Las garrapatas resisten temperaturas extremas. Un estudio reciente demuestra que las garrapatas de patas negras (Ixodes scapularis) son realmente buenas a la hora de sobrevivir al frío y al calor extremos en la naturaleza. Investigaciones de laboratorio anteriores sugerían que incluso períodos cortos de condiciones especialmente cálidas o frías, deberían matar fácilmente a las garrapatas.
Pero el análisis dirigido por la Universidad Estatal de Washington revela que este es solo el caso de las garrapatas larvales. En cambio, las garrapatas ninfa y adulta resisten los tiempos cálidos y fríos con poco impacto. Y aparentemente mueren cuando se quedan sin energía. En última instancia, los hallazgos podrían proporcionar información valiosa sobre la propagación de la enfermedad de Lyme y otros patógenos del tipo zoonosis transmitidos por vectores.
“Pensamos que veríamos alguna evidencia de que, si había un período muy seco, todas las garrapatas podrían tener un mayor riesgo de morir”. Esto lo dijo Jesse Brunner, autor principal del estudio y profesor asociado de ciencias biológicas en WSU. “Sin embargo, solo las larvas se vieron afectadas por el calor y las condiciones secas. El clima frío tuvo un impacto aún menor. De alguna manera, se acurrucan y sobreviven muy bien”.
Se extienden y sobreviven
Las garrapatas de patas negras son portadoras notorias de patógenos responsables de varias enfermedades, incluida la enfermedad de Lyme, que es más común en América del Norte. A lo largo de los años, estas garrapatas han ampliado su área de distribución significativamente en el este de los Estados Unidos y el medio oeste, desafiando las suposiciones anteriores sobre sus hábitats preferidos.
Si bien es probable que uno de los culpables de este problema sea el cambio climático, los científicos aún tienen que establecer claramente por qué las garrapatas son abundantes en algunas áreas. Y, en cambio, en otras (relativamente cercanas) no lo son.
Para abordar la brecha de conocimiento, el Departamento de Defensa de EEUU proporcionó fondos a Brunner y a su equipo de colaboradores del Instituto Cary de Estudios de Ecosistemas. Y lo hizo para establecer un estudio de campo sin precedentes en tres bases militares ubicadas en la costa este de EEUU.
Al colocar más de 9000 garrapatas en recintos del núcleo del suelo y monitorear su supervivencia y desarrollo durante un período de tres años, los investigadores pudieron recopilar datos valiosos sobre la respuesta de las garrapatas a las condiciones climáticas. Las garrapatas resisten temperaturas extremas.
Respuesta climática
Su trabajo sugiere que si bien las condiciones climáticas extremas no parecen tener tanto efecto en la mortalidad de las garrapatas como se pensaba anteriormente, sí hacen que estas ‘quemen’ sus reservas energéticas más rápido. Esto significa que un clima más cálido podría acortarse el periodo de tiempo que la garrapata puede estar sin un huésped que les permita alimentarse.
Esto fue especialmente cierto en el caso de las larvas de garrapata. Los investigadores encontraron que sus tiempos medios de supervivencia se redujeron casi a la mitad cuando se expusieron a períodos frecuentes de clima cálido y seco.
Los investigadores también encontraron que algo más parecía estar sucediendo a pequeña escala que estaba matando a las garrapatas. Los recintos del núcleo del suelo ubicados a solo unos metros de distancia entre sí a menudo tenían tasas sorprendentemente diferentes de mortalidad por garrapatas.
En un contenedor, los investigadores encontrarían que el 80% de las garrapatas habían sobrevivido. Y en otro justo al lado, ninguna de las garrapatas lo había conseguido. La causa de estas variaciones significativas en la supervivencia de las garrapatas no está clara. Pero los hallazgos del estudio sugieren la influencia de factores ambientales como la presencia de otros artrópodos y hongos.

Implicaciones
Las implicaciones de la investigación son de gran alcance, considerando el impacto que las enfermedades transmitidas por garrapatas tienen en la salud pública. Los hallazgos del estudio enfatizan la importancia de enfocar las intervenciones durante la etapa de larva, cuando las garrapatas son más vulnerables.
Al centrarse en esta etapa de desarrollo, los investigadores esperan desarrollar estrategias efectivas, como vacunar a las especies huésped para resistir las garrapatas. Una medida que pueden reducir significativamente las poblaciones de garrapatas y mitigar el riesgo de transmisión de enfermedades.
En el futuro, el equipo de investigación planea investigar los factores que conducen a la mortalidad localizada de las garrapatas. Y profundizar en el papel que juegan en la supervivencia de las garrapatas, las especies huésped. Como los ratones, los ciervos y hasta los humanos.
“El objetivo final es desarrollar un marco integral que pueda predecir y gestionar eficazmente las poblaciones de garrapatas”, dijo Brunner. “Esto, a su vez, podría conducir a mejores resultados de salud pública”. Las garrapatas resisten temperaturas extremas.
Referencia: además de Brunner, la investigación fue realizada por los científicos Shannon LaDeau, Mary Killilea, Elizabeth Valentine, Megan Schierer y Richard Ostfeld del Cary Institute of Ecosystem Studies. Y se publicó en Ecological Monographs.