Los hongos son un grupo de organismos con características propias de nutrición, fisiología, reproducción y organización, que forman un reino aparte de las plantas y los animales, denominado fungi, el cual está definido en parte por su forma de nutrición, que es por absorción.
Son organismos que no tienen clorofila, sus células poseen un núcleo y su cuerpo está formado por gran cantidad de filamentos ramificados con pared celular de quitina o celulosa llamados hifas, que en conjunto forman un micelio y se reproducen asexual y sexualmente por medio de esporas.
En detalle:
- Una investigación internacional revela que los hongos ya existían hace entre 900 y 1.400 millones de años, mucho antes de las primeras plantas terrestres pluricelulares.
- El estudio, publicado en Nature Ecology & Evolution, muestra que las interacciones primitivas entre hongos y algas podrían haber sido clave en la colonización de los continentes.
Un equipo internacional de científicos ha revisado la historia evolutiva de los hongos y ha conseguido situar los orígenes de este reino en una ventana temporal mucho más antigua de lo que se creía hasta el momento: hace entre 900 y 1.400 millones de años.
Esto significa que los hongos ya poblaban la Tierra centenares de millones de años antes de que las plantas arraigaran. Los resultados, publicados en abierto en la revista Nature Ecology & Evolution, han sido posibles gracias a la aplicación de una nueva metodología y de modelos evolutivos sofisticados que han combinado diferentes técnicas de datación.
La investigación es fruto de una colaboración internacional en la que han participado investigadores multidisciplinarios de varios países e instituciones.
«Los hongos como grupo son mucho más antiguos de lo que imaginábamos. Con una alta probabilidad, ya existían hace más de mil millones de años, y esto los sitúa como uno de los grandes grupos eucariotas más antiguos», explican los investigadores.
Por lo tanto, los hongos (un reino representado por setas, mohos y especies unicelulares, como las levaduras) serían claramente más antiguos que los animales (que se cree que aparecieron hace unos 600 millones de años) y que las plantas terrestres pluricelulares (que aparecieron hace unos 500).
Un nuevo reloj para datar la vida
A diferencia de las plantas o los animales, que han dejado un registro fósil abundante y reconocible, los hongos tienen cuerpos frágiles y filamentosos que raramente se conservan.
Esta escasez de fósiles ha hecho que su historia evolutiva fuera un rompecabezas lleno de vacíos hasta ahora. Para superar este reto, los científicos han combinado tres fuentes de información diferentes y complementarias: los pocos fósiles disponibles, las secuencias genómicas de más de un centenar de especies de hongos y las transferencias horizontales de genes, un elemento clave e innovador que ha marcado la diferencia.
Estas transferencias horizontales, un fenómeno biológico por el que un gen pasa de una especie a otra, son excepcionales pero muy valiosas.
«Cuando un mismo gen salta de un organismo a otro, sabemos que los dos convivieron en un mismo momento. Y esto nos permite establecer relaciones temporales relativas, porque sabemos que cualquier pariente del linaje donador tiene que ser necesariamente más antiguo que cualquier descendente del linaje receptor del gen», aclaran los biologos.
A partir de estos anclajes temporales derivados de eventos de transferencia horizontal de genes, utilizados conjuntamente con las otras técnicas y nuevas herramientas computacionales que reducen el tiempo de cálculo, los expertos han podido obtener los nuevos cronogramas evolutivos, más precisos y robustos, que incluyen más de cien especies de hongos.
Los hongos, pioneros en los ecosistemas terrestres
El hallazgo no es solo una cuestión de fechas. Tiene implicaciones profundas para entender cómo eran los ecosistemas terrestres que precedieron al periodo cámbrico, de los que tenemos escasa información en términos de registro fósil, sobre todo en lo que respecta a la representatividad que tenían los diferentes grupos de eucariotas.
Nuestros resultados indican que los hongos ya habitaban ambientes terrestres como mínimo hace unos 800 millones de años y que establecían interacciones ecológicas de un grado de complejidad hoy por hoy incierto con los ancestros de las plantas terrestres pluricelulares.
Estos ancestros debían de asemejarse a los grupos de algas verdes que son evolutivamente más próximas a las plantas terrestres pluricelulares, algunos miembros de los cuales tienen cierta capacidad de adaptarse a ambientes fuera del agua. ECOticias.com