La fotoidentificación de delfines mulares (Tursiops truncatus) se ha convertido en una herramienta científica clave para comprender la extraordinaria riqueza marina que albergan las costas de Cataluña.
Este método no invasivo se basa en fotografiar la aleta dorsal de los delfines, una estructura que presenta marcas naturales únicas —cicatrices, muescas y patrones— comparables a una huella dactilar. Gracias a ellas, los investigadores pueden reconocer a cada individuo a lo largo del tiempo y reconstruir su historia de vida con la fotoidentificación.
En aguas catalanas, la fotoidentificación ha revelado la presencia de poblaciones residentes y semirresidentes de delfín mular, lo que contradice la idea de un Mediterráneo empobrecido y homogéneo. El seguimiento continuado de individuos permite estimar la abundancia, conocer la estructura social de los grupos y detectar áreas clave de alimentación, reproducción y descanso.
Estos datos son esenciales para demostrar que el litoral catalán es un espacio de alto valor ecológico, donde la presencia estable de grandes mamíferos marinos indica un ecosistema funcional y productivo.
Por qué la fotoidentificación de delfines está transformando el estudio de los cetáceos en el Cap de Creus
Los científicos de Submon han podido fotoidentificar en casi una década a unos 700 delfines mulares entre la zona del Montgrí y el Cap de Creus (Girona) en ocho años, una cifra extraordinaria que pone de manifiesto la gran riqueza de los ecosistemas marinos de esta zona.
Este número, sostiene esta entidad, dedicada a la conservación, estudio y divulgación del medio marino, es el resultado de un trabajo continuado, con salidas al mar, recogida sistemática de datos y un esfuerzo constante por comprender mejor cómo viven y se mueven estos cetáceos.
Actualmente, el proyecto COSTtERA-2 da continuidad a estos esfuerzos para estudiar las poblaciones de delfín mular en el Cap de Creus, de manera visual y acústica, y su interacción con la actividad pesquera, especialmente con las embarcaciones de arrastre.
Desde 2017 hasta hoy, se han realizado 196 avistamientos de delfín mular y se han identificado 700 individuos diferentes en el área de estudio, entre l’Estartit y Cadaqués.
Según detallan los expertos, «el 63 % de los individuos identificados son animales que ya habíamos observado en años anteriores en esta zona, mientras que el 37 % son individuos que hemos avistado por primera vez este 2025 gracias a la fotoidentificación».
Detallan además que «los delfines mulares que observamos en el Cap de Creus se desplazan por toda Cataluña y llegan hasta más allá del Golfo de León y entre los individuos identificados hay algunos que hemos llegado a ver cada año del estudio, como es el caso de ‘Tramuntana«.
Esta labor que llevan a cabo desde Submon es posible gracias a la fotoidentificación, «una técnica de estudio no invasiva que nos permite reconocer a los delfines a partir de las marcas que presentan, principalmente en la aleta dorsal, y así conocer su distribución e interacciones a lo largo del tiempo», detallan.
Qué revela el seguimiento de individuos sobre sus movimientos y organización social
La fotoidentificación usa las marcas únicas de las aletas dorsales de cada individuo para reconocerlo, ya que pueden incluir bocados sufridos, cortes, manchas o variaciones en la forma, entre otras; y, además, cada combinación es singular y permite distinguir a los delfines a lo largo de los años.
Aunque con el tiempo han surgido herramientas que ayudan a automatizar el proceso, la revisión isual por parte de expertos sigue siendo esencial, ya que las marcas pueden cambiar de forma sutil o más notable con el tiempo.
Por ejemplo, ‘Pitágoras’ ha sido avistado en 2018, 2020, 2022 y 2025, y pueden observarse cambios en su aleta a lo largo de estos siete años.
Gracias a la fotoidentificación los científicos han podido seguir a los individuos y estudiar no solo sus movimientos, sino también cómo se organizan socialmente.
«Este conocimiento es especialmente relevante si tenemos en cuenta que los delfines mulares se caracterizan por una organización social de fisión-fusión, un sistema en el que los grupos no son estables y los individuos se agrupan o se separan constantemente según sus necesidades, intereses e interacciones«, apuntan.
En estas sociedades, la composición de los grupos cambia continuamente, y un mismo individuo puede formar parte de grupos distintos a lo largo de un mismo día, mientras que el tamaño y estructura de los grupos dependen de factores como la disponibilidad de alimento, la reproducción, la presencia de depredadores o las preferencias sociales.
Esta dinámica hace que su estudio sea especialmente complejo pero, aseguran, «también muy enriquecedor, ya que cada observación aporta información nueva sobre sus interacciones y comportamientos sociales».
Cómo el proyecto COSTtERA-2 conecta ciencia, pesca y conservación marina
Gracias al proyecto COSTtERA-2, se sigue ampliando el conocimiento sobre el delfín mular en el Cap de Creus.
Los datos recogidos, que aún se encuentran en proceso de análisis, «no solo nos permiten entender el comportamiento y los desplazamientos de las poblaciones de delfín mular, también proporcionan información clave sobre su interacción con la actividad pesquera, sobre todo con los arrastreros», destacan.
Para ello, se utilizan metodologías tanto estandarizadas como innovadoras, y la colaboración con el sector pesquero resulta esencial.
El proyecto COSTtERA-2 se desarrolla con la colaboración de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y está cofinanciado por la Unión Europea a través del FEMPA (Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y de Acuicultura).
La fotoidentificación permite incluso detectar cambios en la condición corporal o la aparición de nuevas heridas, funcionando como un sistema de alerta temprana sobre problemas ambientales.
En conjunto, la fotoidentificación de delfines mulares no solo amplía el conocimiento científico, sino que también refuerza la conciencia social sobre el valor del mar catalán. Cada aleta identificada cuenta una historia que conecta biodiversidad, ciencia y conservación, y subraya la responsabilidad de proteger una riqueza marina única y frágil. Seguir leyendo en ECOticias.com / EFE













