La contaminación que deja el hombre en el mundo ha quedado demostrada en varias oportunidades, como en el caso del daño ocasionado en el Amazonas o la lucha activa contra la contaminación plástica. Sin embargo, hay otro tipo de acciones que tienen influencia directa en el entorno de los delfines. Ellos, como otros animales, han tenido que adaptar su forma de vivir a causa del ser humano.
Los océanos están plagados de especies que coexisten y tienen su propio mundo aparte del terrestre. Sin embargo, algunas de nuestras acciones están teniendo incidencia en el día a día de algunos grupos.
En este artículo especializado, descubrirás que está pasando con estos mamíferos y hasta qué punto podrías ser culpable de lo que está sucediendo con ellos.
El origen de todo está en la contaminación acústica. Un experimento en un centro de Florida demuestra que el ruido está afectando a estos cetáceos, que dependen de los sonidos para comunicar, reproducirse y buscar alimento.
¿Por qué la contaminación acústica se está cargando a los delfines?
Hay que tener en cuenta que la luz escasea en el océano, por lo que los animales se ven obligados a recurrir a diferentes sonidos para saber qué está sucediendo a su alrededor. Determinados ruidos los ayudan a orientarse, reproducirse, comunicarse con otros miembros de su especie y encontrar alimento para subsistir.
En este contexto, el alboroto ocasionado por las sociedades humanas los perjudica e incluso los pone en peligro. ¿Cómo pueden distinguir lo que sucede en el océano de lo que pasa fuera? ¿Hasta qué punto los afecta? Las criaturas más afectadas por esta cruel realidad son los cetáceos como los delfines, las ballenas o las marsopas.
Lejos de ser un mal que vaya a terminar, la contaminación acústica va a seguir aumentando a medida que avance el tráfico marítimo y otras actividades industriales que se realizan cerca de los océanos, como la extracción de hidrocarburos en el mar.
Un equipo de científicos ha querido dar un paso más y determinar hasta qué punto el ruido está alterando la vida de estos seres vivos en el océano.
Como es difícil medir algo así en un entorno natural, desarrollaron un experimento en las instalaciones del Centro de Investigación de Delfines de Florida (EEUU) para analizar cómo reaccionan los animales a diferentes niveles de ruido. La conclusión a la que llegaron fue que estos mamíferos gritaban para contrarrestar el sonido externo.
Los delfines están hartos de la contaminación: así se defiende este grupo de cetáceos
Se descubrió que, a medida que los animales estaban expuestos a niveles altos de ruido, casi duplicaban la duración de sus silbidos y el volumen para compensar la interferencia.
El equipo escogió a Delta y Reese para el estudio, que, como indicó la coautora del estudio Abigail Haddock, son primos y en el momento del experimento tenían 10 y 7 años respectivamente. Otro aspecto revelado por la investigación fue que, al haber más ruido, los animales se miraban más.
Estudios anteriores revelaron que esta actitud podría responder a que su audición es sensible a la dirección, por lo que estar uno frente al otro podría bajar el ruido molesto.
“Nuestros resultados muestran que a pesar de que los delfines utilizaron mecanismos compensatorios para superar los efectos del ruido, su tasa de éxito en la realización de esta tarea cooperativa disminuyó”, dijo a El Mundo Pernille Sørenson, la investigadora de la Universidad de Bristol que lideró el estudio.
«Es muy probable que los delfines en estado salvaje se vean afectados de la misma manera que los delfines de nuestro estudio y que las tareas grupales cooperativas, como la búsqueda de alimento cooperativa, puedan verse afectadas. De ser así, esto podría conducir a una reducción de la eficiencia de la búsqueda de alimento, lo que podría tener un impacto en la salud individual y, en última instancia, en la salud de la población», señala a este diario.
¿Los delfines pueden acostumbrarse a la contaminación acústica?
“Si se exponen al mismo tipo de contaminación acústica una y otra vez, es posible que se acostumbren a su presencia. Sin embargo, incluso si se acostumbran, seguirá afectando negativamente su capacidad para utilizar el sonido”, explicó.
Esto es solo una pequeña parte de lo que la contaminación acústica puede ocasionar en los océanos. En este artículo, te contamos más sobre las consecuencias que tendrá en el mundo, más allá de lo que pasa con los delfines.