El estudio también reveló que la presión del avispón aumenta cuando suben los termómetros, ya que los avispones se vuelven más activos.
La investigadora enfatiza que su trabajo busca que “se destinen recursos a investigación a largo plazo para desarrollar estrategias de control más eficaces”, mejorar la nutrición y sanidad de las colmenas y aumentar la resiliencia de las colonias frente a la invasora. Diéguez Antón y Rodríguez Flores son coautoras del Manual de gestión de Vespa velutina en los colmenares actualizado este año.
Trampas más efectivas
Desde 2015, Salustiano Mato de la Iglesia, Sandra Victoria Rojas Nossa y su equipo en la Universidad de Vigo trabajan en analizar la eficacia de distintos modelos de trampas para controlar la avispa velutina. En su estudio que publica la revista Animals analizaron cuatro tipos etiquetados como Eva (E), VespaCatch (V), Econex (X) y R. La trampa V es el tipo más común en el campo y llegó a ser distribuida por la Xunta de Galicia. La X es más reciente y promocionada por su supuesta mayor selectividad, mientras que las trampas E y R son prototipos en fase de prueba.
La trampa E fue la mejor, gracias a la posición y tamaño de las aberturas que restringen el acceso de animales grandes y un sistema que facilita la salida de insectos más pequeños
El trabajo se centró en primavera, la época que los apicultores consideran más efectiva para reducir la población de avispones. “La trampa E presentó el mejor desempeño general, gracias a la posición y tamaño de las aberturas de entrada, que restringen el acceso de animales más grandes, y a un sistema que facilita la salida de insectos más pequeños. Esto mejora la selectividad y optimiza la captura”, sostiene Rojas Nossa.
La comunidad científica coincide en que hay que reducir el uso de trampas no selectivas, ya que capturan muchos insectos no objetivo y su efectividad para controlar la especie es limitada. Entre las estrategias más viables, destacan la detección y destrucción directa de nidos y el uso de arpas eléctricas.
Rojas Nossa subraya que estas medidas “permiten reducir la presión sobre las colmenas sin recurrir a trampas no selectivas, aunque requieren monitoreo constante, inversión y protocolos para garantizar la seguridad de los apicultores”.
Los resultados de estos ensayos podrán determinar si se pueden elaborar trampas realmente selectivas en el futuro.
Los investigadores han construido, además, un olfatómetro que permite identificar componentes volátiles selectivos para la avispa. “Los resultados de estos ensayos podrán determinar si se pueden elaborar trampas realmente selectivas en el futuro”, argumenta la científica.
Respecto a las trampas caseras, como las fabricadas con botellas, en un estudio publicado en 2018 por esta misma universidad advertía que presentan un desempeño muy bajo, tanto en captura de la especie objetivo como en selectividad.
Usos innovadores del veneno contra la avispa velutina
Las picaduras de velutina, incluida la anafilaxia, son cada vez más frecuentes en Europa occidental. Una técnica ética y eficiente para obtener veneno permitiría desarrollar extractos diagnósticos, tratamientos de inmunoterapia y avanzar en estudios sobre la biología de la avispa. Por esta razón, el veneno de la avispa ha despertado un creciente interés científico por sus prometedoras aplicaciones en el ámbito farmacológico.
Una investigación publicada este año en la revista Diversity presenta un innovador método de extracción de veneno directamente en la naturaleza. Hasta ahora, la recolección implicaba capturar avispas individuales o retirar y sacrificar nidos completos para diseccionar los sacos de veneno,” un procedimiento laborioso, invasivo y poco sostenible”, según los autores.
El veneno obtenido se deposita en pequeñas gotas sobre una placa de vidrio, para generar una muestra de alta pureza y aspecto blanquecino al secarse.
Los científicos proponen una técnica no invasiva basada en un dispositivo portátil de electroestimulación que permite extraer el veneno directamente de nidos activos en su entorno natural.
“El veneno obtenido se deposita en pequeñas gotas sobre una placa de vidrio para generar una muestra de alta pureza y aspecto blanquecino al secarse, diferente al tono amarillento característico del veneno de abeja”, resaltan.
Además de su utilidad para la gestión y el control de la Vespa velutina, el nuevo método abre la puerta a la investigación biomédica del veneno. Los autores del trabajo señalan que su perfil químico y alergénico está aún poco caracterizado, pero que ya se ha identificado la presencia de moléculas con actividad biológica de interés médico, entre ellas compuestos con capacidad para proteger células humanas del estrés oxidativo.
Estas propiedades sitúan al veneno como una fuente potencial de nuevos agentes terapéuticos basados en péptidos o toxinas purificadas.
Desde el enfoque One Health que reivindican los autores, el estudio no solo contribuye al conocimiento y control de la especie invasora, sino que convierte el veneno de la avispa asiática en una oportunidad para la investigación científica y médica.
Los costes de combatir la invasión de la avispa asiática
Desde la Universidad de Santiago de Compostela, la profesora Ana Isabel García Arias, investigadora del Centro de Investigación Interuniversitario de los Paisajes Atlánticos y Culturales (CISPAC), ha analizado junto a su equipo el impacto económico que supone su control. El estudio pone cifras al esfuerzo que los apicultores gallegos realizan cada año para proteger sus colmenas de la avispa velutina.
Los resultados indican que los costes de control representan entre el 14 y el 21 % del valor de la producción de miel. Según García Arias, esta cifra refleja un reto importante para la sostenibilidad económica del sector, aunque matiza que el análisis se centra en los costes económicos, no financieros.
Si se tuviese que pagar ese trabajo, probablemente muchas explotaciones no continuarían la actividad.
“Incluimos el valor del tiempo y de la mano de obra propia, que normalmente no se remunera. Si se tuviese que pagar ese trabajo, probablemente muchas explotaciones no continuarían la actividad”, explica. Buena parte de la apicultura gallega es no profesional, gestionada por personas jubiladas o aficionadas.
El estudio también revela diferencias territoriales significativas. En Pontevedra, por ejemplo, en las zonas rurales se emplean con mayor frecuencia mallas de protección, alimentación artificial e implicación en la retirada de nidos, mientras que el desplazamiento de colmenas apenas se utiliza. “Estas diferencias se explican por factores geoambientales: temperaturas más suaves, abundante agua y una mayor densidad de población”, expresa la investigadora.
García Arias destaca el papel esencial de las asociaciones apícolas en Galicia. “Son las que financian y organizan la formación y, en algunos casos, coordinan la retirada conjunta de nidos compartiendo materiales y recursos. En Galicia esta labor recae en gran medida sobre la administración pública, pero en Francia, por ejemplo, son las asociaciones las que asumen esa función”, asegura.
Esta investigación contribuye a visibilizar no solo el impacto en otras especies de la avispa velutina, sino también el coste oculto en tiempo y esfuerzo humano que asumen los apicultores gallegos para mantener viva su actividad frente a una de las especies invasoras más dañinas de Europa.
Los costes que tiene el combate a la avispa velutina son enormes y estan siendo aportados tanto por los municipios como por la asociaciones de apicultores de todo el norte de España que buscan acabar con esta especie invasora, destructiva y peligrosa. En cambio en Francia estos costes para la lucha contra esta especie invasora corren por cuenta de los apicultores.
Desde que se encontró el primer ejemplar de avispa velutina, los expertos han advertido que debía ser combatida y buscar medidas eficaces para acabar con ella, pero hasta ahora este objetivo no se ha conseguido y el avance de la avispa asiática avanza imparable por el Norte de España. Aunque tambien se la encuentra en Francia y han aparecido ejemplares en algunas provincias del sur. Seguir leyendo en: ECOticias.com
















