El 11 de diciembre, Día Internacional de las Montañas, es una fecha proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas con el fin de reconocer la importancia vital que estos ecosistemas tienen para la vida en el planeta.
Las montañas ocupan aproximadamente una cuarta parte de la superficie terrestre y albergan cerca del 15 % de la población mundial. Son fuente de recursos esenciales —como el agua, la biodiversidad, los suelos fértiles y una enorme riqueza cultural—, pero también se encuentran entre los entornos más vulnerables frente al cambio climático, la sobreexplotación y la degradación ambiental.
Cada año, esta jornada invita a reflexionar sobre su papel, sus desafíos y las acciones necesarias para garantizar la conservación de las montañas.
Las montañas y su vital importancia natural
Las montañas actúan como auténticas torres de agua del planeta. En ellas nacen los ríos principales que abastecen a millones de personas, sostienen regadíos y permiten la producción de energía hidroeléctrica. Sin embargo, el retroceso de los glaciares, los cambios en los patrones de precipitación y el aumento de las temperaturas están alterando gravemente estos sistemas hídricos.
Las montañas ocupan aproximadamente una cuarta parte de la superficie terrestre y albergan cerca del 15 % de la población mundial.
La pérdida de hielo en montañas como los Alpes, los Andes o el Himalaya no solo compromete la disponibilidad de agua, sino que incrementa el riesgo de desastres naturales como inundaciones repentinas, desprendimientos y avalanchas.
Además, las montañas son reservorios excepcionales de biodiversidad. Sus fuertes gradientes altitudinales crean hábitats muy variados que permiten la convivencia de especies únicas. Muchas plantas medicinales, variedades agrícolas tradicionales y animales emblemáticos dependen de estos ecosistemas.
No obstante, la presión humana —deforestación, minería, turismo no regulado y expansión urbana— está reduciendo la integridad ambiental de numerosas áreas montañosas. La fragmentación de los hábitats y la introducción de especies invasoras suponen amenazas adicionales para esta riqueza biológica.
Las montañas también tienen un valor cultural
Las comunidades que habitan las montañas representan un patrimonio cultural de incalculable valor. Pueblos indígenas y pobladores locales han desarrollado sistemas agrícolas adaptados a entornos difíciles, como las terrazas de cultivo en los Andes o los pastoreos trashumantes en Europa y Asia.
También han generado expresiones culturales, lenguas, artesanías y conocimientos ecológicos tradicionales que forman parte fundamental de la diversidad cultural mundial. Sin embargo, estas comunidades enfrentan desafíos socioeconómicos importantes: aislamiento, falta de infraestructuras, migración juvenil y vulnerabilidad ante fenómenos climáticos extremos.
El Día Internacional de las Montañas llama a reconocer su papel como guardianes de estos territorios y a promover su participación activa en la gestión de los recursos naturales.
Cada edición de esta conmemoración se centra en un tema específico —como el turismo sostenible, la biodiversidad o la resiliencia climática— para destacar retos prioritarios. En los últimos años, la atención se ha centrado especialmente en la adaptación al cambio climático, un desafío urgente que exige cooperación internacional.
El Día Internacional de las Montañas nos recuerda que su conservación no es solo una cuestión ambiental, sino también social, cultural y económica
Se promueven políticas que impulsen la restauración de bosques de montaña, la gestión sostenible de cuencas hidrográficas, el fortalecimiento de sistemas agrícolas resilientes y el desarrollo de modelos turísticos respetuosos con la capacidad de carga del entorno.
Educar en la sensbilización hacia las montañas
La educación y la sensibilización también desempeñan un papel crucial. Instituciones, escuelas, organizaciones ambientales y gobiernos aprovechan el 11 de diciembre para difundir información, organizar actividades comunitarias, impulsar investigaciones y fomentar la participación ciudadana en acciones de conservación.
En definitiva, el Día Internacional de las Montañas nos recuerda que su conservación no es solo una cuestión ambiental, sino también social, cultural y económica. Protegerlas significa asegurar agua, diversidad biológica, estabilidad climática y oportunidades de desarrollo sostenible para millones de personas.
En un mundo cada vez más afectado por la crisis climática, la defensa de las montañas se convierte en una responsabilidad compartida y un imperativo para garantizar el bienestar de las generaciones presentes y futuras.













